Filosofia
Enviado por tracypriscilaalv • 27 de Noviembre de 2013 • 1.811 Palabras (8 Páginas) • 209 Visitas
EL PROBLEMA DE LA ESENCIA DEL VALOR
El subjetivismo axiológico: Afirma que los valores son el resultado de las reacciones, individuales y colectivas. El subjetivista se pregunta: ¿Puedo algo tener valor si nadie lo ha percibido ni puedo percibirlo?, evidentemente que no; el valor no tiene sentido ni existencia propiamente sin que exista el sujeto. La valoración real o potencial parece ser un elemento indispensable del valor. En última instancia, el valor es para el hombre o los seres vivos. Resulta impensable algo que tuviera valor sin referencia a ninguna clase de sujeto.
Según el subjetivismo, los valores no existen en sí y por sí, sino que son meras creaciones de la mente, existen solamente para mí; lo que hace a una cosa valiosa es el deseo o el interés individual. El subjetivista piensa: El valor de un exquisito manjar, no está en él, sino en mi paladar, que lo saborea y le confiere un valor determinado.
Los subjetivistas defienden su posición apoyándose en argumentos de este tipo:
Discrepancia. Es obvio que no puede uno ponerse de acuerdo en problemas éticos, estéticos, religiosos, políticos, donde a menudo se producen conflictos o desacuerdos de valores. Las personas frecuentemente discrepan sobre la belleza de un cuadro, una novela, una película; sobre la eficiencia de un equipo de fútbol; sobre un acto moral (por ejemplo, acerca de la guerra de Vietnam, unos sostienen que es una guerra justa y moralmente justificada; y otros, lo contrario).
Constitución biológica. Los valores están supeditados a la constitución peculiar y subjetiva. Así, surgen argumentos de este tipo: ¿Qué valor estético tendría la pintura si los hombres no tuvieran ojos? ¿y qué sentido tendría hablar del valor estético de la música si estuviéramos condenados a una sordera eterna?
Interés. Otro argumento que mencionan frecuentemente los subjetivistas es que una cosa adquiere valor en la medida en que se le confiere un interés. Por ejemplo: ¿Dónde radica el valor de los sellos de correo? ¿hay algo en la calidad del papel o en la belleza del dibujo o en la impresión que explique el valor que se les da?... Es obvio que sin el interés de los filatélicos los sellos no tendrían ningún valor. El deseo e interés de coleccionarlos es lo que les ha conferido su valor. Otro ejemplo: si la gente perdiera interés en la pintura de Rembrandt, sus cuadros carecerían de valor.
Historicidad de los valores. La relatividad de los valores se debe a su carácter concreto e histórico; gracias a éste, los valores están condenados a quedar encerrados en la prisión del sujeto; ya en la antigüedad decía el sofista Protágoras: “El hombre es la medida de todas las cosas”.
La situación real y la conducta real del hombre demuestran que no es posible una valoración universal. En cada grupo humano y en cada individuo varía la estimativa hasta lo infinito. En resumen para el subjetivismo no hay objeto valioso sin sujeto.
Cuestionamientos a la Teoría Subjetivista:
Aunque el Subjetivismo acierta en señalar de que no hay objetos valiosos de por si al margen del sujeto, sin embargo se equivoca al no considerar las propiedades del objeto que pueden provocar la actitud valorativa del sujeto. De otro modo, ¿Cómo podría explicarse que distintos objetos susciten diversas actitudes valorativas en un mismo sujeto? Es evidente que la existencia de propiedades objetivas distintas contribuyen a despertar reacciones diversas en un mismo sujeto.
Por otro lado la valoración del sujeto no es un acto exclusivamente individual y síquico ya que el individuo está inmerso en una determinada sociedad en cuya cultura se nota espiritualmente y por lo tanto su estimativa va a estar marcada por las pautas o valores morales que tiene una significación social.
b.El objetivismo axiológico: Esta corriente se opone determinantemente al subjetivismo; sostiene que los valores son objetivos, dependen del objeto y no del sujeto; lo único que hace el sujeto es captar el valor. El objetivismo reconoce que la valoración es subjetiva, pero ello no implica que el valor lo sea. Del mismo modo como la percepción es subjetiva, pero no el objeto percibido, que mantiene intactas sus cualidades primarias cuando nadie lo perciba, así ocurre con el valor. No puede confundirse el objeto con su captación, defiende el objetivismo.
Se ha visto que uno de los argumentos que citan los subjetivistas se cifra en lo que se denomina argumento de las discrepancias. Ahora bien, frente a este argumento, los objetivistas sostendrían, en primer lugar, que la discrepancia no se refiere a los valores, sino a los bienes. La discrepancia se refiere a la belleza de un cuadro o a la justicia de un acto, esto es, a bienes; no a la belleza o a la justicia, que son valores independientes de todo bien. A diferencia de los valores, los bienes son imperfectos; muchas veces no logran encarnar plenamente los valores, debido a una ceguera estimativa de los hombres concretos. Esto explicaría, por ejemplo, que los griegos hayan aceptado la esclavitud; una torpeza de conciencia moral les impidió aprehender el eterno y universal valor de la justicia.
Así el objetivismo descansa en dos tesis fundamentales:
Incurrir en la separación radical entre valor y realidad, o independencia de los valores respecto de los bienes en que éstos se plasman.
Afirmar que los valores son absolutos, que existen en sí y no para mí (independencia de los valores respecto de todo sujeto).
Los valores son supra temporales, son extra territoriales y extra históricos; valen aquí y allá; ayer, hoy y
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