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. La Etapa Del Garabateo: De 2 A 4 años


Enviado por   •  22 de Octubre de 2012  •  1.528 Palabras (7 Páginas)  •  1.365 Visitas

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Autores: Lowenfeld Viktor y Brittain Lambert W.

Editorial Kapeluz (1993) Buenos Aires.

5 La etapa del garabateo: de 2 a 4 años.

Un niño muy pequeño puede encontrar un lápiz más interesante para mirarlo, tocarlo o chuparlo, pero alrededor de los 2 años comienza con la actividad del garabateo, uno de sus primeros medios de expresión.

Por lo general, el niño está en condiciones de realizar su primer garabato alrededor de los 18 meses de edad.

La palabra garabato tiene connotaciones negativas que pudieran llevar a restarle importancia, pero estos trazos son el comienzo de su expresión que lo va a llevar al dibujo, la pintura y la palabra escrita, por lo tanto deben ser valorados y bien recibidos.

Desde los 2 a los 4 años, estos trazos tienen una evolución muy notable y se pueden clasificar en tres grupos: Garabatos desordenados, controlados y con nombre.

Garabatos desordenados:

Son trazos sin sentido, que varían en longitud y dirección, suelen ser trazos repetidos, porque el niño mueve su brazo adelante y atrás, empleando sus movimientos más amplios, a menudo mirando para otro lado mientras dibuja.

Como a esta edad, el niño no tiene un control muscular preciso, puede tomar el lápiz o crayón con los dedos o todo el puño y no controla su fuerza, por lo que la línea es muy variada, pudiendo hasta romper el papel.

El niño goza de sus garabatos pero solamente como movimiento, como registro de una actividad kinestésica, sin darles ningún significado. No debe pedírsele que copie o dibuje alguna cosa real, ya que no tiene control visual sobre sus garabatos y al hacerlo, podríamos perjudicar su futuro desarrollo.

Si no se le proporcionan los elementos adecuados, hará garabatos en el polvo acumulado sobre los muebles o las paredes.

Garabatos controlados:

Cuando el niño descubre que hay una relación entre los movimientos que ejecuta y los trazos en el papel, aproximadamente seis meses después de comenzar a garabatear, da un paso muy importante: Descubre el control visual.

Disfrutar de este descubrimiento, estimula al niño a variar sus movimientos, dibujando líneas vigorosas que pueden ser horizontales, verticales o en círculos, rara vez encontraremos líneas interrumpidas o puntos, porque esto requiere que el niño levante el lápiz del papel. Estará ensimismado en su trabajo, sus trazos serán más largos y a veces tratará de usar colores, le gusta llenar toda la página y comprende mejor lo que es tratar de copiar una raya, o una cruz, pero no se somete al modelo y sus trazos tienen una dirección impredecible.

Recién alrededor de los tres años está en condiciones de tomar el lápiz cómo lo hacen los adultos. A esta edad puede copiar un círculo, pero no un cuadrado.

Comienza a hacer garabatos más elaborados y descubre alguna relación entre lo que ha dibujado y algo del ambiente, pudiendo en verdad, haber muy poca relación entre ellos.

En esta etapa, el goce del niño proviene de la sensación kinestésica de mover el lápiz y de su dominio.

El papel del adulto es muy importante ya que el niño acudirá con frecuencia a hacerlo partícipe de sus garabatos y esta participación es lo que importa y no los dibujos en sí.

Garabato con nombre:

En esta etapa, el niño comienza a darle nombre a sus garabatos.

Dirá: “Esta es mamá” o “Este soy yo corriendo” aunque el garabato sean simples líneas donde no esté representado nada de eso.

Esto indica que el pensamiento del niño ha cambiado, ha empezado a conectar los movimientos que ejecuta con el lápiz con el mundo que lo rodea.

Ha cambiado del pensamiento kinestésico al pensamiento imaginativo. Esto ocurre alrededor de los tres años y medio.

Podemos interpretar la importancia de este cambio si analizamos que, como adultos, la mayoría de nuestros pensamientos se realizan en términos de figuras mentales.

Aquí se desarrolla una base para la retención visual.

En realidad, los dibujos no han cambiado mucho de los primeros garabatos, solo que antes el niño podía ver alguna relación entre algún objeto y lo que había dibujado y ahora dibuja con una intención.

En esta etapa sigue disfrutando de la experiencia kinestésica, por lo que le gustará experimentar con nuevos instrumentos. Distribuye los trazos por toda la página, le dedica mucho tiempo y mientras garabatea puede ir explicando lo que hace aunque no haya un destinatario en especial, como si le hablara a su yo.

Algunas veces anuncia lo que va a dibujar y a veces le da nombre de acuerdo a lo que le sugieren los primeros trazos, a veces, mientras dibuja cambia de parecer y lo que al principio había anunciado como “árbol” puede terminar siendo una cosa muy diferente.

No siempre se representan las sensaciones visuales, sino que pueden ser no visuales, como

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