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Los Maestros En La Revolucion


Enviado por   •  2 de Octubre de 2012  •  1.697 Palabras (7 Páginas)  •  382 Visitas

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Los maestros en la Revolución (1910-1919)

La revolución mexicana interrumpe el proyecto educativo porfiriano, en lo que se refiere a la centralización de la enseñanza primaria y a los esfuerzos que pretendían homogeneizar al magisterio mediante la unificación de los planes de estudio en la enseñanza normal.

La participación de los maestros durante el movimiento revolucionario, estuvo condicionada a los intereses de los mismos, era un constante debatir entre luchar por sus intereses o seguir la corriente del líder revolucionario en turno; puesto que mientras algunos maestros se mantenían al margen de los conflictos armados, otros más, decidían tomar cartas sobre el asunto, participando directa e indirectamente en los mismos. Y es que este periodo se ve marcado por dos hechos relevantes:

• En el año de 1917 se suprime la Secretaría de Instrucción y las Bellas Artes.

• Las escuelas primarias son transferidas a los ayuntamientos de distrito y a los territorios federales.

Estos hechos nos hablan de grandes cambios pensados, para construir las bases de una nueva coordinación en materia educativa que paso a lo siguiente:

La Secretaría de Instrucción y las Bellas Artes es suprimida por que el nuevo gobierno planea la reorganización de una nueva Secretaría que obedezca a los nuevos cambios traídos por consecuencia de la Revolución.

Continuidad y cambios

La misma profesión tuvo continuidad y cambios, lo cual se vio reflejada en una estratificación interna y externa, interna tomando en cuenta si eran titulados normalistas, no normalistas, titulados por gobiernos de los estados y ayuntamientos y los no titulados; externa basada en la dependencia a la que pertenecían y su residencia de trabajo. Aunado a esto, por alcanzar los altos rangos de los puestos directivos persisten la competencia y el conflicto entre los docentes quienes buscan identidad profesional, sobre todo para exigir su territorio, basándose en la función, experiencia y formación especializada que tenían así como en su convicción hacia la lucha por el monopolio de la profesión, debido a la situación migratoria que se producía por las condiciones del movimiento en los centros de trabajo en distintos lugares del país. Así pues, surge el patriotismo profesional: ser normalistas y el nacionalismo educativo: ser los mejores representantes del carácter nacional, que con su unión permitió recalcar la profesión como perteneciente al estado y grupo a favor de los gobiernos revolucionarios ya que lograron participaciones decisivas tanto en políticas educativas y pedagógicas como sociales.

Se pudieron identificar huellas de primeros intentos por parte de los normalistas en lo que a continuidad y cambio de la profesión docente se refiere. En este aspecto hubieron discrepancias entre la Escuela Normal de México y la Escuela Normal de Veracruz, quienes no coincidían en los métodos de enseñanza y aprendizaje a seguir, las decisiones en cuanto a los planes y programas y situaciones de tipo administrativo de las escuelas. Nuevos tiempos requerían de nuevos cambios, los normalistas siempre pelearon la estratificación interna del magisterio entre maestros normalistas titulados, los no titulados y los universitarios; Además de una lucha ardua por su identidad, el monopolio de su profesión y el ámbito institucional de su desempeño.

Las escuelas normales fueron, al mismo tiempo, nidos conservadores y cuna de revolucionarios. Ya fuesen unos u otros, lo cierto es que los maestros en servicio, normalistas o no, fueron transformados por la Revolución.

Maestros revolucionarios y víctimas de la revolución

Las dudas que persisten

Los maestros fueron a la Revolución. No hubo estado o grupo revolucionario que no contara en sus filas con más de un maestro, e incluso los contaron por decenas.

En la capital de la república los universitarios, sobresalieron como opositores y críticos al gobierno de Madero y una vez caído fueron funcionarios, aliados y panegiristas del gobierno de Huerta. En cambio, los maestros de escuela eran menos críticos ante el poder constituido –estuviese encabezado por Díaz, Madero o Huerta- porque desde las últimas décadas del siglo XIX, los maestros primarios eran miembros de una profesión de Estado. Los maestros primarios tuvieron un menor desprecio que los universitarios hacia los “iletrados”, “ignorantes” y, a veces, “salvajes” jefes revolucionarios.

Los maestros pudieron incorporarse con mayor facilidad que los universitarios al discurso revolucionario y posrevolucionario. Los jefes y gobiernos revolucionarios decidieron contrarrestar la oposición de los universitarios por distintas vías. Durante, y sobre todo después de la Revolución, el papel del magisterio ha sido exaltado por casi todos los candidatos a los puestos de representación popular en sus campañas electorales.

Se dice que la participación masiva del magisterio se logra hasta la lucha armada en contra del gobierno de Victoriano Huerta, es entonces cuando empiezan a sufrir consecuencias por la violencia generada, durante 1911, se afectó la marcha de la Dirección Educativa en el D.F. pues se removió a los dirigentes y después de la caída de Huerta fueron sometidos a mayores presiones políticas, incluyendo el D.F. que había mantenido mayor estabilidad tuvo que involucrarse.

Es así como la revolución llegó al centro del país y envolvió al magisterio, con lo que surgieron nuevos conflictos, divisionismos, entre maestros revolucionarios y catedráticos conservadores. Puesto que los normalistas querían ser distintos y al mismo tiempo ser como los universitarios,

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