Las Competencias

Las instituciones educativas deben cambiar sus esquemas de evaluación, he irse adaptando a las necesidades actuales tan marcadas por las TICS. Argumenta Morin (1999) que en el nuevo siglo se necesita educar la condición humana y aprender a enfrentar las incertidumbres, esto implica que decididamente se deberá llegar a nuevos modelos, enfoques o estilos en la Educación, entendida esta como un proceso de formación permanente. Formar en competencias no se trataría solo de un problema didáctico, ya que es una condición que está estrechamente relacionada con la condición misma del hombre y su interacción con el mundo.

Una educación basada en competencias debe estar atenta al contexto social, que se articule sistemáticamente desde las competencias básicas, criterios de formación general tan indispensables en una sociedad global de conocimiento.

Zabalza (2002) sustenta que toda institución educativa, en cuanto a competencias se debe tener el reto de abordar el plano pedagógico considerando todos sus ejes, y tener en cuenta ¿qué competencias formar y por qué? ¿Cómo y hacia donde orientar la formación de las competencias? ¿En qué espacios y bajo qué criterios orientar dicha formación? es decir considerar precisamente, no solo el proceso de diseño curricular del plan, en el sentido del documento base guía de los procesos, sino en el de la interacción docente, que es el espacio mismo donde se dirime la formación en el currículo real, para un propósito más trascendente que es la formación del ser humano.

Así, en estos fluctuantes cambios de información que se vive al día a día, el docente debe estar llamado también a nuevos cambios y actuar bajo nuevas perspectivas, donde él y sus alumnos se encuentren inmersos en la concepción de un nuevo currículo, donde el tránsito de la enseñanza al aprendizaje sea de primordial importancia y la formación de didácticas centradas en el aprendizaje, se convierta en un pinar metodológico para estas y las nuevas generaciones de educandos, teniendo en cuenta el punto de vista del estudiante en cuanto a sus materias y el compromiso del docente sobre cómo aprenden sus alumnos para mejorar dicho conocimiento.

El sistema de educación, inclusive me atrevo a decir, que se vive aún en este siglo, se cimienta todavía en diferentes instituciones, hacen gala del aprendizaje para estimular dominios técnicos y muy poco o nada áreas en general. Sin embargo la misma sociedad en cuanto al conocimiento, obliga a que se desarrollen nuevas capacidades.

La dinámica del lugar de trabajo requiere de nuestros estudiantes de hoy en día, los profesionales en las organizaciones del futuro, que tengan creatividad para analizar la información, aplicarla y transformarla en nuevos contextos y resolver problemas en equipo (Sluijsmans, 2002).

El sistema tradicional de métodos de aprendizaje y de evaluación actual no estimula la adquisición de competencias necesarias para enfrentarse al mundo. El reproducir el conocimiento no estimula una actitud crítica en el estudiante, solo forma estudiantes perezosos, que no quieren pensar por sí mismos y que su aprendizaje

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