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Presentación


Enviado por   •  13 de Abril de 2015  •  1.946 Palabras (8 Páginas)  •  147 Visitas

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Desarrollaremos cada tema expresado en el libro:

El Hombre que deseaba oro.

Debemos iniciar con un concepto básico que debemos entender que la riqueza de un hombre no esta en cuanto tiene en este momento, sino como mantener la riqueza y que tenga un flujo constante que mantenga la riqueza. Pero para obtener la riqueza que deseamos debemos buscarla, sino la buscamos nunca podremos tenerla, ya que a medida dirijamos nuestros esfuerzos en alcanzarla estará más cercana a nosotros.

El Hombre más rico de Babilonia.

Como cada actividad en la vida, todo tiene un método para hacerlo de forma eficiente, pero esto debe formar parte de nuestro aprendizaje diario y debemos aprenderlo en nuestra juventud ya que las actividades repetitivas se convierten en hábitos y si tenemos malos hábitos debemos sustituirlos por buenos hábitos.

Debemos empezar por aprender que la suerte es mala consejera, ya que fácilmente viene fácilmente se va lo que hemos recibido, además de ello nos envuelve en un conjunto de deseos que no podemos satisfacer. Como iniciamos esta parte del ensayo la forma de alcanzar el poder es a través de la riqueza, ya que permite alcanzar nuestros deseos, pero para ello debemos empezar en nuestra juventud.

Para empezar a acumular nuestra riqueza debemos empezar por decidir que una décima parte de todo lo que ganamos debe ser nuestro, para ahorrarlo, ya que primero pagamos a los demás y por último si sobra a nosotros mismos en lugar de ser lo contrario; este principio nos demuestra que trabajamos para los demás y no para nosotros mismo; lo primero que debemos hacer es pagarnos a nosotros mismos.

La riqueza es comparada a un árbol si no plantamos la semilla nunca podremos tener un árbol, igual si no nos pagamos a nosotros mismos primero no podremos acumular nuestra riqueza, ojo con ello no debemos caer en la trampa de que si mejoramos nuestros ingresos, seguimos ahorrando lo mismo, siempre debe ser un diez por ciento no menos ya que en diez años tendremos lo que hemos ganado en un año.

Luego de tener el hábito de pagarnos primero debemos poner a trabajar el dinero, pero debemos de tener cuidado en que lo vamos a invertir y a quien le vamos a confiar nuestro tesoro, ya que andan muchos en búsqueda de quitar el tesoro al que lo permita; debemos pedir consejo acerca de una inversión a las personas que saben de ello, si no lo hacemos de esta forma pagaremos con nuestro tesoro la inexperiencia de los otros con nuestro tesoro.

Al encontrar un buen consejero y como invertir el dinero de la forma en que nos reditué, debemos reinvertir lo que hemos obtenido, pero debemos estar preparados para aprovechar las oportunidades que se nos presentan y tener la voluntad de perseguir nuestras metas. Además de ello no debemos convertirnos en avaros cuando hemos acumulado un tesoro, ya que si hemos desarrollado una fuente constante que haga crecer nuestro tesoro debemos disfrutar la vida de manera correcta sin excesos.

Los siete remedios para una bolsa pobre

Primer Remedio: Comenzar a engordar la bolsa.

Debemos iniciar con la regla básica aprendida: “pagarse primero a uno mismo no menos de un diez por ciento de todo lo que ganamos” , esto nos permite ajustar todo nuestras cuentas, deseos y necesidades al noventa por ciento restante, si nos adaptamos a ello podremos engrosar nuestros ahorros de forma constante.

Segundo Remedio: Controla tus gastos.

Debemos en primer lugar saber distinguir nuestros gastos de nuestros deseos, ya que muchas veces pensamos en que un deseo es una necesidad, por ejemplo un teléfono nuevo, ya que nuestros amigos andan el último que acaba de salir, nos sentimos atraídos por la idea y creamos la necesidad; un principio verídico es que entre más ganamos más gastamos ya que nuestras necesidades “aumentan”, cosa que no es cierta lo que debemos hacer es que podemos satisfacer nuestros deseos hasta donde nos alcance pero no debemos excedernos de ello.

Debemos hacer un presupuesto para evitar el despilfarro del dinero y con ello sabremos qué deseos podemos satisfacer con nuestro presupuesto y cuales quedaran para después.

Tercer Remedio: Haz que tu oro se multiplique.

Cuando hemos aprendido a pagarnos a nosotros mismos primero y luego a los demás, cuando hemos colocado el escudo del presupuesto a nuestros ingresos, debemos poner a trabajar nuestro tesoro de forma que produzca más para que se convierta en un chorro constante que nutra nuestro tesoro.

Cuarto Remedio: Protege tus tesoros de posibles pérdidas.

Es de sabios asegurar un pequeño ingreso por nuestro tesoro y aprender a protegerlos antes que invirtamos grandes cantidades. Este principio nos indica que primero debemos tener seguridad antes de invertir nuestro tesoro, para ello debemos escuchar consejos de gente que trabaja con ello, expertos si es posible ya que una mala inversión arrancaría el árbol que hemos plantado.

Quinto Remedio: Haz de tu morada una inversión provechosa

Debemos saber que si el noventa por ciento que hemos dejado para vivir, podemos invertir una de esas partes, entonces nuestro tesoro crecerá más rápidamente, es justo que tengamos un techo digno donde vivir y criar a nuestros hijos.

Sexto Remedio: Asegura un ingreso futuro

Este principio es sumamente importante desde mi punto de vista ya que no somos eterno es está vida y debemos asegurar un ingreso a los seres queridos que dejamos; si buscamos, aprendemos y ponemos en práctica las leyes de la riqueza podemos realizar ciertas inversiones que duraran muchos años, con ello nos indica que debemos asegurar nuestro tesoro antes de que llegue la vejez y de la protección de la familia.

Séptimo Remedio: Aumenta tu habilidad para ganar dinero

Debemos iniciar por aumentar nuestra riqueza en pequeñas cantidades y luego damos el salto a sumas mayores de dinero; pero esto ¿cómo se consigue? Como lo indica el principio debemos aumentar nuestra habilidad como negociantes y saber cuándo debemos invertir más para ganar una buena suma, pero la habilidad es una cuestión de más trabajo, más dedicación, más esfuerzo, más estudio, etc.

También este principio nos enseña a que la vida de un hombre es rica porque,

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