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RESUMEN FINAL DE HISOTRIA DE LA EDUCACIÓN GENERAL


Enviado por   •  1 de Agosto de 2019  •  Apuntes  •  25.928 Palabras (104 Páginas)  •  90 Visitas

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RESUMEN FINAL DE HISOTRIA DE LA EDUCACIÓN GENERAL

INTRODUCCIÓN A LAS PROBLEMÁTICAS DE LA HISTORIA DE LA EDUCACIÓN COMO CAMPO DE CONOCIMIENTOS

¿CON QUÉ HISTORIA DE LA EDUCACIÓN DEBEMOS EDUCAR LOS DOCENTES? – CHARTIER, ANNA MARIE

I- Los usos de la historia en la educación. La historia, escuela de vida para formar al Príncipe

 En Francia, el primer profesor que usó la historia como herramienta de educación fue el obispo Bossuet entre 1670 y 1680. Le enseñaba la historia de Francia al príncipe. La historia es la de la acción política que prepara al ejercicio del poder, insistiendo en “las faltas de los reyes y calamidades que las siguieron”. El príncipe es formado para “aprender lecciones de la historia”, presentadas como un repertorio de situaciones y estudios de casos donde el profesor lo ayuda a no volver a caer.

La historia, escuela de honor para conseguir su rango: no existía una disciplina titulada “historia” en el currículo para los niños de las élites que frecuentan los colegios jesuitas o de los oratorios. Pero la  historia está presente en los cursos de latín y griego. Sin conocimiento de la Antigüedad, los alumnos no podían comprender los textos seleccionados por su valor moral que debían traducir.  Esta historia  no era incluida en la educación de los niños de pueblo.

La historia cristiana de los catecismos: La Historia Sagrada, en cambio, era una historia que debían conocer todos los niños, sin distinción de rangos ni de sexo. Los catecismos elaborados por la Reforma, eran catecismos históricos que relataban la historia del pueblo elegido desde el Génesis hasta la vida de Cristo. La Historia Sagrada es una teología que da sentido a la vez a la historia pasada, presente y futura. Contrariamente a la historia latina o griega, se refiere a todo el planeta, el de los cristianos y futuros cristianos, en tiempos de la primera “universalización” mediante los grandes descubrimientos y la colonización. Los dos testamentos dan así “la clave ultima de la existencia humana y un sentido a la vez colectivo e individual del  destino de cada uno.

Abolir la tradición, renovar el curso del tiempo: La Revolución Francesa, al suprimir la tradición, tuvo que educar a los futuros ciudadanos con otras pautas. Establecieron catecismos “revolucionarios”, que debían enunciar los derechos humanos. Era necesario que la historia se convirtiera en una historia del pueblo y no de un reducido número de jefes.

Mientras que en las historias tradicionales religiosas y políticas era el pasado lo que explicaba al presente, la Revolución produjo una relectura del pasado en función del presente a la luz de los recientes “acontecimientos”. En consecuencia, una nueva disciplina histórica nacía.

Para renovar el curso del tiempo interrumpido, el Romanticismo puso de moda la búsqueda de los orígenes de Francia y el tiempo oscuro que separaba la historia de la Antigüedad de la historia llamada “moderna”. Tras la Revolución, la historia era un género literario a ser refundado y fue necesario todo el Siglo XIX para que se constituyera en discurso científico y en disciplina universitaria separada de las bellas Artes.

La historia escolar y la identidad nacional: Con la III República, se instauró la escuela laica y obligatoria, permitiendo que la historia de Francia se convirtiera en una disciplina instalada en el currículo escolar. La Revolución Francesa ocupaba un lugar central: señalaba el fin definitivo de una época antigua e inauguraba una nueva etapa: así comenzó para el pueblo francés un régimen político basado en el derecho y no en los usos y costumbres.

La historia escolar planteó un conflicto directo con la interpretación cristiana de la historia, a la que sustituyó con otra sacralidad, “el amor consagrado a la Patria”. Así, la historia instalaba en todos los niños un sentimiento de orgullo nacional.

La historia es una ciencia: Los historiadores del período entreguerras se alzaron contra esta historia nacionalista: se negaban a reanudar el discurso triunfalista, ligado a la patria y al progreso que había conducido a una guerra ruinosa.

II –Los usos republicanos de la historia de la educación. Reescribir la historia de la escuela a la luz del presente.

La historia de la educación se puso en marcha a fines del Siglo XIX, cuando se crearon cátedras de pedagogía en las universidades. Los historiadores de la educación debieron dar cuenta a la vez tanto de las continuidades como de las rupturas. La escuela “sin dogma y sin catecismo” debía conocer su pasado, incluso religioso, y no olvidarlo o disimularlo para establecer  con claridad en qué camino se reconocía. Así las innovaciones educativas de los últimos siglos fueron consideradas invenciones técnicas, ideológicamente neutras, de las cuales cualquiera podía sentirse heredero.

La historia de las doctrinas e instituciones educativas: la historia de la educación se convierte en un “tipo de filosofía de la historia” que explora la vida moral de la humanidad, para no ser reducida a “una historia de la pedagogía” que exponga solamente las doctrinas y los métodos de los maestros de la educación propiamente dicha.

Compayré (filosofo espiritualista) creía en el progreso de la educación, y consideraba a la escuela como el lugar de perfeccionamiento moral e intelectual de los sujetos. Para él, el objetivo que los profesores debían buscar, a través de presentar las vicisitudes de la historia, era cómo enseñarle al niño a ser libre y a hacer buen uso de su libertad.

La evolución histórica de la escuela y su función de socialización: Durkheim, sostenía que educar implicaba siempre un cierto grado de violencia, puesto que educar a los niños es equivalente a civilizar a los bárbaros. Así la escuela prepara a los sujetos para la división para el trabajo y busca la aceptación  de sus destinos sociales diferentes.

Dela memoria militante a la sociología crítica: Algunos psicólogos comienzan a ver a la escuela como la institución por excelencia para la emancipación social individual  o colectiva. Se trata de utilizar las energías cautivas en los alumnos para invertirlas en sus proyectos de aprendizaje y de esta forma proponer experiencias exitosas que respeten interese y ritmos propios. Las discusiones sobre los estadios de desarrollo pusieron en entredicho la manera de enseñar. La escuela así, cumplía una función democratizadora porque compensaba las desigualdades sociales y promovía a los alumnos a partir de sus aptitudes. (Escuela nueva).

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