Identidad del pedagogo

Identidad del pedagogo.

Nuestra identidad profesional se va formando desde el inicio de la carrera, ideando que queremos llegar a ser, pero tenemos que irnos formando desde que iniciamos el camino de ser pedagogos para llegar a donde queremos sin olvidar de dónde venimos, por qué lo queremos y cuál es nuestro objetivo en el momento.

La idea principal es explicar y dar a entender lo que implica la identidad pedagógica, identificando cada raíz para poder formarlo y lograr un concepto estructurado.

Con referencia al tema se necesita desarrollar las habilidades particulares y conocimientos multidisciplinarios que en conjunto con nuestras experiencias como universitarios y aunado a una visión crítica y un enfoque humanístico nos permitirá construir nuestra Identidad Pedagógica.

En la construcción de nuestra identidad como pedagogos nos encontramos con ciertas dificultades en el camino, algunas de estas surgen en nuestra formación como pedagogos (Martinez, 2005), donde existe una crisis de identidad profesional propia a nuestra disciplina, donde las causas son variadas y nada precisas. Pero retomaremos tres puntos que expuso la Lic. Ana María del Pilar Martínez: Primero están nuestros orígenes etimológicos, que nos sitúan en un primer momento como aquel esclavo que guiaba a los niños; para superar esto debemos estar conscientes que, desde esa primera concepción, la pedagogía ha avanzado mucho y lo sigue haciendo, pues es una disciplina en constante evolución. Como segundo punto, está la discusión epistemológica de nuestra disciplina a la que se le ha dedicado demasiado tiempo; para sobrellevar este aspecto debemos debatir y alcanzar acuerdos como gremio, si es disciplina, ciencia o ciencias de la educación.

Por último, están los estereotipos que se tienen de nuestra carrera, la idea de que un pedagogo es equivalente a un maestro está sedimentada en el pensamiento de la población mexicana, pero aún peor es que también los estudiantes que ingresan a la carrera tengan este supuesto reduccionista de la pedagogía (Cazales, 2008). La raíz de este problema se relaciona con su etimología griega mencionada anteriormente, pero sobre todo porque desde que se comenzó a utilizar el concepto de pedagogía en México, en 1811 por Justo Sierra (Cazales, 2008), siempre estuvo ligado a la docencia. Aunado a esto se presenta el estereotipo de género por cómo se concibe el quehacer educativo: "Solo para niños, solo en la escuela y asociado a virtudes femeninas" (Martinez, 2005). Para hacerle frente a esta problemática creemos que se tiene que hacer desde dos niveles; a nivel individual siempre aclarar nuestro verdadero quehacer cuando salga a relucir, aunque llegue a ser cansado; y a un nivel colectivo, dar a conocer lo que hacemos a más personas, tarea que debe empezar desde la universidad.

Motivo por el cual, la vida en el campus universitario es muy importante, ya que antes de pertenecer a una carrera el universitario adquiere un sentido de pertenencia a la universidad (Santana, 2012). Ésta se va conformando desde que nos sentimos parte de una institución, la cual tiene ciertos valores e ideales que la diferencian de las demás. Dentro de ella hay elementos que funcionan como modelos de identificación interpelantes (Cazales, 2008), como el plan de estudios de la carrera, la comunidad educativa conformada por profesores, compañeros y directivos, y la vida socio-escolar que involucra nuestra voluntad de asistir y participar a los eventos que se organizan, ya sea de índole académica, cultural, deportiva, etc. Todo esto nos ayuda a conformar nuestra identidad como universitarios, la cual se conjunta con la Identidad Pedagógica y con muchas otras para formar nuestra identidad individual.

Al igual que la identidad de cada persona, la identidad pedagógica está compuesta por varias capas; retomaremos uno de los elementos identitarios propuestos por María del Rocío Ávila Santana, que creemos imperante desarrollarlo, éste es la imagen de sí, el cual define como la forma en que uno se percibe o se imagina en el futuro como profesional de la educación.

Para lograr esto, debemos conocer el campo laboral de la pedagogía y como se ha ido transformando; en un principio los alumnos que ingresaban a la carrera, la asociaban fuertemente a la enseñanza, por lo menos en los años cincuenta (Cazales, 2008), sin embargo, creemos que son los mismos estudiantes los que se han encargado en demostrar, todo lo que son capaces de hacer, por lo que se han abierto puertas en otros lugares distintos

instituciones educativas. Hoy en día los pedagogos pueden ejercer su profesión en empresas, centros culturales, museos, cárceles, hospitales, entre otras; concediéndose a sí mismos como multifuncionales. Ya será labor de cada quien escoger qué es lo que querrá hacer como profesional, pero, siempre con un enfoque educativo y humanístico.

La pedagogía aparece cuando hubo cambios importantes en la sociedad y se hace necesario reorientar la forma en que funciona y se plantea la educación (German, 2011). Con esto en mente, los pedagogos somos (o deberíamos ser) los encargados de resolver los problemas educativos que pueden surgir en la sociedad; para esto debemos tener una variedad de conocimientos, habilidades y actitudes propios de la profesión. Ya que no toda la educación es pedagógica, sólo cuando la actividad educativa esté informada por la teoría pedagógica se podrá hablar de calidad en la educación (Flores, 1998).Concepto que en nuestro contexto inmediato como mexicanos se ha oído hablar mucho y que conlleva muchos factores; como primerizos en nuestra formación profesional todavía nos falta mucho por aprender, pero este primer semestre nos amplió el panorama de lo que es la pedagogía y de lo que conlleva la educación, concepto multidimensional que es nuestro objeto de estudio.

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