Inicio Y Desarrollo De La Producción De Café En Colombia.
Diego250311 de Agosto de 2014
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Inicio y desarrollo de la producción cafetera en Colombia
“El café promovió el crecimiento económico,
y al mismo tiempo inhibió la organización
y la autonomía cultural que desafiaron la legitimidad política
y el monopolio cultural de la clase dominante.”
(Murgueitio, 2007, p. 94)
Introducción:
El café en Colombia llegó a mediados del año 1736, hay muchas versiones de como llego, pero la más fuerte la describe el sacerdote José Gumilla en su libro “El Orinoco Ilustrado”. Gumilla dice que la planta fue sembrada en Santa Teresa de Tabage, esta es una población que fue fundada por misiones Jesuitas, localizada entre el río Meta y el río Orinoco.
En 1835 se originó la primera producción comercial de café, desde entonces no son pocos los aportes al desarrollo económico, social e institucional del cultivo de este grano. Desde un punto histórico, el Café ha sido el producto base del desarrollo del país durante la época de las grandes crisis en el mercado internacional, mantenían en pie sus exportaciones y daban la oportunidad de empleo a demasiadas personas. El café desde 1870 impulso el desarrollo de la idea “industria” para nuestro país, también, los bancos y el transporte, esto logro obtener efectos políticos y sociales llegando a ser columna vertebral de la economía nacional.
Durante esta época, Colombia estaba sufriendo el tema de la regeneración, en esto la producción del café fue un factor siempre importante, la economía cafetera se formó muchos políticos y empresarios que tuvieron gran importancia en el desarrollo del país, al provocar esto el café dio origen a la agroindustria rural, que fue base en términos de ingresos, estabilidad y empleo; La producción de café llego a un punto en que era la manera más estable de la economía en el mercado a pesar de todas los cambios políticos que tuvo que sufrir.
El objetivo general de este ensayo es determinar la importancia que tuvo el café en la economía y desarrollo colombiano, llegando a ser la fuerza principal de la explotación capitalista en Colombia, jugando un gran papel en el fenómeno político de la clase dominante, estabilidad política y desarrollo exportador.
Economía cafetera 1880 – 1910
El café al llegar a Colombia y comenzar la industria cafetera tuvo zonas de gran asentamiento, fueron tres principalmente: en primer lugar se encuentran los santanderes en la época de 1880, en segundo lugar se ubica Tolima y Cundinamarca estos entre 1880 y 1910 y por último Antioquia y Manizales que a pocos años de haber sido fundada se estaba convirtiendo rápidamente en “el principal emporio comercial del sur del estado de Antioquía, el norte del Cauca, incluyendo el Chocó y las minas de Marmato” (Parsons, 1997, p.139).
El café obtuvo gran fuerza y gran importancia por los santanderes, se situó un tiempo en este lugar mientras ocurrían las significativas crisis como la crisis de ventas de quina, añil y tabaco, a raíz de estas crisis muchas personas estaban encontrando el café como método de subsistencia. Como indica Palacios:
“Participar en el mercado mundial encerraba la posibilidad efectiva de sobrevivir como clase al mando de una nación en el camino hacia la civilización. La idea puesta en sus términos más crudos, era exportar o perecer en medio de la barbarie” (Palacios, 1979, p. 5).
En la región de Santander, se mantuvo la idea de abundante mano de obra y extensiones de baldíos, de esta manera se estaba cambiando un pedazo de tierra para cultivar productos de subsistencia y café, estos trabajadores que asumían la mano de obra (más pesada) también tenían que hacerse cargo de la responsabilidad de sembrar y cosechar un número específico de plantas. Como compensación, los aparceros de estas tierras, también denominadas haciendas recibían una parte de la cosecha, usualmente era la mitad, a cambio de cultivar, cosechar y procesar el café que producía. El capital principalmente se produjo en el comercio aunque no era una actividad económica dinámica, era más una economía de autoconsumo, por esta razón el transporte se convirtió en el inconveniente frente a la frontera agrícola y de la producción del café.
En los santanderes, el café obtuvo tanta importancia que llegó a reemplazar una economía agraria que era construida en base a haciendas esclavistas medianas que producían caco para exportación a Maracaibo. También llego a reemplazar los cultivos de algodón que tuvieron una caída repentina y configuro a una economía agraria precapitalista.
