Respuesta inmune Antiparasitaria
Enviado por naty.09 • 24 de Febrero de 2016 • Ensayo • 1.843 Palabras (8 Páginas) • 454 Visitas
Respuesta inmune Antiparasitaria
Los parásitos son organismos heterogéneos que producen una variedad de reacciones inmunológicas. Entre las manifestaciones protectoras innatas, encontramos la respuesta de fase aguda; una de las más importantes; la cual trata de una reacción inflamatoria inespecífica a las citocinas generadas por componentes parasitarios. Entre las manifestaciones protectoras adquiridas, encontramos las mediadas por células (macrófagos, linfocitos citotóxicos, neutrófilos y otros) y por anticuerpos (bloqueo de receptores, aglutinación de parásitos, y generación de señales de peligro).
No es posible integrar las respuestas inmunes contra los parásitos en un modelo único. Ya que los parásitos son heterogéneos biológicamente hablando, pues abarca desde los primitivos a los evolucionados; desde el punto de vista filogenético los parásitos procedieron al desarrollo del sistema inmune actual, puesto que se fueron adaptando, aprovechando el sistema inmune para sobrevivir y lo pasaron a sus descendientes. Dado esto, los hospederos tuvieron que evolucionar. Así, los sistemas inmunes actuales son el producto exitoso de estas interacciones y de manera recíproca, los parásitos también han tenido éxito para adaptarse a un sistema inmune cambiante.
Cuando un parásito intenta ingresar a un hospedero es común que se encuentre con distintas dificultades o barreras por ejemplo: como la piel para los parásitos de penetración transcutánea, los cilios respiratorios para aquellos que son inhalados, o el mucus y el peristaltismo digestivo, para los que son ingeridos, estos son denominados de naturaleza física y los de naturaleza química son todas aquellas que los puedan dañar como: el ácido gástrico, las enzimas digestivas, y la lisozima de las secreciones, etc.
Las principales barreras biológicas son el complemento y varias células líticas o fagocitarias. La vía de activación del complemento es activada por los anticuerpos específicos. Aunque muchos parásitos son capaces de activar el complemento por la vía alterna o por la vía de las lectinas. Cuando se activan dan lugar a una serie de actividades opsonizantes, inflamatorias, inmunoestimulantes y destructoras de membranas biológicas. Algunos parásitos utilizan la vía del complemento para facilitar su inefectividad, como la Trypanosoma cruzi (tripomastigotes).
Las células utilizadas comúnmente en la inmunidad innata contra los parásitos son las células NK, también llamadas células asesinas naturales o natural killer cells , los macrófagos y los neutrófilos. En algunos casos también intervienen los mastocitos, los basófilos y los eosinófilos , pero es muy raro. Como por ejemplo los neutrófilos pueden ser esenciales contra infecciones por Toxoplasma.
Los primeros estudios de inmunidad innata contra parásitos demostraron que los macrófagos son esenciales contra Plasmodium, Babesia, Trypanosoma cruzi, Leishmania y Schistosoma. El estímulo que inicia la fase celular de la inmunidad innata es por las células productoras de citocinas inflamatorias.
La inmunidad innata también puede activarse por la falta de elementos necesarios para el parásito, como la presencia de elementos hostiles. Algunos protozoos intracelulares necesitan receptores en las células hospederas para reconocerlas, invadirlas y sobrevivir ; Sin uno de estos receptores en el hospedero puede ser resistente a la infección. Por ejemplo, Plasmodium vivax. De igual manera, las formas infectantes de protozoos o helmintos que son de vía digestiva necesitan condiciones especiales para activarse y comenzar la infección. La producción de las interleucinas 1, 6 y 8, el TNF, factores del complemento; por los parásitos, causan proliferación, activación y quimiotaxis de macrófagos, linfocitos y neutrófilos, por lo que aumentan las moléculas de adhesión y la permeabilidad de los vasos sanguíneos locales. Produciendo un foco de inflamación también denominado como respuesta de fase aguda.
La inmunidad adquirida es la resistencia específica a la invasión de un parásito determinado, o por ciertos estadios de un parásito. Algunas características de esta inmunidad es que es especifica y las respuestas secundarias son más rápidas, más intensas, con mayor afinidad y más persistentes.
