Equidad de genero en America Latina

“Equidad de Género en América Latina”

Inequidad de socioeconómico y de género en América Latina

Las trasformaciones políticas democráticas han permitido al derecho de la mujeres promover leyes para equidad en genero, en temas como violencia domesticas y discriminación laboral. En Latinoamérica existen niveles parecidos en cuanto al nivel de educación entre hombres y mujeres. Los claros ejemplos los podemos encontrar con las gubernaturas presidenciales de Sudamérica, como Chile, Argentina y Costa rica. Una desventaja a la que las mujeres se enfrentan para reducir la brecha entre la equidad es la responsabilidad que tienen ante la reproducción y el cuidado de la familia, esto las hace menos competitivas en el mercado laboral. Para esto, lo gobiernos deben, necesariamente, eliminar la discriminación en contra del reducido ingreso que se ofrece a las mujeres en el trabajo, también, reforzar los derechos de igualdad y promover políticas para asegurar la equidad de género. Blofield (2010) realiza un diagnostico del contexto y retos que las mujeres de América Latina enfrentan enmarcando el contexto socioeconómico y discute el nexo entre familia y trabajo y la salud reproductiva.

América Latina tiene los más altos niveles de inequidad de cualquier región en el mundo y estos niveles se han  mantenido sin cambio desde los grandes cambios democráticos surgidos a partir de los ochentas. Mientras que en algunos países se han logrado mejoras en estos aspectos, en otros han empeorado, el caso específico de Bolivia y Colombia. Es el gobierno y el sistema de seguridad social quienes contribuyen a proteger a aquellos que se encuentran en el sector formal e informal. La principal problemática por la mala distribución de los impuestos recolectados en la hora de implementar los servicios de seguridad, dado a que muchos se encuentran en la informalidad, los recursos no alcanzar a llegar hasta ellos. El sector informal limita el crecimiento económico por la falta de información sobre este sector, limitándose a sus propias circunstancias y no por sus opciones. Las mujeres dentro de este sector (51 por ciento de la mujeres trabajan en el sector informal) se ven más limitadas aun, pues les reduce la opción de invertir en educación, salud e integración en el marcado laboral en un nivel equitativo y ofrecer oportunidad de desarrollo a su familia. Más aun, ven interrumpidas sus labores por responsabilidades familiares que les reduce su acceso a pensiones, incluso en el sector formal, que las hace más vulnerables en una edad adulta.

Los indicadores que muestra  Blofield (2000) muestran que el 30 por ciento de las casas en Latinoamérica las mujeres son cabeza de hogar sin presencia de un hombre, lo que les complica la situación de prever de seguridad económica y desarrollo a la familia. Así como las responsabilidades del cuidado del hogar, los indicadores en 14 países señalan que la mujer es quien se encarga de estos incluso cuando se encuentran en el mercado laboral. Otra de las principales discriminaciones hacia la mujer son la exigencia de mayores horas de trabajo que las vuelve excluidas al ver que muchas horas del día las dedica al cuidado del hogar.  El mercado laboral informal representa una amenaza para las mujeres por la falta de contratos obligándolas a trabajar hasta 16 horas continuas, como lo que sucede en las amas de casa, que las lleva, incluso, a dejar solos a sus hijos en casa, en orden de cumplir con su trabajo y mantener su familia. La salud reproductiva representa también una amenaza para las mujeres, la desinformación y el acceso a métodos de control de reproducción las hacer no tener un manejo adecuado sobre cuándo y cuántos hijos procrear. La religión y las políticas conservadoras han representado un obstáculo para la equidad de género pues mantienen la educación al sexo y la información reproductiva restringida y con difícil acceso en el sector público. Estas son tan solo algunas de las problemáticas de la equidad de género en las mujeres de Latinoamérica.

Políticas actuales que atacan el bajo ingreso en las mujeres

Muchos gobiernos han reconocido la problemática en la inequidad de las mujeres, principalmente el  de las madres, en las políticas de pobreza y desarrollo social. Los piases han implementado programas de transferencia de dinero para atacar la extrema pobreza en este tema. Transfiriendo mensualmente flujos de dinero a este sector, que aunque han sido exitosos en cierta forma, no se han logrado mantener por el alto costo, reduciendo el alcance del programa cada vez más. Estos programas nunca superan más del diez por ciento de los gastos sociales en Latinoamérica. Estos programas se vuelven limitados en la promoción de la sustentabilidad y desarrollo social si no se apoyan o funcionan con otras políticas para contrarrestar los obstáculos estructurales existentes en América Latina.

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