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Enviado por   •  7 de Febrero de 2014  •  1.351 Palabras (6 Páginas)  •  174 Visitas

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Este trabajo pretende colocarse bajo la advocación de Camilo Cienfuegos,

quien debla leerlo y corregirlo pero cuyo destino le ha impedido esa tarea.

Todas estas líneas y las que siguen pueden considerarse como un homenaje

del Ejército Rebelde a su gran Capitán, al más grande jefe de guerrillas que

dio esta revolución, al revolucionario sin tacha y al amigo fraterno.

Camilo fue el compañero de cien batallas, el hombre de confianza de Fidel en

los momentos difíciles de la guerra y el luchador abnegado que hizo siempre

del sacrificio un instrumento para templar su carácter y forjar el de la tropa.

Creo que él hubiera aprobado este manual donde se sintetizan nuestras

experiencias guerrilleras, porque son el producto de la vida misma, pero él le

dio a la armazón de letras aquí expuesta la vitalidad esencial de su

temperamento, de su inteligencia y de su audacia, que sólo se logran en tan

exacta medida en ciertos personajes de la Historia.

Pero no hay que ver a Camilo como un héroe aislado realizando hazañas

maravillosas al solo impulso de su genio sino como una parte misma del

pueblo que lo formó, como forma sus héroes, sus mártires o sus conductores

en la selección inmensa de la lucha, con la rigidez de las condiciones bajo las

cuales se efectuó. No sé si Camilo conocía la máxima de Dantón sobre los

movimientos revolucionarios, "audacia, audacia y más audacia"; de todas

maneras, la practicó con su acción, dándole además el condimento de las

otras condiciones necesarias al guerrillero: el análisis preciso y rápido de la

situación y la meditación anticipada sobre los problemas a resolver en el

futuro.

Aunque estas líneas, que sirven de homenaje personal y de todo un pueblo a

nuestro héroe, no tienen el objeto de hacer su biografía o de relatar sus

anécdotas, Camilo era hombre de ellas, de mil anécdotas, las creaba a su

paso con naturalidad. Es que unía a su desenvoltura ya su aprecio por el

pueblo, su personalidad; eso que a veces se olvida y se desconoce, eso que

imprimía el sello de Camilo a todo lo que le pertenecía: el distintivo precioso

que tan pocos hombres alcanzan de dejar marcado lo suyo en cada acción.

Ya lo dijo Fidel: no tenia la cultura de los libros, tenla la inteligencia natural

del pueblo, que lo habia elegido entre miles para ponerlo en el lugar

privilegiado a donde llegó, con golpes de audacia, con tesón, con inteligencia

y devoción sin pares.

Camilo practicaba la lealtad como una religión; era devoto de ella; tanto de la

lealtad personal hacia Fidel, que encarna como nadie la voluntad del pueblo,

como la de ese mismo pueblo; pueblo y Fidel marchan unidos y así

marchaban las devociones del guerrillero invicto.

¿Quién lo mató?

Podríamos mejor preguntarnos: ¿quién liquidó su ser físico? porque la vida

de los hombres como él tiene su más allá en el pueblo; no acaba mientras

Librodot La guerra de gerrillas Ernesto «Che» Guevara

éste no lo ordene.

Lo mató el enemigo, lo mató porque quería su muerte, lo mató porque no hay

aviones seguros, porque los pilotos no pueden adquirir toda la experiencia

necesaria, porque, sobrecargado de trabajo, quería estar en pocas horas en

La Habana. ..y lo mató su carácter. Camilo, no media el peligro, lo utilizaba

como una diversión, jugaba con él, lo toreaba, lo atraía y lo manejaba; en su

mentalidad de guerrillero no podía una nube detener o torcer una línea

trazada.

Fue allí, cuando todo un pueblo lo conocía, lo admiraba y lo quería; pudo

haber sido antes y su historia seria la simple de un capitán guerrillero.

Habrá muchos Camilos, dijo Fidel; y hubo Camilos, puedo agregar, Camilos

que acabaron su vida antes de completar el ciclo magnifico que él ha cerrado

para entrar en la Historia. Camilo y los otros Camilos (los que no llegaron y

los que vendrán), son el índice de las fuerzas del pueblo, son la expresión

más alta de lo que puede llegar a dar una nación, en pie de guerra para la

defensa de sus ideales más puros y con la fe puesta en la consecución de

sus metas más nobles.

No vamos a encasillarlo, para aprisionarlo en moldes, es decir matarlo.

Dejémoslo así, en líneas generales, sin ponerle ribetes precisos a su ideología

socio-económica que no estaba perfectamente definida; recalquemos si, que

no ha habido en esta guerra de liberación un soldado comparable a Camilo.

Revolucionario cabal, hombre del pueblo, artífice de esta revolución que hizo

la nación cubana para si, no podía pasar por su cabeza la más leve sombra

del cansancio o de la decepción. Camilo,

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