HUMANISMO SOCIAL EN LA EDUCACIÓN ESPECIAL
Enviado por marleneloreto • 18 de Marzo de 2013 • 1.204 Palabras (5 Páginas) • 546 Visitas
HUMANISMO SOCIAL EN LA EDUCACIÓN ESPECIAL
El humanismo surgió como una imagen del mundo al término de la Edad Media
(Villalpando, 1992). Los pensadores humanistas fueron entonces intérpretes de nuevas aspiraciones humanas impulsados por la decadencia de la filosofía escolástica, cuyo centro de gravedad era la vida religiosa y la inmortalidad ultraterrena. El humanismo vino a sustituir esa visión del mundo con la reflexión filosófica abundante en productos racionales, en la que primaba la idea del hombre como ser humano, verdadero e integral.
Así, a partir del Renacimiento se instaura un nuevo pensamiento pedagógico: ideas y doctrinas de elevado sentido humanista definen desde este momento el carácter y el valor de la educación, que adquiere de ese modo las cualidades de liberalismo, realismo e integridad. En ese caso, el liberalismo reconoce el valor de la persona del educando como la parte más significativa en su formación tanto como la autenticidad del hombre. Dicho reconocimiento se vuelve patente, entre otras formas, con la supresión de los castigos corporales. A su vez, el realismo reconoce la naturaleza del educando como punto de partida para su educación, además de tomar en cuenta el ambiente donde éste se desenvuelve. Por último, la integridad se refiere a la amplitud de la educación y a la consideración del educando no solamente como un ser que debe adquirir brillo para su persona o para cultivar aquello en lo que tenga capacidad, sino que también lo contempla como un ser con alma, como un conjunto de potencialidades, las cuales es preciso hacer que se desarrollen.
Entre los humanistas más destacados, cuya mirada se centró en lo educativo, encontramos a Tomás Campanella (1568-1639), autor de La ciudad del sol, obra utópica en la que señala a la educación como un medio para ennoblecer a los hombres. Al tiempo de indicar que para el aprendizaje se requiere observación y práctica directas, recomienda formar al hombre en las artes y procurar el fortalecimiento de su vigor físico. En Francia descuella Francisco Rabelais (¿1494?- 1553), quien escribe Gargantúa y Pantagruel clamando por una educación útil, y Miguel de Montaigne (1533-1592), autor de los Ensayos, donde asevera que la educación debe formar al hombre mejor, librarlo de prejuicios sociales y de falsos orgullos, hacer del educando un ser reflexivo, humanamente formado, antes que repleto de conocimientos.
El enfoque Humanista de la Educación al igual que en el Constructivismo, en el proceso enseñanza – aprendizaje es básica la relación maestro- alumno, considerándolo un encuentro persona a persona, donde a través del diálogo se generan los procesos de enseñanza- aprendizaje, donde el maestro es un mediador o facilitador del proceso. Así, el maestro permite que el alumno se apropie de los conocimientos cuando participa activamente dentro de este proceso, superando la simple repetición de los conceptos y logrando que el alumno los relacione con su vida diaria y al mismo tiempo permite a los alumnos crecer como personas en el encuentro con otros.
De esta forma, el maestro al estar frente a un grupo e impartir sus clases genera un clima de aula, que puede o no favorecer el aprendizaje del alumno. Planteándose como uno de los retos retomar los intereses de los alumnos, lo que requiere una mayor comunicación, estrategias y recursos de parte del maestro, para incentivar y mantener la participación de los alumnos creándose así un clima de aula positivo.
Para Vigotsky la evolución del individuo ha de analizarse teniendo en cuenta no solo su estado actual, su desarrollo real sino también la dinamización que sobre él ejercen las interacciones. Dos categorías en que se cristaliza especialmente esta idea son: situación social del desarrollo y zona de desarrollo próximo. El primero define las relaciones específicas para cada edad, exclusivas e irrepetibles
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