Proyecto Vocacional ¿Imposición o construcción?

PROYECTO VOCACIONAL ¿IMPOSICIÓN O CONSTRUCCIÓN?

Partiendo de la LEN 26.206 en su artículo 30 claramente propone  que la educación secundaria debe habilitar a los adolescentes y jóvenes para el ejercicio pleno de la ciudadanía, trabajo y para la continuidad de estudios.

La ley provincial VIII N°91 toma como referencia la ley nacional y lo incorpora al DC de la Provincia del Chubut como mandato, cuando expresa claramente que el perfil del egresado de la ES es el reconocimiento a un derecho inalienable de carácter personal y social que lo demuestra en la construcción de su propio proyecto de vida.

Partiendo de este fundamento, claro y fuerte, mi premisa es:

En esta etapa de la Educación Secundaria los jóvenes transitan por un periodo significativo de definiciones para su proyecto de vida.

A partir de esta premisa y desde los propósitos, situarme como docente del espacio proyecto vocacional en 6° año de ESO surgen los siguientes interrogantes:

• Los jóvenes: ¿comprenden el sentido de construcción de proyecto de vida?
• ¿Cómo hacerles saber que son los únicos creadores de su proyecto de vida?
• ¿Cómo  concientizar a los estudiantes sobre la importancia de construir sobre su propio proyecto de vida?
• ¿Cómo conocer las distintas capacidades que deben desarrollar/fortalecer nuestros estudiantes porque serán las que necesitarán para construir con éxito su propio proyecto de vida?

Con estos interrogantes planteo pensar y formular una situación problemática que deviene el pensar sobre “el poder de la escuela”, situando al poder como acción, esto es pensar la escuela como campo de producción y  no en los meros límites del deber. Cuando el poder está sometido al deber el conocimiento es imperativo, y no podemos generar una educación contextualizada que habilite y posibilite al joven la toma de decisiones donde el  estudiante sea el protagonista del sentido que le dé a su vida con aciertos y desaciertos.

Este poder de acción me permite encontrar en el no saber del otro una posibilidad tal como lo expresa Ranciere en el Maestro Ignorante, solo puede enseñarse lo que no se sabe, es decir, no sabemos lo que puede activar un encuentro educativo pero si ese encuentro educativo debe presentarse como un espacio que los habilite para que construyan su proyecto de vida. Y esto es lo que me lleva a pensar en el interrogante de las capacidades, la dirección que puede tomar el desarrollo de una habilidad, una capacidad en la definición de su proyecto de vida, pensando en las potencialidades necesarias desarrolladas porque existe el guía, maestro emancipador.

Antes una escuela era un modo institucionalizado de educar, imprimir atributos al estudiante de acuerdo a un ordenamiento social, entonces el conocimiento  debía ser imperativo. Ahora, con este DC y con este espacio curricular Proyecto vocacional, se piensa en la escuela “situación”, escuela “contextualizada” que crea un horizonte de posibilidades, que no radica en la producción de sujetos/estudiantes a imagen y semejanza de algún ideal para responder las exigencias de un mundo fragmentado, sino la creación de condiciones que habiliten un porvenir en  nuevo tiempo donde él sea el protagonista activo, proyectando y generando  situaciones que contribuyan a favorecer su proyecto de vida.

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