Ser Docente: Amorevolezza
Enviado por Gamaliel2013 • 6 de Enero de 2013 • 1.016 Palabras (5 Páginas) • 391 Visitas
AMOREVOLEZZA
“No necesito número. Si tienen asco de levantar un leproso, no me sirven. Si les da vergüenza salir a las calles y conversar con los marginados, no son para este lugar. Ustedes no eligieron estar acá. Dios las puso aquí y si no tienen ese calor de alimentar al desnutrido, limpiar la sarna, levantar al moribundo no me sirven. Fueron llamadas para ser Misioneras de la Caridad, y si no pueden cumplir con esto, váyanse, no las necesito”
Madre Teresa de Calcuta
- Mamá. ¿No sé qué estudiar? No me gusta nada!!
- Hija, tenés que estudiar para ser alguien en la vida, y asegurarte un trabajo.
- Pero no me gusta estudiar.
- Buscate una carrerita corta y con salida laboral. No importa si te gusta o no, lo importante es que hagas algo. Estudiá para maestra y listo.
Muchas veces sin querer, menospreciamos los trabajos de los demás, pero cuando tocan el que uno eligió por elección, por vocación (ya volveremos a este término) nos hace pensar en varias cuestiones.
Si, si. La carrerita de maestra/o da salida laboral casi inmediata, por ende existe una seguridad en el trabajo, una obra social, una jubilación… pero…
Veamos; volvamos al término que dejamos anteriormente: vocación. Este vocablo proviene del latín vocāre, que significa llamar; es una forma de expresar nuestra personalidad frente al mundo del trabajo, del estudio, y todos los ámbitos, que se manifiesta como habilidad "natural" al realizar ciertas actividades. Sin embargo, la vocación no es algo innato. Se puede englobar bajo la denominación Proyecto de Vida.
Sigamos con las terminologías de las palabras: maestro, proviene de magistro, que significa el que enseña, se refiere en general al esclavo griego que posee una gran cultura y que se encargaba de instruir a los jóvenes romanos. Sin embargo, tal como lo señala Demóstenes, el concepto de maestro implicaba una superioridad moral e intelectual.
El ser maestro va más allá de un simple empleo en el que se llega al lugar de trabajo, realiza su labor y cuando llega el horario de finalización se retira como haciendo un corte definitivo hasta el día siguiente. El ser maestro implica una dedicación y compromiso que va más allá de una remuneración salarial. El maestro tiene la labor de educar, vocablo que proviene del prefijo ex que significa sacar hacia delante y de la raíz ducere que significa conducir o guiar. Así educar implica la capacidad de sacar adelante a la persona.
En estos tiempos que corren, en este constante devenir en el que estamos inmersos, la docencia es quizás, una de las profesiones más perjudicadas y más golpeadas. No porque quiera serme víctima, lejos estoy de ello, pero tal vez debamos revalorizar esta profesión, desde los mismos maestros, desde los mismos profesionales de la educación.
Solo basta con pensar en qué tareas tenemos: enseñar, escuchar, aconsejar, dar de comer, limpiar mocos y lágrimas, abrazar, llevar alegría, dar esperanzas. Y estas tareas no son quiméricas, ni románticas, son las que día a día enfrentamos en nuestras aulas, en nuestros colegios, en nuestros barrios.
El ser maestro no solo se estudia
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