Gestion De Residuos Sanitarios
Enviado por ruthragar • 21 de Marzo de 2015 • 3.731 Palabras (15 Páginas) • 265 Visitas
1. INTRODUCCIÓN.
Aunque el interés sanitario y ambiental de los residuos sanitarios no es nuevo, fue a partir de los años 80 y, especialmente tras la aparición del SIDA ( Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida ), cuando el tema de los residuos generados por los hospitales comenzó a ser percibido como un problema potencial para la salud pública.
En los últimos años se ha detectado un importante aumento de los residuos sanitarios generados como consecuencia del incremento de la actividad sanitaria, el incremento del material médico desechable utilizado, etc.
Los productos utilizados en los tratamientos y procedimientos médicos actuales son cada vez más variados y complejos. Esta situación conlleva la generación de una amplia gama de residuos que se va a caracterizar por su heterogeneidad e incluso, en algunos casos, por su peligrosidad.
La gestión incorrecta de los residuos peligrosos puede liberar al medio ambiente sustancias que resultan dañinas para los organismos vivos. Por ello, la normativa básica sobre residuos establece la obligación de gestionarlos adecuadamente a través de su correcta segregación, identificación, almacenamiento y tratamiento y/o eliminación.
Como indica el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo, en las actividades sanitarias se generan algunos residuos que pueden representar un riesgo dentro y fuera del centro, son los denominados residuos sanitarios peligrosos. Estos residuos tienen que gestionarse de forma adecuada desde su generación hasta su tratamiento y/o eliminación con el objeto de prevenir riesgos, no sólo laborales sino también para el medio ambiente, garantizando así la protección de la salud pública y de los recursos naturales.
Uno de los problemas existentes actualmente es que no existe una legislación específica que regule la gestión de estos residuos. Ante la deficiencia de legislación, varias comunidades autónomas han desarrollado sus propios decretos, tal y como es el caso del Decreto 73/2012 de 22 de Marzo por el que se aprueba el Reglamento de Residuos de Andalucía. Esta situación, lejos de facilitar la gestión de los residuos sanitarios, la dificulta en muchas ocasiones al existir contradicciones dentro del territorio nacional.
La gestión de residuos sanitarios adquiere cada vez mayor relevancia por su volumen y complejidad y no cuenta con unas pautas de gestión claras, homogéneas y destinadas a minimizar cualquier tipo de impacto negativo sobre el personal de los centros sanitarios, el personal implicado en el tratamiento y/o eliminación, y por supuesto, el medio ambiente. Sin duda esta situación, justifica la realización del presente manual de gestión y tratamiento que permita gestionar correctamente los residuos sanitarios.
Las Administraciones Públicas empezaban a ser conscientes del incremento significativo de los residuos generados como consecuencia del crecimiento económico que existía en España. De hecho, el Ministerio de Obras Públicas y Transporte publicó en 1992 un monográfico sobre residuos en el que se hablaba sobre los residuos sanitarios, referidos en esta publicación como residuos hospitalarios y considerados como residuos especiales que exigían un tratamiento diferente al aplicado sobre el resto de residuos.
Otra organización que se ha caracterizado por la defensa de la minimización de los residuos a través de la prevención es el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo quien, además concreta las posibles afecciones de los residuos sanitarios en tres ámbitos principalmente:
- Salud pública: Una mala gestión interna del centro puede afectar a los pacientes y al público. Una inadecuada gestión externa puede afectar a la población en general.
- Medio ambiente: Un tratamiento y una eliminación ineficaz de los residuos puede dar lugar a emisiones contaminantes.
- Trabajadores: Tanto los que realizan su actividad laboral en el centro productor como aquellos que trabajan en la gestión externa de los residuos.
Los impactos comentados anteriormente conllevan una serie de costes ambientales, sociales y económicos que deberán ser asumidos por los agentes implicados. Por otra parte, una correcta gestión de los residuos en el centro de trabajo puede mejorar considerablemente la calidad e imagen del centro sanitario, así como la calidad del ambiente laboral en relación a la protección de los trabajadores.
Durante muchos años el único tratamiento que existía para la mayoría de los residuos era su recogida y posterior traslado a zonas, generalmente alejadas de los núcleos urbanos donde se depositaban para someterlos a un proceso de biodegradación. Esta situación fue viable mientras la composición básica de los residuos eran materias orgánicas y materiales de origen natural y las cantidades vertidas eran relativamente bajas. El aumento del consumo asociado al crecimiento económico y la complejidad de los residuos han provocado un aumento significativo en el volumen y heterogeneidad de los residuos generados.
2. ANTECEDENTES.
En los años 80 los residuos generados como consecuencia de la actividad sanitaria provocan un importante rechazo social, rechazo que se vio incrementado de forma muy significativa con la aparición del SIDA. A raíz de esta situación el pánico se extendió por los centros sanitarios que pasaron a considerar potencialmente peligroso todo aquello que estaba en contacto con el paciente.
Como se analiza en la Nota Técnica de Prevención “ Tratamiento de residuos sanitarios ”, la consideración de gran parte de los residuos sanitarios como residuos peligrosos provocó que se incineraran para destruir cualquier tipo de microorganismo que pudieran contener, de hecho, los centros de mayor tamaño llegaron a construir hornos de incineración en sus propias instalaciones. El aumento del volumen de residuos a tratar como consecuencia del uso de material desechable provocó que esos hornos se saturaran.
Por otra parte, las autoridades competentes en materia de contaminación atmosférica, en vista del elevado uso que daban los centros sanitarios a los hornos de incineración, incrementaron los controles y exigencias a estas instalaciones resultando, en muchos casos, prácticamente imposibles de cumplir y clausurándose la mayoría de los hornos.
Como consecuencia del cierre de esas instalaciones se dio un paso más y se centralizó la recogida de residuos y su posterior tratamiento, es decir, se contrató a empresas que recogían los residuos sanitarios y se encargaban de su posterior eliminación en instalaciones que
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