Sindrome Ojo Rojo
Enviado por natyvetera21 • 5 de Septiembre de 2012 • 2.782 Palabras (12 Páginas) • 696 Visitas
Síndrome del ojo rojo canino, felino.
Uveítis anterior aguda.
Es la inflamación del iris y el cuerpo ciliar. La uveítis anterior aguda suele ser dolorosa, pero los animales con uveítis crónica poco intensa de comienzo insidioso pueden presentarse únicamente porque el dueño ha notado un cambio en el aspecto del ojo, más que por dolor o molestias.
Etiología
Las posibles etiologías de la uveítis crónica son similares a las de la uveítis aguda.
Entre las causas de uveítis anterior se incluyen la infección, los traumatismos, las lesiones corneales, la neoplasia intraocular y las enfermedades de origen inmunitario (incluyendo síndorme uveodermatológico y la uveítis inducida por catarata o traumatismo del cristalino).
Otras causas más raras son las meningoencefalits granulomatosa, el síndrome de hiperviscosidad o hipertensión. Hay una acusada influencia geográfica en la incidencia de algunas de las causas infecciosas de uveítis, sobre todo las debidas a hongos, protozoos, rickettsias y algas. La uveítis anterior puede acompañarse en ocasiones de uveítis posterior.
Perro Gato
Víricas Adenovirus canino
Rabia PIF
ViLeF
VIF
¿Herpesvirus?
Bacterianas Leptospirosis
Borreliosis
Brucelosis
Otras (piometria, absceso de raíz dental, etc.) ¿Bartonella spp.?
Tuberculosis
Otras
Fúngicas Blastomicosis
Criptococosis
Histoplasmosis
Coccidiodomycosis Blastomicosis
Criptococosis
Histoplasmosis
Coccidiodomycosis
Protozoos Toxoplasmosis
Leishmaniasis
Neosporosis Toxoplasmosis
Parasitarias Toxocariasis
Dirofilariasis
Larva de mosca migratoria (oftalmomiasis interna)
Rickettsias Ehrilichiosis
Patogenia
Los cambios de color del iris consisten típicamente en un oscurecimiento con pérdida de los detalles normales de su superficie, aunque en algunas formas de uveítis como el síndrome uveodermatológico se produce despigmentación del iris. En los animales con iris de color claro, sobre todo en gatos, puede desarrollarse un enrojecimiento del iris (rubeosis) debido a la congestión vascular o a la neovascularización. La inflamación puede causar adherencias entre el iris y la cápsula anterior del cristalino (sinequias posteriores), que limitan la movilidad pupilar y a menudo distorsionan la pupila. Las sinequias posteriores extensas pueden bloquear el paso de humor acuoso a través de la pupila, haciendo que el iris se abombe hacia delante (iris bombé) y provocando glaucoma secundario por cierre del ángulo iridocorneal. Puede haber cambios en el cristalino como depósitos en la cápsula anterior debido a adherencias transitorias del iris como formación de catarata.
Puede producirse luxación secundaria del cristalino, sobre todo en gatos con uveítis por virus de la inmunodeficiencia felina (VIF).
El síndrome uveodermatológico es una forma específica de uveítis de origen inmunitario que aparece en perros, sobre todo en las razas árticas. Puede haber uveítis anterior o posterior jutno a poliosis (blanqueamiento del pelo) y vitíligo (despigmentación cutánea) alrededor de los ojos y el hocico. La uveítis es difícil de controlar, siendo secuelas frencuentes la degeneración retiniana y el glaucoma secundario.
Signos clínicos
Los signos clínicos incluyen congestión episcleral, alteraciones corneales (edema, vascularización y depósito de precipitados queráticos), acumulación de material inflamatorio en la cámara anterior, cambios del color del iris y alteraciones del cristalino.
• Derivados del dolor: blefarospasmo, enoftalmos (retracción activa del globo), fotofobia, lagrimeo, protrusión del tercer párpado.
• Hiperemia espiscleral y conjuntiva.
• Miosis.
• Turbidez (proteínas) en humor acuoso y células en la cámara anterior.
• Hipopión (glóbulos blancos en la cámara anterior).
• Hipema (hematíes en la cámara anterior).
• Edema corneal.
• Vascularización corneal profunda.
• Edema y congestión vascular del iris.
• Descenso de la PIÓ.
En los casos crónicos pueden aparecer otros signos.
• Precipitados queráticos en el endotelio corneal, sobre todo ventralmente.
• Neovascularización del iris (membranas fibrovasculares preidiridianas).
• Nidos de células inflamatorias sobre el iris (sobre todo en gatos).
• Alteraciones pigmentarias del iris.
• Formación de sinequias (adherencia entre el iris y el cristalino o la córnea).
• Iris bombé (sinequia posterior en 360° con abombamiento hacia delante del iris y glaucoma secundario).
Diagnóstico
El diagnóstico de la uveítis anterior depende de las características del animal, de la historia (especialmente importante porque pueden asociarse signos sistémicos) y sobre todo de una cuidadosa exploración oftalmológica. Algunos signos de uveitis aguda, como la turbidez del humor acuoso y los precipitados queráticos, puede ser sutiles y se detectan mejor en una habitación en penumbra con una fuente de iluminación foca y lupa de aumento, como las proporcionadas por la lámpara de hendidura. Es importante la tonometría si se sospecha de uveítis anterior ya que el descenso de la PIÓ puede ser un marcador precoz de la enfermedad. El diagnóstico de la causa de uveítis puede implicar numerosos análisis de laboratorio y una investigación detallada del paciente en busca de enfermedades sistémicas.
Son numerosas las enfermedades que pueden asemejarse a la uveítis anterior, sobre todo por el enrojecimiento ocular. Entre las más importantes señalaremos el glaucoma, la episcleritis, la queratitis, la conjuntivitis y la celulitis retrobulbar. La miosis, el enoftalmos y la inyección vascular de la conjuntiva son rasgos comunes a la uveitis y al síndrome de Horner.
Tratamiento
Los principales objetivos terapéuticos son eliminar la causa subyacente, controlar la inflamación y aliviar el dolor.
Antiinflamatorio: los corticoides pueden usarse por vía tópica o sistémica para tratar la uveitis anterior. El acetato de prednisolona o la dexametasona tópicos tienen buena penetración intraocular.
También pueden usarse los antiinflamatoroas no esteroideos (AINEs) tópicos y sistémicos para el tratamiento de la uveitis. El tratamiento tópico es muy útil antes y después de la cirugía intraocular.
En los casos graves, el tratamiento antiinflamatorio puede suplementarse con fármacos inmunodepresores. El más empleado
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