Ensayo De Comparacion

Amor y tragedia concluida en muerte en las leyendas

Píramo y Tisbe, de Las Metamorfosis libro IV de Ovidio

Tristán E Isolda, versión de José Repolles.

Dos historias con un tema en común, el amor más allá de la muerte entre los protagonistas. Ambas historias son leyendas por lo que, las aquí presentadas son unas de las muchas versiones que existen en el mundo literario.

Píramo y Tisbe es considerada por muchos, como fuente de inspiración de la conocida obra de William Shakespeare: Romeo y Julieta. El amor de dos personas condenado por sus familias. Ya es difícil que ciertas personas se opongan a un amor como este, pero cuando los opositores son tu familia es más que trágico. Pero eso no quiere decir que sea imposible. Piramo y tisbe encontrarían la forma de estar unidos aunque sea a través de una grieta en la pared.

“¡Oh, pared celosa! ¿Por qué sirves de obstáculo entre los amantes? ¿Qué supondría para ti que permitieras que nos uniéramos con el cuerpo entero o, si esto es mucho pedir, por lo menos consintieras abrirte para besarnos? No somos ingratos; confesamos, sin embargo, que nosotros nos debemos a ti, porque se nos ha concedido a nuestras palabras un paso para llegar a oídos queridos.”

Pero esta situación no dudaría demasiado tiempo, llegaría el punto en el que oír las palabras del otro no les saciaba. Es por eso que los amantes intentarían escapar, irse lejos y estar unidos sin impedimento. Acordaron encontrarse en los alrededores de la tumba de Nino, bajo el árbol de moras a la orilla de un fresco manantial. Tisbe llega primero, con la audacia que el amor le adjudicaba; pero pronto se vio en la necesidad de huir al ver a aquella feroz leona con el hocico ensangrentado acercarse por un poco de agua. En su huida deja caer el velo que cubría su rostro, el cual al ser encontrado por la fiera es desgarrado y manchado de sangre. Píramo habiendo llegado después de la marcha del animal, al observar las huellas y encontrar el velo ensangrentado, es presa del peor pensamiento.

“La misma noche verá la muerte de dos enamorados; de nosotros dos, ella era la más digna de una larga vida; yo, infortunado, te he perdido, yo que te pedí que vinieras por la noche á estos lugares llenos de terror y yo no vine aquí primero. Desgarrad mi cuerpo y devorad mis perversas entrañas a mordiscos feroces, ¡oh, leones que habitáis en estos roquedales! Pero es propio de un cobarde el desear la muerte”.

Y bajo la sombra del árbol, enterrando en su costado la espada y dejándole una herida sangrante tiñe los frutos de aquel árbol de color púrpura. Para cuando Tisbe regresa aun con miedo pero guiada por el amor que sentía, dudaba de encontrarse en el mismo lugar al ver los frutos antes blancos ahora de un color oscuro; dudas que se disipan en cuanto ve el cuerpo de su amado aun con un poco de vida. Le suplica que levante, pero su única respuesta es el abrir los ojos una última vez para no volver a abrirlos nunca más. Tisbe dándose cuenta de lo sucedido le siguió.

“¡Oh desdichado!, tu mano y el amor te han matado. Yo tengo también una fuerte mano para esto y un amor; éste me dará fuerzas para herirme. Yo te seguiré más allá de esta vida y se dirá que yo fui la desdichada causa y compañera de tu destino; […] ¡Oh desdicha padres!, el mío y los de él: que aquellos a los que un amor verdadero y su última hora los ha mantenido unidos, reposen en una misma tumba; no les neguéis esta gracia. Y tú, árbol, que cubres con tus ramas el infortunado cuerpo de uno, aunque pronto cubrirás dos, conserva las señales de nuestra muerte, produce ya siempre frutos oscuros: señal de duelo, para atestiguar que dos enamorados te rociaron con su sangre.”

Su último deseo fue cumplido, los frutos al madurar poseen ese color oscuro y ambos permanecen en una misma tumba.

Tristán llamado así por su madre al haber nacido entre tristezas; hijo del Rey de Leonis y Blancaflor (hermana del Rey Marco de Cornualles), huérfano. Perdió a su padre, cuando este fue a luchar al frente de su ejército; cuando la noticia de su muerte llego a oídos de su esposa, esta, víctima de la depresión se dejó morir después de dar a luz.

Tristán quedo al cuidado del hombre de confianza del difunto Rey, que al ser el castillo asaltado hizo pasar a Tristán por hijo suyo. Al cumplir los siete años fue confiado al escudero Gorvelán para hacer de él un perfecto caballero, sin embargo gracias a su hermosura y arrogancia fue robado por mercaderes noruegos que planeaban venderlo. Tristán huyó apenas pisaron tierra firme a un espeso bosque en el que encontró a cazadores que en agradecimiento de su ayuda lo llevaron ante el Rey Marco. Fue adoptado por el Rey que no tardó en darse por enterado de que el valeroso Tristán era su sobrino.

El Rey de Irlanda reclamo el pago de una vieja deuda. El encargado de cobrar dicha deuda era el gigante Morholt.

“—Pero en el caso de que alguno d los presentes –dijo Morholt-- No lo crea justo, saldrá a pelearse conmigo en singular combate, y si queda vivo, lo que pongo en duda, podrá enorgullecerse de haber librado a su patria, a partir de ese momento, de tal acto de vasallaje.”

Solo el joven de Tristán se ofreció, y el Rey, aunque con pesar, le dejo luchar. Lucha de la cual salió victorioso, habiendo enterrado

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