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RELACION FAMILIA ESCUELA


Enviado por   •  5 de Marzo de 2014  •  7.603 Palabras (31 Páginas)  •  596 Visitas

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Relación familia – escuela. Las instituciones educativas deben convertirse en el espacio natural donde los padres o personas responsables de los niños y jóvenes, encuentren la oportunidad de reflexionar sobre la forma como se desempeñan como padres y la manera como pueden ser parte activa en la formación de los hijos, en la medida que establezcan una relación de corresponsabilidad en la formación y construcción de valores con directivos, docentes, con otros padres de familia y en general, con toda la comunidad educativa en beneficio de los niños.

Si los padres o responsables de los estudiantes se integran activamente a la dinámica de las instituciones educativas, seguramente podrán establecer objetivos claros en su papel de formadores. En consecuencia, tanto las instituciones educativas como las familias deben conocer lo que deben saber, y saber hacer los estudiantes en las competencias básicas y laborales; relacionarse efectivamente en los procesos de calidad de la escuela, en relación con la evaluación, con el análisis de las pruebas de competencias básicas y de competencias ciudadanas; vincularse con los planes de mejoramiento de las instituciones educativas, propuestos por el MEN y las respectivas Secretarías de Educación y desde luego, por la misma institución educativa; generar espacios de reflexión sobre la vida cotidiana de la familia y su relación con el entorno; procurar el crecimiento integral de los hijos y del grupo familiar a través del intercambio de reflexiones pedagógicas de docentes y familia; y promover la participación permanente de los miembros del grupo familiar en el proceso de enseñanza y aprendizaje de los hijos, desde las distintas responsabilidades y roles .

Asimismo, la relación familia-escuela puede ser comprendida como los acuerdos y las prácticas de cooperación en las distintas gestiones educativas, que se establecen entre los padres de familia o acudientes y las instituciones educativas en las cuales inscriben a sus hijos, con el fin de propiciar el logro de los proyectos educativos institucionales. Son varias las afirmaciones contenidas en esta definición, entre ellas :

Una relación entre la familia y la escuela, si es efectiva, debería propiciar el mejoramiento de la calidad de la educación.

La relación familia-escuela, si bien afecta directamente al estudiante, se funda en una relación previa entre los padres de éste y la institución educativa.

La relación familia-escuela incluye a los padres de familia o a los acudientes de los estudiantes, por tanto, se reconoce la existencia de casos en donde la representación parental es delegada o sustituida.

La relación familia escuela se basa en la construcción de acuerdos y la cooperación práctica entre la familia y la escuela.

La participación es el eje fundamental de la relación familia-escuela.

La relación familia-escuela se ejecuta sobre la gestión educativa, lo que implica que ésta se extiende sobre las gestiones administrativas, directivas, académicas y hacia la comunidad.

Al tener en cuenta estas particularidades, se puede comprender la complejidad y la importancia de las relaciones entre la familia y la escuela. La mayoría de los PEI contemplan en su formulación, elementos conceptuales y proposiciones a partir de los cuales, se puede deducir la aceptación de una relación entre la familia y la escuela formulada en los términos que se señalan arriba. Sin embargo, su ejecución práctica se acerca más a una "democracia mínima" que a una democracia plena, en vista de los bajos niveles de participación efectiva de los padres (Gentilli, 1999).

Una efectiva relación familia-escuela pensada en función de la educación, no se trata de un simple gesto de aceptación mutua de los proyectos y aspiraciones, sellado con la firma de una matrícula o contrato, sino en el reconocimiento de los propósitos formativos comunes y no comunes, en el establecimiento de responsabilidades y consensos, en la formalización de las voluntades de participación y en la generación y utilización de los espacios y estrategias idóneas para respaldar dicha participación.

La relación efectiva entre la familia y la escuela, fundada sobre el reconocimiento y aceptación mutuo de sus roles en los procesos educativos y formativos, y sobre acuerdos acerca de los propósitos formativos, más allá de los mínimos exigidos por la Ley, se podría evidenciar directa e indirectamente de varias maneras, por ejemplo: mediante la presencia activa de padres de familia en comités permanentes para diseño y seguimiento de los planes de mejoramiento; a través de la participación cotidiana de las familias en actividades formativas en donde su saber, habilidades y experiencias puedan articularse significativamente a los proyectos pedagógicos o de área; a través de la presencia activa de los padres de familia en la evaluación de lo académico; con la participación en las escuelas de Padres en donde ellos no sean en cada caso los sujetos que requieren aprehender un discurso o habilidad, sino que puedan participar activamente con relatos sobre sí mismos, sus necesidades, expectativas, demandas y posibilidades.

Son varios los investigadores y académicos que manifiestan la urgente necesidad de fortalecer la relación entre la familia y la escuela, encaminada a fortalecer la educación integral de los jóvenes y en nuestro medio a propiciar lo que se denomina el mejoramiento de la calidad de la educación.

En el contexto Chileno, investigaciones como las de Nieva Milicic y Alicia Rivera (Rivera, 2008) manifiestan la necesidad de diseñar y establecer “alianzas” entre la familia y la escuela, que permitan enfrentar conjuntamente los retos actuales de la educación y la formación de los jóvenes en contextos socioculturales y económicos que se presentan cada vez más complejos y cambiantes. Sin embargo, todavía no se cuenta con conocimientos suficientemente amplios sobre cómo llevar a cabo esta alianza, ni los componentes que deben caracterizarla en cada contexto, como nos dicen Rodrigo y Palacios, citados por Rivera:

“Pese al notable consenso entre los educadores, los padres y el público en general que establece que la calidad de la educación se beneficia cuando los padres se dedican más a la educación formal de sus hijos (Epstein, 1995), aún no está claro cómo llevarlo a cabo. Hasta ahora la tendencia mostrada por la escuela asume un tipo de familia ideal, de tipo nuclear, con una adecuada dinámica en torno a la cual basa su demanda y exigencias, con ello desconoce que en las funciones de socialización de los hijos a través de la educación, las familias en condiciones de pobreza enfrentan los conflictos de su vida cotidiana con insuficientes

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