Fraude Constit

EL FRAUDE CONSTITUCIONAL

“ Una constitución democrática que no se apoye sobre instituciones democráticas en sus detalles, sino que se limite al gobierno central, no sólo no es libertad política, sino que con frecuencia crea un espíritu que es precisamente el opuesto, llevando hasta las capas más bajas de la sociedad el deseo y la ambición de dominio político”

Stuart Mill

Para referirnos al tema del fraude constitucional, decidí apelar un poco a la historia con este filosofo y economista ingles, para dejar por sentado que la verdadera institucionalidad de la democracia debe guiarse en su gobierno, en la confianza que ha depositado el constituyente primario en sus dirigentes confiando que estos decidirán en todo caso conforme al bienestar de la comunidad y no a esa “ambición de dominio público”, como dije, esto es lo que se pretende en toda sociedad democrática.. Pero una cosa es lo que se procura y otra lo que se hace; sin querer afirmar con esto que todo la clase dirigente del país está inmersa en esa ambición política, ello constituiría un error pues no hay que desconocer que hay quienes aun velan y salvaguardan los derechos constitucionales por encima de todo, quienes son verdaderas idealistas de la carta magna y ven en ella una real ley superior por encima de cualquier interés privado.

En este orden de ideas, es la misma carta magna quien delimita:

“Artículo 4.- La Constitución es norma de normas. En todo caso de incompatibilidad entre la Constitución y la ley u otra norma jurídica, se aplicarán las disposiciones constitucionales. Es deber de los nacionales y de los extranjeros en Colombia acatar la Constitución y la leyes, y respetar y obedecer a las autoridades.”

Como norma fundamental, y “lex superior", se supone que debe ser acatada y mas que ello, respetada en todo el territorio nacional, incluyendo aquí a los mismos legisladores, y dirigentes quienes en principio deben preservarla; de allí que el ejercicio de control de constitucionalidad sea un instrumento imprescindible en un sistema democrático.

Hoy en día, sin embargo la legislación colombiana está inmersa en un nuevo conflicto conocido como fraude constitucional, con este nuevo sistema lo que hace es “jugarle” a la misma constitución mediante simulaciones, o actos legales que, cambian los supuestos que se quieren eludir. Lo realmente preocupante es que esta maniobras se hacen con argumentos y procedimientos legales, lo que impide en ultimas que aquellos que van a desarrollar un proyecto propio puedan ser juzgados por esto.

Ahora bien, una de las formas más comunes para mimetizar las normas constitucionales tiene que ver con la consecución de los fines para llevar a cabo programas de gobierno, o salir avantes en proyectos que en principio no regula la constitución, lo que se hace entonces es optar por modificarla, reformarla, sustituirla y hasta destruirla. Y ello se hace paradójicamente con instrumentos y procedimientos que la misma carta trae, encontramos así que el Título XIII establece la posibilidad de realizar modificaciones constitucionales de una manera flexible, el meollo del asunto es que esta flexibilidad en la posibilidad de reforma dio lugar a que se presentara un gran número de reformas a la Constitución en muy poco tiempo.

Históricamente, las reforma constitucionales como sistema aparecieron por vez primera en el artículo V de la Constitución de los Estados Unidos de América de 1787 todavía vigente, y desde entonces ha tomado diversos caminos y ha adoptado variados matices en los textos constitucionales sancionados en Europa primero, y en América Latina después . Y las reformas como tales son apenas predecible ,dado que los cambios y la realidad social requieran como lógico nuevas modificaciones, de hecho no tendría razón de ser la constitución si no se adaptara política, social y culturalmente a las circunstancia de tiempo , modo y lugar; pero una cosa es que esta reformas versen sobre

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