La doble experiencia “aprender y enseñar a leer y escribir”

La doble experiencia “aprender y enseñar a leer y escribir”

ALCIRA RIOS SUAN

2016100038

UNIVERSIDAD DE LA SABANA

Facultad de Educación

Maestría en Pedagogía

Mayo 05, 2016

La doble experiencia “aprender y enseñar a leer y escribir”

     El presente escrito tiene como propósito presentar la comparación cómo fue mi proceso de aprendizaje lectura y escritura, frente a lo que hoy es mi práctica como docente en el aprender y enseñar a leer y escribir, un proceso importante en la vida del ser humano; se ha podido observar los diferentes cambios que ha tenido este proceso en general, cómo ha sido, de lo memorístico a lo práctico, de lo mecánico a la interacción con el entorno, del maestro que organiza y transmite, al mediador y colaborativo; de la enseñanza centrada, a la importancia que tiene el pensamiento y el actuar del estudiante, de la evaluación cuantitativa por la comprobación en el progreso cualitativo e integral; del no intercambio ni cooperación, por el trabajo en grupo e intercambio de ideas por aprendizaje cooperativo, del aprendizaje tradicional a un aprendizaje significativo.

     En el proceso de aprendizaje de la lectura y escritura de la época de los 80, inició con el grado primero, era un grupo numeroso, los estudiantes muy obedientes, cumplían con todo lo requerido por la maestra, existía un respeto hacia los demás, frente a una maestra seria, radical, estricta, qué tenía la única verdad, la última palabra. El acercamiento maestra-estudiante era mínimo y el equivocarse producía temor porque se recibía un regaño.  Así mismo el proceso de aprendizaje era obligatorio ya que no se sentía motivación por ir a la escuela, ni por los procesos de aprendizaje.

     En este sentido el aprendizaje fue memorístico, mecánico, las grafías y su significado eran repetitivas, se seguía una cartilla (Charry), se seguía de forma memorística las lecturas, repitiendo sin comprender, que limitaba el enriquecimiento de vocabulario, la producción de frases y textos sencillos,  las imágenes eran básicas que no permitían ir más allá de su representación, encasillándolos en un modelo tradicional, por ende sin afianzar el conocimiento, yendo en contra posición de la propuesta de Piaget,  “la asimilación no es jamás pura, sino que se acompaña de la acomodación” (Piaget, 1992), se busca que los niños interactúen con el juego, es necesario actualmente , permitir un acercamiento  con diferentes libros, situaciones reales y concretamente, el aprendizaje se impone como una actividad que posibilite el desarrollo en el estudiante.

     Con relación  a lo anterior los  maestros debemos reflexionar en la ejecución de cada clase, para el mejoramiento de la práctica docente, frente a este aspecto Lerner propone, “analizar buenas situaciones de enseñanza de la lectura y la escritura aminora las inquietudes que se generan al intentar cambiar prácticas arraigadas, permite elaborar respuestas concretas para los problemas con los que los docentes tendrán que enfrentarse y contribuye a configurar un nuevo marco de referencia para la acción en el aula” (Lerner, D. y otros, 2009, p. 54). Esto permite que en el análisis se encuentres factores de cambio en la práctica y por ende en el proceso de aprendizaje en los estudiantes.

     De acuerdo con éstas ideas los maestros se han profesionalizado para ofrecer al estudiante nuevas estrategias para contribuir al proceso de aprendizaje  para aprender a leer y escribir, desarrollando habilidades en la producción de textos, incluyendo palabras nuevas que enriquecen su vocabulario, llevando a cabo otra clase de lectura como la de imágenes, teniendo herramientas para así expresar ideas sencillas de la vida diaria, esto se sustenta con lo planteado en la sesión I de Enseñabilidad de la Lectura y Escritura “todo el tiempo el maestro debe estar estudiando, en continua actualización de la profesión” (Rosa Julia Guzmán, 23 abril 2016).

En este sentido vale la pena enfatizar que en  la interpretación del lenguaje de imágenes, la predicción del final de un cuento, la formulación de hipótesis, la inferencia del contenido de un cuento, con solo la escucha o la lectura del título o con la observación de la imagen de portada, el inventar historias escritas o de manera oral, la resolución de problemas, el desarrollo de laberintos, la elaboración de esquemas como mapas mentales, experimentos, en fin, un sin número de actividades basadas en situaciones cotidianas, bien enfocadas pueden ser de gran provecho y producir cambios significativos en pro de la cognición de los niños. 

     Por otra  parte el generar conciencia con respecto a la capacidad propia de desarrollo de las habilidades básicas de pensamiento, de los procesos psicológicos básicos y superiores y de las funciones ejecutivas, permite a los docentes trabajar al respecto y llegar a ser más eficientes en los propios procesos de aprendizaje así como en nuestra práctica del ejercicio docente. Trabajar en uno mismo, explorar las posibilidades y evidenciar el avance propio, nos permite estar seguros de poder propiciar este tipo de cambios en el aprendizaje de los estudiantes, nos estar seguros de poder propiciar este tipo de cambios en el aprendizaje de los estudiantes, nos dan la posibilidad de tener esa convicción de que con nuestro trabajo llegaremos a hacer que los niños redescubran que tienen el inmenso potencial que tienen en su interior y a generar el desarrollo meta-cognitivo, según lo planteado, “el alumno en efecto llega a ser parte del proceso negociador por el cual se crean y se interpretan los hachos. Es a la vez un agente elaborador de conocimientos y un receptor de la transmisión de conocimientos” (Bruner, 1988, p. 132).  

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