MAS INSTRUMENTOS PARA EL DESARROLLO
Enviado por Flodmin • 7 de Junio de 2015 • 7.785 Palabras (32 Páginas) • 139 Visitas
1. Introducción
Me gustaría discutir algunas mejoras en nuestro entendimiento del desarrollo económico, en particular la aparición de lo que se ha venido a llamar el "Consenso post Washington". Mis observaciones recaen sobre dos temas. El primero es que hemos llegado a un mejor entendimiento de lo que hace que los mercados funcionen mejor. EI Consenso Washington sostuvo que el logro de unos buenos resultados económicos requería de la liberalización comercial, de la estabilidad macroeconómica y de la correcta fijación de precios (ver Williamson 1990). Una vez que el gobierno haya tratado satisfactoriamente estas cuestiones -especialmente, una vez que "el gobierno es apartado del camino"- se asume que los mercados privados distribuirán eficientemente los recursos y generarán un fuerte crecimiento.
Ciertamente, todas estas cuestiones son importantes para que los mercados funcionen bien: es muy difícil para los inversores tomar buenas decisiones si la inflación está alrededor del 100% anual y resulta además altamente variable. Pero las políticas derivadas del Consenso Washington son incompletas y, a veces, equivocadas. Hacer funcionar bien los mercados requiere algo más que una baja inflación; requiere regulación fiscal, políticas para la competencia, políticas que faciliten la transmisión de tecnología y promuevan la transparencia, por sólo citar algunos aspectos no tratados en el Consenso Washington.
Nuestro entendimiento de los instrumentos necesarios para promover mercados que funcionen correctamente también ha mejorado, y hemos ampliado los objetivos del desarrollo para incluir otras metas distintas del crecimiento, tales como el desarrollo sostenible, el desarrollo equitativo y el desarrollo democrático. Hoy en día, una parte muy importante del desarrollo consiste en buscar estrategias complementarias que sirvan para avanzar todas estas metas simultáneamente. No obstante, en nuestra búsqueda de este tipo de políticas no debemos olvidar los inevitables y difíciles equilibrios y compensaciones entre las metas perseguidas. Este es el segundo tema que trataré.
2. Algunas lecciones de la crisis financiera del este asiático
Antes de discutir los dos temas enunciados, me gustaría hacer referencia a las implicaciones que para el pensamiento sobre el desarrollo conlleva la crisis que actualmente vive el Este Asiático. La observación del exitoso, incluso algunos dicen que milagroso, desarrollo vivido por el Este Asiático fue una de las motivaciones para ir más allá del Consenso Washington. Después de todo, un "cluster" regional de países que no había seguido estrictamente las recetas dictadas por el Consenso Washington, se las había arreglado de algún modo para obtener el más exitoso desarrollo de la historia. Ciertamente, muchas de sus políticas -como la baja inflación y la prudencia fiscal- estaban perfectamente en línea con el Consenso. Diversos aspectos de la estrategia de estos países, como el énfasis en las políticas igualitarias, aunque no eran totalmente extraños al Consenso Washington tampoco habían sido enfatizados por el mismo. La política industrial de estos países, diseñada para acercarse tecnológicamente a los países más avanzados, era, de hecho, contraria al espíritu del Consenso Washington. Estas observaciones fueron la base para el estudio del Banco Mundial sobre El Milagro del Este Asiático (BM 1993) y animaron una nueva forma de pensar sobre el papel que juega el estado en el desarrollo económico (Stiglitz 1996).
Desde su crisis financiera, las economías del Este Asiático han sido ampliamente acusadas por sus erróneas políticas, a las que ahora se considera responsables del barullo en que se encuentran. Algunas ideologías han aprovechado la coyuntura para sugerir que la raíz del problema radica en el sistema de intervención estatal activa. Las críticas apuntan a los préstamos dirigidos por el gobierno y a las estrechas relaciones entre el gobierno y el amplio "chaebol" en Corea. De esta forma, se olvida rápidamente el éxito de las tres décadas precedentes, al cual el gobierno, pese a fallos ocasionales, ha contribuido ciertamente. Sin duda, estos logros, que no sólo incluyen grandes aumentos del PIB per cápita, sino también incrementos en la esperanza de vida, en el nivel de educación, y en una gran reducción de la pobreza, son mejoras reales y más duraderas de lo que resultará ser la presente crisis financiera.
Incluso cuando los gobiernos emprendieron medidas por sí mismos, los logros alcanzados fueron notables. El hecho de que crearan las plantas de acero más eficientes del mundo desafía a los ideólogos de la privatización que sugieren que tales éxitos son, en el mejor caso, un golpe de suerte y, en el peor, imposibles' Estoy, desde luego, de acuerdo en que el gobierno debe concentrarse en lo que sólo él puede hacer y dejar la producción de otros bienes como el acero al sector privado. Pero la raíz del problema actual en muchos casos no es que el gobierno haya intervenido demasiado en muchas áreas, sino lo poco que lo ha hecho en otras. En Tailandia el problema no fueron las inversiones del gobierno en bienes inmuebles, sino que los reguladores gubernamentales no las supieron detener a tiempo. Similarmente, la República de Corea también sufrió problemas al prestar en exceso a compañías con altos niveles de riesgo y débil gobernación corporativa. Pero el error no estaba en que el gobierno dirigiera equivocadamente el crédito -el hecho de que la reciente crisis fuera causada por créditos de bancos estadounidenses, europeos y japoneses sugiere que las entidad des "de mercado" también pueden dirigir equivocadamente el crédito. El verdadero problema fue la falta de intervención gubernamental, la subvaloración por el gobierno de la importancia de la regulación financiera y de la gobernación corporativa.
La crisis actual del Este asiático no es una refutación del milagro del Este Asiático. Los hechos básicos permanecen: ninguna otra parte del mundo ha visto crecer sus ingresos tan espectacularmente ni salir a tanta gente de la pobreza en tan corto lapso de tiempo. Las versiones más dogmáticas del Consenso Washington no proveen el marco conceptual correcto para entender el éxito de las economías del Este Asiático ni sus actuales problemas. Las respuestas a la crisis del Este Asiático basadas en estas visiones del mundo serán, en el mejor de los casos, defectuosas y, en el peor, contraproducentes.
3. Haciendo que los mercados funcionen mejor
El Consenso Washington se basó en la experiencia vivida por los países latinoamericanos durante los ochenta. En ese tiempo, los mercados de esta región no estaban funcionando bien, en parte como resultado de políticas públicas disfuncionales. El PIB declinó durante
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