LOS SIETE HÁBITOS DE LA GENTE ALTAMENTE EFECTIVA
Enviado por pipe_airbourne • 11 de Septiembre de 2014 • 2.014 Palabras (9 Páginas) • 225 Visitas
LOS SIETE HÁBITOS DE LA GENTE ALTAMENTE EFECTIVA
Stepehn Covey, a lo largo de su carrera se planteó metas cuyo fin siempre llevo a cabo, para así poder lograr un éxito profesional extraordinario, pero con el alto costo de tener que romper de alguna manera los lasos con su vida personal y familiar, a tal punto de describir que no conoce a su mujer, sus hijos y que tal vez no se conoce ni así mismo. Y es aquí, donde se pregunta si todo lo que hace vale la pena, si el estar realmente ocupado tiene algún valor, de si en su vida todo esto ha tenido algún sentido con el solo hecho, de él haber estado ahí.
Stepehn junto con su esposa Sandra, se encontraban pasando por una situación incómoda, con respecto a uno de sus hijos, a quién no le iba muy bien académicamente, y no solo en ese sentido, también era algo malo para el deporte (beisbol), hecho por el cuál sus compañeros se reían de él, pero ese no era el verdadero “problema” puesto que ellos, sus padres siempre estaban ahí para ayudarlo y defenderlo. Pero nada de esto les daba resultado, pues su hijo continuaba de la misma manera, después de diferentes investigaciones se dieron cuenta de que su hijo sufría alguna especie de “retraso” y que sin querer en lugar de ayudarlo con cada gesto o expresión como “tú puedes lograrlo”, le transmitían un “no eres capaz, alguien tiene que protegerte”.
“Empezamos a comprender que, si queríamos cambiar la situación, debíamos cambiar nosotros mismos. Y que para poder cambiar nosotros efectivamente, debíamos primero cambiar nuestras percepciones.”
En esos momentos de su vida y su trabajo se hallaba ocupado con proyectos de desarrollo del liderazgo y empezó a interesarse por el modo particular en que las percepciones se forman y gobiernan nuestra manera de ver las cosas y comportarnos, comprendiendo así como nuestra percepción puede estar profundamente enraizada. A demás de se encontraba inmerso en el estudio de libros acerca del éxito; libros que en su mayoría se centraban en lo que podría denominarse la “ética del carácter” como cimiento del éxito, cosas tales como la humildad, la felicidad, la justicia. Pero poco después la concepción básica del éxito pasaría de la ética del carácter a lo que podría llamarse la “ética de la personalidad”. El éxito pasó a ser más una función de la personalidad de la imagen pública, de las actitudes y conductas.La “ética de la personalidad” se dividía en dos sendas; una, la de las técnicas de relaciones públicas y humanas, y otra la actitud mental positiva (AMP). Algo de esta filosofía podría expresarse en máximas inspiradoras y en ocasiones otras de estas podrían ser claramente manipuladoras.
El estudio sobre la percepción y la lectura de los libros acerca del éxito se fusionaron para dar lugar a una experiencia nueva, en un nivel más profundo comprendió por qué, mientras trabajaba durante años con personas de todas las condiciones, había descubierto que las cosas que enseñaba y sabía eran efectivas a menudo diferían de esas voces populares.
Con el paso del tiempo y gracias al estudio realizado por Stepehn (anteriormente mencionado) Ambos se dan cuenta de que están cometiendo un gran error al sobreproteger a su hijo pues estaban tratando de utilizar la ética de la personalidad que de alguna u otra manera era una falacia o manipulación, ya que se pretendía de tal forma agradar a los demás, o fingir interés por los intereses de los demás; pues los únicos que estaban obteniendo beneficios sociales por las buenas conductas de sus hijos eran ellos dos. Tomando la decisión de hacerse a un lado con respecto a la formación del carácter de su hijo en lugar de tratar de cambiarlo a él, esforzándose por reconocer su identidad, individualidad, condición independiente y su valor personal.
En esta primera lectura puedo deducir que el autor abordando el tema del éxito, ética del carácter, ética de la personalidad, los principios y paradigmas, quiere enseñarnos como estos pueden afectar nuestra manera de ser frente a un problema o una solución.
Entendiendo por paradigma la percepción o concepción que se puede llegar a tener de la realidad, de determinados casos o sucesos; muchos de estos paradigmas han sido transmitidos por nuestras familias, cultura, educación, religión y algunas por nuestros medios propios; y al estar realmente basados en valores y principios auténticos creemos en ellos y se convierten en nuestros valores más profundos.
Por otro lado nos muestra como la ética del carácter o de la personalidad se diferencia entre sí, pues mientras la ética del carácter basa su fuerza en principios que tienen transcendencia a través del tiempo y que se encuentran sujetas a la integridad, el valor, el amor y que si bien nos puede dar la seguridad de tener una perspectiva clara también puede dar la seguridad de tomar decisiones correctas. A su vez la ética de la personalidad está basada en una serie de técnicas, habilidades, conductas y actitudes que trabajan solamente la actitud mental y en ocasiones suele resultar manipuladora o falsa.
En muchas ocasiones un paradigma refleja la idea que se tiene de la realidad y se basa en experiencias propias lo cual puede provocar que se tenga una visión más cerrada o limitada de la realidad, y más si no se basa en principios elementales del ser humano. Si se quiere realizar un cambio de paradigma se deben analizar lo principios manejados y ver si estos están acorde con los paradigmas deseados. Al basar los principios que son correctos en los paradigmas podríamos mejorar aquellos aspectos en los que se tiene déficit y conseguir soluciones a largo plazo consiguiendo un cambio de adentro hacia afuera, y para que esto suceda es realmente necesario tener en cuenta tres aspectos sobre los cuales se compone un hábito: el conocimiento, este sería el paradigma teórico, el qué hacer y para qué; la capacidad, la cual indica cómo hacer; por último el
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