Filosofía De La Educación
Enviado por gjimenez • 9 de Noviembre de 2012 • 2.274 Palabras (10 Páginas) • 438 Visitas
DATOS GENERALES:
Nombre del alumno: Gerardo Manuel Jiménez Alonso
Número de cuenta: 12569681
Materia: Propedéutico de la Maestría en Educación
Grupo: Maestría en Educación online
Profesora: Rosaura González Rubalcava
Fecha de la actividad: 11 de marzo de 2012
Título de la actividad:
1. Esencia y filosofía de la educación
1.1. Los componentes base de la filosofía de la educación
1.2. Lógica de la educación: el pensamiento educativo
1.3. Ontología de la educación: el ser en la educación
1.4. Epistemología de la educación: el conocer en la educación
1.5. Axiología de la educación: el actuar en la educación
Es evidente la evolución del mundo a través de los siglos, décadas, lustros, años y por qué no decirlo a cada momento. Basta con ver las noticias y enterarnos de los cambios que hay de un día para otro en temas como la tecnología. Es por eso necesario adecuar los conocimientos a los tiempos actuales sin perder el piso en cuanto a los principios e ideas fundamentales que los grandes pensadores y visionarios de la historia han aportado a la humanidad.
Un ejemplo actual es lo expresado por Gerardo Ramos Serpa (2005) en artículo de la Revista Iberoamericana de Educación “…la naturaleza del conocimiento filosófico puede ser adecuadamente entendida a partir de comprender a la misma como una teoría universal de la actividad humana, esto es, como una disciplina científica que estudia las regularidades esenciales universales de la activa interrelación tanto material e ideal como objetiva y subjetiva del hombre con el mundo natural y social.”
Considerando que el objetivo del ensayo es “Identificar los componentes base de la filosofía de la educación: el pensamiento educativo, el ser, el conocer y el actuar en la educación” (González Rubalcava Rosaura. Capítulo 1, Tema 1. 2012), pongo a su consideración lo siguiente:
De acuerdo a las lecturas concluyo que los componentes esenciales de la filosofía de la educación son: el educando, el educador, los valores, el proceso educativo, vistos desde el pensamiento educativo, el ser como objeto de la educación, el conocimiento educativo y el desarrollo de los valores de la persona.
Al respecto podemos decir que el educando en la sociedad actual es el ser individual que según Whitehead “en todos los casos debe gustar la satisfacción del hacer, del aprender, de las nuevas perspectivas que se le abren” (Abbagnano Nicola, Visalberghi, A. 1992). El reto al respecto será el cómo lograr que en cada caso se dé de manera individualizada lo que Whitehead propone cuando los grupos escolares, como suelen ser actualmente, son numerosos. Dentro de esta realidad se torna indispensable el conocimiento real de la persona (alumno) en el entorno en el que se desarrolla, esto implica una comunicación asertiva sin entrometerse en su intimidad o de su familia y no querer ir más allá de la tarea que corresponde a los docentes como formadores. La tarea consistirá en planear las estrategias que permitirán a cada persona desarrollarse en los términos antes mencionados.
Claro es que para lograr esto el educador en la actualidad debe ser una persona capaz de dar ejemplo y ser congruente con las conductas y valores en los que desea formar al educando. Fichte insta al educador para que no se conforme con estimular y exhortar al educando, pues a éste le dice, “debes hacerlo y hacerlo de manera que no pueda querer sino lo que tú quieres que quiera”. (Abbagnano Nicola, Visalberghi, A. 1992)
El principio fundamental de Makarenko es que “para educar hay que exigir mucho, no tanto de nosotros mismos cuanto de los educandos, lo que supone la aplicación de una sólida disciplina y una actividad intensa no carente de esfuerzo” (Abbagnano Nicola, Visalberghi, A. 1992). De esta opinión podemos decir que la exigencia debe ser mutua, que el carácter con el que se eduque si será determinante ya que la sólida disciplina y la actividad intensa realizada con esfuerzo marcarán el carácter y la voluntad de la persona. Otro factor que agregaría para complementar esta idea es la constancia y reforzamiento continuos de los valores a desarrollar en el proceso educativo.
Con respecto al proceso educativo, además de las ideas vertidas en párrafos anteriores, podemos agregar que de acuerdo a Gentile, “La identidad de educador y educando no es más que un ejemplo de la superación de las distinciones entre los sujetos empíricos en lo absoluto del Yo trascendental. Por otra parte, en el plano concretamente pedagógico, Gentile, inspirándose en San Agustín, concibe el acto educativo como un acto de amor en el que el educador al rebajarse se ensalza, e incluso como un acto en que el educador y el educando piensan o mejor dicho re-piensan la única verdad que los supera a entrambos”. (Abbagnano Nicola, Visalberghi, A. 1992)
Para finalizar este primer aspecto de los componentes esenciales de la Filosofía de la Educación podemos concluir con las palabras de Capponi quien entiende que la educación es sobre todo esta transfusión de vida de una generación a la otra; no es nunca una “simple acción del hombre sobre el hombre”. Por lo tanto, consiste en predisponer en modo oportuno ciertos aspectos del ambiente como el ejemplo del educador mismo, el orden y la mesura con que se organiza la vida doméstica, la conversación en familia y otros innumerables elementos a que el educando se muestra sensible. (Abbagnano Nicola, Visalberghi, A. 1992)
Con respecto al pensamiento educativo (Lógica de la Educación) viene a jugar un papel muy importante el ejercicio de los grandes maestros que mediante el diálogo, la confrontación y el acuerdo crearon formas para acercarse a la verdad y formularon principios y métodos para lograrlo. (González. Capítulo 1, Tema 2. 2012)
Según Fichte, los principios mismos de la lógica formal no hacen más que encubrir, con términos abstractos, el proceso real de producción de la realidad en sus diversos momentos (Abbagnano Nicola, Visalberghi, A. 1992). Aunque la lógica formal del pensamiento pudiera dar como resultado verdades en muchos de los casos, la lógica dialéctica viene a ser la opción más confiable.
De acuerdo a lo que escribe Ramos (2005) con respecto a la lógica del pensamiento, dicha disciplina es la brújula orientadora y la guía teórica necesaria que ofrece “la unidad de pensamiento que tiene que dar coherencia a las diferentes respuestas que se ofrezcan a todas las esferas del proceso educativo” (Chávez, 2003, 10).
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