GUÍA DIDÁCTICA
Enviado por ro1991 • 29 de Julio de 2013 • 999 Palabras (4 Páginas) • 252 Visitas
na patraña sobre la solidaridad y la fuerza de las ideas
Sergio Cabrera (Medellín, 1950), define La estrategia del caracol como una patraña sobre el sentido de la libertad y la solidaridad humanas. Convencido de que el cine tiene en sus manos la posibilidad de ayudar a rescatar el concepto de lo romántico - "el cine puede ayudar a acariciar la utopía" dice el director -, Cabrera cree en la posibilidad de conseguir un mundo mejor y más justo, en la esperanza del trabajo conjunto de las personas por un objetivo común. No se trata de una utopía absurda, de un deseo imposible que se agota en sí mismo. Al adoptar la forma de una patraña, La estrategia del caracol no juega ninguna otra carta que no sea la de la alegría de vivir, dando un tono optimista a la visión de la pobreza en el Tercero Mundo y confiriendo una capa desmitificadora y de un profundo sentido del humor a los discursos sobre el cambio social y las luchas de clases.
La historia de la película, de hecho, se reduce a una mera anécdota argumental de carácter inverosímil y exagerado, próxima al universo del "realismo mágico" tan característico de la literatura y también del cine de Latinoamérica (1). La imposibilidad que los inquilinos de una casa puedan trasladarla pieza por pieza, mueble por mueble, pared por pared, en unos pocos días (ni con tres meses ni con un año) es subrayada al primer envite, al inicio del film: uno de los protagonistas del desalojo, Gustavo Calle, un culebrero, incansable y brillante contador de historias no necesariamente verídicas, explica la historia de La estrategia del caracol seis años tras los hechos, durante otro desalojo. La película adopta de este modo una estructura de flash-back, de viaje al pasado, que convierte la historia y sus protagonistas en un mito, en una clase de leyenda teñida de la más genuina épica popular. Sergio Cabrera lo explica en el press-book del film: "Un grupo de cien personas no se puede llevar una casa en un mes, ni en tres meses ni en un año, y todavía menos con una grúa. La película está hecha de tal modo que esto parezca posible. Esta es una de las razones por las cuales decidí utilizar el personaje del narrador, que es un culebrero, un hombre que tiene fantasías. Él es quien explica la historia y nosotros vemos lo que explica pero la historia no tiene porque ser exactamente real".El director utiliza este recurso narrativo para dotar a la película de un fuerte carácter simbólico: en seis años, nada ha cambiado, las condiciones de vida a la ciudad de Bogotá (y a cualquiera otro ciudad del mundo) siguen siente tanto o más duras que antes y los desalojos continúan. Este enfoque hiperbólico juega siempre a favor de la película, que en ningún momento pierde de vista su estrecha vinculación con la realidad colombiana, planteando temas de grande importancia social como las duras condiciones de vida a las grandes ciudades, divididas en barrios ricos y pobres, zonas ricas e industrializadas
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