Resumen El espiritu de la Reforma Social

Resumen

El espiritu de la Reforma Social

Una de las falacias aparentemente inerradicables que siguen sosteniendo muchos críticos del cristianismo es que la religión se interesa por lo espiritual y se funda en la fe, en la resurreción y en ultratumba. En las doctrinas de Pelagio, en el siglo V, nos muestran hasta que punto los cristianos -no importan demasiado que fueran muchos o solo unos pocos- estaban interesados en llegar a la perfección en esta vida.

Gerhardt B. Lander en su magistral libro "La idea de la reforma y su impacto sobre el pensamiento y la actividad cristianos en la época de los Padres de la Iglesia", nos ofrece el estudio mas detallado y penetrante sobre la perocupación de los primeros cristianos por la reforma y progreso de su propia sociedad, que se haya escrito hasta ahora. Hasta el siglo XIX- y también frecuentemente durante ese siglo y en el nuestro- la idea de la reforma, tanto si está dirigida hacia el individuo como hacia la sociedad, trae siempre consigo la idea de regreso, renovación o recuperación. Y la misma clase de premisa subyace las palabras de Alcuino cuando expresa su esperenza que gracias a Carlo Magno haya empezado una fase de renovación para la sabiduría y el conocimiento. Lander comenta que el interés de San Agustin por la "vida social" iba mas allá del cristianismo en sí y alcanzaba otras áreas como la de su interés por las custiones políticas y económicas de este mundo. Pero aunque la idea de progreso tenga gran importancia el interès de San Agustin y de otros cristianos de la primera época por la reforma social, hay otros aspectos del pensamieno de San Agustin que tuvieron incluso mayor influjo.

La unidad de la raza humana

Fueron los cristianos quienes plantearon mas sistemática y empecinadamente que nadie la idea de la humanidad y de la unidad de la humanidad. Además era muy frecuente que al hablar del progreso los autores se refiriesen al -hombre- en general. San Agustin en su obra La ciudad de Dios, nos dice que Dios creó a un solo hombre -no para que fuera solitario y viviera alejado de la sociedad, sino para que de esta forma se le inculcara más eficazmente la unidad de la sociedad y el vinculo de concordia, de modo que los hombres estuvieran no sólo por semejanza de sus naturalezas sino también por el afecto familiar-. Para él, el progreso de la humanidad, el progreso material que con tanto entusiasmo el mismo describe, puede compararse al largo proceso acumulativo de educación que vive cada ser humano.

El fluir del tiempo

Incluso, el concepto del tiempo San Agustín trata las categorías del pasado, el presente y futuro como elementos tan reales y objetivos como cualesquiera otros elementos del universo.

Épocas y fases

Si tal como razonaba San Agustín, hay en realidad una unica humanidad que va avanzando con el paso del tiempo, este avance tiene por fuerza que poder ser descrito como una serie de fases sucecivas. En su Politica, Aristóteles pinta una panorámica en la que las polis avanzan lentamente desde su origen en la familia hasta la entidad politica en la que él vivió, pasando por la federación de familias, el pueblo y la federación de pueblos. Esto es precisamente lo que trata de hacer San Agutín, que intenta explicar el proceso de - educación de la raza humana- clasificándola en -època o eras-. Para él la realidad radicaba en la unidad de la raza humana y en su progreso hacia el bien.

Necesidad

El elemento que dio mayor fuerza de las teorías del progreso formuladas en el mundo moderno, sobre todo en el siglo XIX y en autores como Saint-Simon, Comte, Fourier, Spencer y Marx, fue la idea de que el progreso que según ellos había experimentado la humanidad en el pasado y que ellos profetizaban para el futuro, no era en modo alguno producto de lo que despectivamente Spencer llamaba – accidente- de lo fortuito ni tampoco resultado de una planificación o de la intervención de la voluntad humana. Lo que hizo que todos ellos, y muchos de sus contemporáneos, creyesen que las leyes del progreso que formulaban eran elementos de la ciencia social era que veían ese progreso como fruto de la necesidad. En realidad, esta idea de la necesidad en el campo social no es producto de la sola razón y sus argumentaciones. Aparte de su origen racional tiene otro: el religioso. Esto podría expresarse como una fórmula el crecimiento finalista mas el inmodificable plan de la Providencia es igual a necesidad.

El conflicto como mecanismo

No podemos cerrar nuestro análisis de la filosofía del progreso de San Agustín sin mencionar su doctrina de las -dos ciudades-: La ciudad de Dios y la ciudad del hombre. El conflicto comienza con el origen del a raza humana y no se interrumpirá hasta que triunfe al final la ciudad de Dios.

El final y el Principio: A partir de San Agustín el mundo occidental ha tenido una tradición- interrumpida sólo muy raras veces preocupada por la posbilidad de llegar a una sociedad perfecta, en este o en el otro mundo.

El Progreso como Libertad

En la misma época en que se decía que la libertad individual constituía el criterio y también el objetivo último del progreso, hubo una tendencia muy diferente que

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