Pedagogos Destacados
Enviado por jlcctmz • 9 de Diciembre de 2013 • 29.261 Palabras (118 Páginas) • 271 Visitas
El pensamiento pedagógico de Juan Luis Vives.
Se considera que Juan Luis Vives es un hombre de encrucijada por la circunstancia histórica que le tocó vivir, Vives es un hombre de transición, está entre un siglo que muere y otro que nace. Pero nuestro interés por este hombre es su gran labor pedagógica. Ante una sociedad cristiana que se desintegra política y socialmente, su sensibilidad de intelectual cristiano reacciona en dos sentidos: el primero se expresa en la denuncia de las estructuras que él estima viciadas y en su conveniente depuración; el segundo está precedido por una intención restauradora. Toda la obra de Vives está penetrada y presidida por esta doble finalidad: crítica y pedagógica; la primera tiene un sentido diagnóstico e instrumental y la segunda un carácter sustantivo.
Datos biográficos
Juan Luis Vives March nace en Valencia el 6 de marzo de 1492 en el seno de una familia de mercaderes de paños, conversos al judaísmo. En 1509 se marcha a estudiar a París para estudiar las artes. No se adapta a la orientación marcadamente dialéctica y a las disputas de escuela de esta universidad y se adhiere a las nuevas doctrinas del humanismo.
En 1514 se traslada a Lovaina donde, en 1517, es elegido preceptor de Guillermo de Croy, futuro cardenal de Toledo y primado de España. Durante su estancia en Lovaina desarrolla sus relaciones con los principales humanistas del momento: Erasmo de Rótterdam, Guillaume Budé, Juan de Vergara y Tomás Moro.
En 1523 se traslada a Inglaterra donde ocupa la cátedra de Retórica en el Corpus Christi College de Oxford y es nombrado consejero de los reyes Enrique VIII Y Catalina de Aragón, pero el divorcio de ambos lo aleja de este país.
En 1528, Vives regresa a los países bajos y se instala en brujas, donde pone de manifiesto sus magníficas dotes de intelectual humanista y cristiano. Son los años de madurez de su producción.
Juan Luis Vives muere en la ciudad de Brujas en 1540, a la edad de 48 años, tras una larga y penosa enfermedad.
Obra pedagógica de Vives. Finalidad y contenido
Teleología pedagógica
La primera de las opciones que se le plantean era la del sabio puro, teórico o contemplativo, cuya característica peculiar consiste en proponer que el saber tiene su finalidad en sí mismo; saber por saber. Frente a esta opción, Vives afirma la finalidad práctica del saber.
La otra opción que se le ofrecía a Vives era la adoptada históricamente por los sofistas. En la Grecia clásica, el sofista es un sabio práctico que se coloca en los antípodas del sabio contemplativo. El sofista solicitado por urgencias vitales inmediatas, enfoca el saber en un sentido instrumental y pragmático; reivindica la dimensión práctica del saber, pero la reduce al campo del hacer teórico-artístico. Vives reacciona también frente a este ideal del sabio eficaz, que contrae la verdad al plano de un subjetivismo relativista y declina la responsabilidad ética del saber que profesa.
El advenimiento del cristianismo supuso una notable ampliación y enriquecimiento del horizonte de la sabiduría, a la vez que propició una nueva figura del sabio. La concepción cristiana de la sabiduría suponía la apertura hacia un Dios personal y trascendente que comunica a los hombres una sabiduría infinitamente superior a la humana.
Todos estos datos se integran a la concepción de la sabiduría de Juan Luis Vives. Para Vives, el fin último de la educación es Cristo; nos enseña que todo lo debemos de referir a Cristo y todo a él se ha de enderezar; y tres son los puntos que debe meditar el hombre mientras viva: saber bien, hablar bien y obrar bien.
Psicología pedagógica
No sólo su obra más importante y original, el tratado de las disciplinas, es de carácter estrictamente pedagógico, sino que, su segunda obra en importancia y valor de actualidad, el tratado del alma, constituyen el fundamento psicológico de su pedagogía.
La crítica moderna coincide sustancialmente en señalar que lo más valioso y actual de la producción de Vives es su obra psicológica y, de modo particular, el valor y atención a la intuición (de lo particular a lo general).
El reconocimiento y empleo consciente de la inducción como método de investigación, aplicado especialmente a los problemas psicológicos, hacen de Vives un verdadero precursor de la psicología actual, pudiéndose adjudicar, tal vez, la consideración de padre de la psicología pedagógica. Para conocer adecuadamente el proceso de aprendizaje de la persona, Vives va a establecer lo que denomina “el exámen de ingenios”, que constituye la base de la orientación escolar y profesional.
En tal sentido, propone que el niño se quede en el colegio uno o dos meses para que sean exploradas sus dotes intelectuales y morales. Propone también que los maestros se reúnan en secreto cuatro veces al año para cambiar impresiones acerca de las posibilidades de sus alumnos. Vives afirma que el juego y las operaciones matemáticas son ejemplos de magníficos reactivos (hoy en día les llamamos” test”) para explorar el ingenio y destaca con énfasis el papel decisivo del docente en la educación del discente.
La importancia que Luis Vives concede a la práctica en la adquisición de conocimientos y de hábitos se refleja en estas palabras: “No tanto se sabe lo que recibimos por una callada contemplación como lo que se nos transmite por el ejercicio y el uso”.
Pedagogía diferencial
Los sectores diferenciales a los que dedica especial atención son dos: la formación del gobernante y la educación femenina.
La formación del gobernante tenía ya una rica tradición pedagógica en los abundantes tratados sobre la educación de príncipes. Vives no dedica un tratado especial sobre este tema, pero sí abundantes observaciones y sugerencias dispersas en sus obras de carácter moral y político-social, como la Escolta del alma, La Introducción a la sabiduría, Sobre la concordia y discordia, etc. A todo esto se debe agregar que la preocupación de Vives no se agota en el tradicional planteamiento de la formación personal del gobernante, sino que apunta hacia una educación popular, planeada, dirigida y realizada por una política pedagógica de largo alcance y de moderno estilo.
La pedagogía femenina le mereció a Vives una atención destacada. Le dedicó dos tratados: La educación de la mujer cristiana y los deberes del marido, aunque en su concepción del papel y la educación de la mujer, Vives se mueve sustancialmente en la línea de la tradición cristiana.
En síntesis el se propone formarla para la vida; la vida de entonces. En esta formación entran tres ingredientes fundamentales: la virtud y las costumbres, la preparación profesional específica de
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