Al llegar al punto de la acumulación del capital en la industria cafetera, que en el momento era el sector más importante de la economía en Colombia, dependían de las relaciones de producción y de intercambio que explotaban despiadadamente a los trabajadores del café y a los pequeños y medianos productores, como lo señala Bergquist:
“La explotación capitalista en Colombia, especialmente en el sector cafetero, reforzaba las instituciones conservadoras y los valores individualistas, antes que fomentar los de carácter liberal (radical y colectivo); con más frecuencia consolidaba el estatus quo social y político antes que amenazar con transformarlo progresivamente” (Bergquist, 1988, p. 332)
El café abrió el camino de una nueva era de consenso en las clases dominantes, permitió la estabilidad política y el desarrollo exportador, más no transformo el sistema político con el que se estaba actuando. Este tema fue muy importante para la situación política del momento, la regeneración, ya que definió el control de la tierra, por este motivo el conservatismo busco la manera de total apropiación de la tierra donde se producía el café para ofrecerles a los trabajadores el predio en calidad de arriendo, que tenían que comprometerse a sembrar el café bajo la supervisión y dirección de los propietarios o administradores.
El auge del cultivo del café en Tolima y Cundinamarca inicio a mediados de 1875 en los momentos donde el país estaba sufriendo la crisis del tabaco, que provocó grandes capitales comerciales disponibles. Esta región no se salvó de los excedentes de mano de obra, además se mantenía un modo de producción oligárquico que desplazo la pequeña producción agrícola que se encontraba en el centro del país.
En Cundinamarca y Tolima se instaló una economía hacendaría cafetera con sistemas semiserviles de arrendamientos que adquieren diversas formas. La expansión de los cultivos de café sin una mano de obra abundante sino con la monopolización de las mejores tierras, trajo competencia por los trabajadores en los periodos de las cosechas, hay que agregar que había una gran disparidad cultural y étnica entre los propietarios, principalmente del gobierno, y los peones, este fenómeno de escasez de mano de obra en la región del centro del país originó un incremento en los salarios pagados a los trabajadores, pero muchas veces no se pagaba en dinero, sino en especie donde eran pagados de la manera que le gustara al propietario, sin posibilidad de llegar a un acuerdo adecuado para los intereses del trabajador.
En 1885, año en que empieza la industria del café en Antioquía se crearon varias formas de relaciones de trabajo, que aún en el presente son muy recordadas como el aparcero, arriero, peonaje, entre otros; estos conforman un grupo social y cultural muy diverso que indica ya como la nación colombiana se desarrollaría con dinámicas sociales tan distintas. La nueva estructura agraria cafetera se establece, donde su gran propiedad es la dominante, pero entra también a su lado la economía familiar campesina, allí la figura del comerciante pasa a la de un hacendado, que busca ser un hombre ilustrado. Palacios Señala que este sujeto pone en marcha “un engranaje de instrumentos crediticios y comerciales muy ligados a las estructuras de parentesco, las relaciones políticas y la pertenencia o representación de intereses providenciales bien delimitados” (Palacios, 1979, p.20). De una u otra manera estos personajes fueron enseñados por las ideologías políticas y las corrientes del pensamiento europeo, el contacto con el exterior fue fundamental para esto.
Los hacendados al tener bajas cosechas se endeudaron con las casas comisionistas y bancos del exterior, hasta el punto de llegar a hipotecar las casas, a esto se le unió las grandes crisis de precios, que eran frecuentes en la economía colombiana, las haciendas se ponían al borde del fracaso y aún peor durante la guerra de los mil días, donde los precios cayeron y la rentabilidad disminuyo a niveles críticos; los hacendados emplearon los sistemas de enganches, enviando a agentes para firmar contrato con los campesinos de tierras altas, trasladándolas a plantaciones, esto explica porque la tendencia de las haciendas mediante sociedades comerciales de heredero.
La economía cafetera durante y después de la guerra de los Mil días y el periodo de la regeneración
La élite antioqueña fue partidaria de la regeneración conservadora de 1886, y gracias al triunfo y consolidación de esta, los antioqueños pudieron llegar a defender la posición económica que ellos creían que podría logra su prosperidad. Inclusive desde 1903, en vez de estar dominada por los jefes militares que sobrevivieron a las guerras
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