Reglamento de Faltas Disciplinarias
Enviado por holters • 1 de Octubre de 2013 • 570 Palabras (3 Páginas) • 298 Visitas
CONSIDERACIONES GENERALES
La doctrina que sustentan las FF.AA. y la filosofía que desde su creación han servido para mantener la unidad y solidez de sus basamentos, deben también traducirse en la unidad de sus normas que permitan una aplicación y vigencia coherentes en términos absolutos; la disciplina y obediencia al ordenamiento militar constituyen en este caso la base institucional de las FF.AA., y por el ello, doctrinalmente, deben ser mantenidas a través de la evolución de los ejércitos porque son principios inalterables que perduran por encima de las estructuras.
De ahí la enorme importancia de que las normas que rigen la conducta de los miembros de la Institución Armada sean estrictamente compatibles con la formación personal y profesional del militar.
El Reglamento de Faltas Disciplinarias y sus Castigos busca fundamentalmente preservar la vigencia sostenida de la disciplina, el orden y el sometimiento consciente y por eso mismo, su aplicación enviste y traducirá la capacidad del superior al evaluar la conducta del inferior y obrar en consecuencia.
Ni la condescendencia, ni la animadversión pueden ser ingredientes para una saludable y positiva acción de mando. Sólo la firmeza en la convicción podrá constituir una virtud más en la personalidad militar.
Deberá imponerse la conciencia tanto en el superior que castiga cuanto en el subalterno que obedece.
El Reglamento de Faltas Disciplinarias y sus Castigos permite y autoriza la inmediata compulsa de una actitud contraria y negativa condigna del castigo y el consiguiente ejercicio de la competencia ejecutiva; requiere un adecuado conocimiento e interpretación de su contenido para evitar distorsiones y trato indebido.
El superior e inferior tienen que conocer perfectamente donde comienza y donde termina el límite de su conducta y aceptar en consecuencia el primero, la responsabilidad de aplicar un castigo y el segundo, de reconocer su infracción.
De este ejercicio cotidiano en tiempo de paz, surge la importancia de tener siempre presente que la guerra no solo, es la confrontación de las fuerzas y poderes materiales de las naciones; es la también la confrontación de fuerzas anímicas que se incrementan en su forma substancial y básica con la educación del espíritu en sus aspectos cívico y disciplinario, porque no es posible olvidar que pueden haber tropas muy adiestradas, pero si estas no están saturadas de acendrado espíritu de disciplina, serán tropas encausadas en el ejercicio y proceder arbitrarios y el exceso del libre albedrío, lo cual constituirá para el éxito de las operaciones bélicas y todas las actividades militares un peligro latente en potencia.
La disciplina es inculca, por enseñanza y por práctica, con la constancia y por el ejemplo naturalmente debe ser exigida; el soldado
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