Cuando un parásito o sus antígenos sobreviven a la respuesta de fase aguda, se da inicio a la fase adquirida con la activación de los linfocitos T ayudantes. Este contacto activa a los linfocitos vírgenes o también llamados precursores para que produzcan citocinas, ya que estas atraen y estimulan la multiplicación de otras células inflamatorias (fase de amplificación). Si aún persisten los parásitos después de esto, los linfocitos ya activados son reestimulados para mas citocinas (fase efectora generalizada). Si después de todo esto, los parásitos,persisten, los linfocitos son reestimulados y se diferencian para ser linfocitos T de tipo I o de tipo II. La linfocitos T tipo I producen principalmente las citocinas IL-2, interferón y factor de necrosis tumoral. Las cuales estimulan el aumento de los macrófagos, de los linfocitos T citotóxicos y de otras células llamadas “celulares” o “mediadas por células”. La estimulación de los linfocitos T de tipo II producen las citocinas IL-4, 5, 6, 9 y 10 principalmente ya que promueven el aumento de los linfocitos B, eosinófilos y mastocitos, que se activan en las reacciones inmunes denominadas “humorales” o “mediadas por anticuerpos”. En las infecciones parasitarias intensas, los anticuerpos específicos suelen aparecer no antes de los 10 a 15 días de la invasión parasitaria. Puesto que las células de tipo I inhiben el desarrollo de las células de tipo II, y viceversa. Las reacciones inmunes contra los parásitos están condicionadas por la estructura del parásito
Mecanismos celulares:
- Macrófagos activados: Sus capacidades para destruir microorganismos aumentan cuando han interactuado con citocinas estimuladoras (interferón, factor de necrosis tumoral, IL-1). Ya que no sólo aumentan su habilidad para fagocitar y digerir, sino también su capacidad para producir sustancias tóxicas (superóxido, ácido nítrico, proteasas).
- Linfocitos citotóxicos: Son linfocitos T especializados que al entrar en contacto con epítopos unidos a MHC de clase I, se activan. Cuando se activa puede destruir a la célula. Este proceso no solo funciona como defensa contra el parásito, también destruye las células del hospedero, que pueden contribuir a la patología de la infección.
- Citotoxicidad mediada por células o dependiente de anticuerpos: Este mecanismo utiliza los anticuerpos IgG para que se una al extremo Fab y también a los macrófagos o neutrófilos, para unirse al extremo Fc; Para atacar el parásito, y así puedan hacer la fagocitosis de los parásitos y su destrucción a tráves de moléculas oxidantes o enzimas lisosómicas.
Mecanismos humorales:
- Bloqueo de receptores: Este tipo de mecanismo puede actuar de diferentes formas, una de ellas es que los anticuerpos pueden ocupar los receptores que el parásito usa para reconocer y penetrar la célula hospedera, impidiendo la invasión de la célula. También pueden bloquear enzimas y toxinas que son indispensables para que sobreviva el parásito, de modo que inhiben la función de las enzimas y las toxinas y en algunas ocasiones causan la muerte del parásito.
- Aglutinación de parásitos o células: Como lo mencionamos antes los anticuerpos IgG pueden unirse por sus extremos Fab y los macrófagos o neutrófilos por sus extremos Fc. Ya sucedido esto, aglutinan a los parásitos, impidiéndoles entrar a las células hospederas y previenen su dispersión por el organismo. Después, las fagocitan o los destruyen con sustancias tóxicas.
- Activación de sistemas complementarios: Los componentes del complemento activado, producen procesos inflamatorios, promueven la fagocitosis, lisan membranas biológicas, y estimulan la respuesta inmune específica, los cuales pueden ser letales para los parásitos.
En condiciones ideales, las infecciones parasitarias se resuelve con la muerte y eliminación del parásito. Sin embargo, los parásitos tienen capacidades biológicas inherentes que, les permiten esquivar la inmunidad.
En medicina veterinaria se usa o se ha usado una variedad de vacunas antiparasitarias, con éxito. Pero por dificultades éticas y profesionales se ha evitado experimentar con humanos, por lo tanto las posibilidades de vacunar contra parasitosis humanas es mínima.
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