La Moda Del Crecimiento

En la moda del crecimiento

Valija Gitana basa su éxito en el diseño de sus líneas de ropa

Valija Gitana, que cuenta con unos 150 empleados, recientemente entró en el comercio electrónico con el lanzamiento de su página web, www.valijagitana.com.

Por Marie Custodio Collazo / mcustodio@elnuevodia.com

Cristina Collazo era sólo una estudiante de sicología en la universidad de Tulane, en Lousiana, cuando regresó a Puerto Rico para pasar las vacaciones de verano en 1993, cargada de joyería hecha a mano por ella y una amiga para venderla. Pero lo que debía ser una actividad económica temporal, 17 años más tarde se llama Valija Gitana, una cadena de 11 tiendas de ropa y accesorios, que diseña sus propias piezas y emplea alrededor de 150 personas.

Además, la empresa empieza a mirar al exterior, con el lanzamiento hace un año de una tienda en internet, que por ahora atrae a las puertorriqueñas residentes fuera de la Isla, pero que esperan que les permita explorar otros mercados.

“Tenía 21 años y hacía joyería con una amiga. Surgió la oportunidad de ocupar un quiosco en Plazas Las Américas y en tres semanas vendimos casi $100,000. Se suponía que fuera por tres meses, pero nunca cerró”, relató Collazo con la sonrisa tímida de quien ha contado una historia infinidad de veces para convencerse a sí misma de que no ha sido un sueño, sino la realidad.

Al poco tiempo abrió el segundo quiosco de Valija en San Patricio Plaza, pero todavía su enfoque era la joyería.

El espíritu aventurero que alimenta su mentalidad empresarial la motivó en 1996 a viajar alrededor del mundo para nutrir los quioscos de accesorios únicos. Con esto, surge la imagen de Valija como el lugar para encontrar mercancías del Lejano Oriente con influencias “étnico-rústicas”.

Sociedad para crecer

No obstante, en la medida que los quioscos se multiplicaban, se complicaba el modelo de negocios, por lo cual, en 1999, Collazo recurre a su buen amigo Bobby Van Kirk, quien ya la asesoraba informalmente, para que fuera su socio y se encargara del aspecto operacional y administrativo.

“Somos amigos de toda la vida y siempre la ayudaba con el negocio. Cuando llegué, ya Valija tenía cuatro quioscos, una tiendita en San Patricio y 35 empleados”, recordó el ingeniero industrial, quien resaltó que, a pesar de su apellido, es un boricua nacido y criado en la Isla.

Como parte de la evolución que comenzó con la llegada de Van Kirk, Valija integró a su inventario ropa, con el estilo étnico de la empresa. Además, los quioscos pasaron a ser tiendas en los principales centros comerciales del País. En noviembre pasado, la cadena abrió su onceavo local en Plaza del Norte, en Hatillo.

Moda para el trópico

En la medida que crecía la popularidad de Valija también se multiplicó la competencia, por lo que en el 2000 se dieron cuenta de que la única forma de sobresalir era diseñando su propia ropa.

“Nos vimos en una situación en la que muchas tienditas empezaron a copiar nuestro estilo y compraban la misma ropa en los mismos sitios que nosotros. Todavía copian nuestras tendencias, pero ahora con retraso”, indicó Van Kirk.

“Si diseñas te puedes diferenciar de la competencia. El producto sale de aquí, adaptado al cuerpo y el gusto de las puertorriqueñas”, resaltó, por su parte,

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