TESTIMONIO DE FIDELIDAD
Enviado por Steven Palacios • 10 de Enero de 2016 • Tutorial • 795 Palabras (4 Páginas) • 233 Visitas
TESTIMONIO DE FIDELIDAD
Mi nombre es Silvia Susana Sanguano Rodríguez, tengo 53 años de edad y pertenezco a la Iglesia Adventista del 7 Día, sector de Solanda.
Soy docente fiscal en el Ecuador. El Ministerio de Educación decide evaluar a todos los docentes ecuatorianos con una evaluación realizada en los días sábados, presento mi justificación y documentación como adventista, solicitando mis derechos en lo que respecta a la libertad religiosa. La solicitud es receptada pero el día que se presentan los horarios para la aplicación, tengo la desagradable noticia que el día de la prueba más fuerte (Pedagogía) era Viernes de 18:00 a 20:00 horas. El horario que tenían mis compañeras comprendía de Lunes a Jueves, hice todo lo posible por cambiar el horario con mis compañeros pero en el ministerio no lo consentían, volví al ministerio, pedí la respuesta de mi oficio pero me contestaron que era imposible cambiarlos ya que era un programa nacional y que les había tomado dos meses elaborarlo.
Decepcionada salí de las oficinas del ministerio les había informado que yo no me presentaría a rendirlos por que exigía mis derechos como ciudadana ecuatoriana pero me contestaron que si yo no me presento lastimosamente tendría 0.
Triste me dirigí a mi casa pensando que hacer, soy madre de tres hijos, en ese entonces todos ellos estudiantes, separada de mi esposo y la única que llevaba el sustento al hogar. Al principio decidí presentarme y rendirlas, no quedaba de otra, pero no me sentía bien con Dios, mi hija la mayor Evelyn me dijo que si yo me presento sería un mal ejemplo para ellos y además Dios no me iba ayudar en estas pruebas.
Pasaban los días y yo oraba mucho, Dios siempre estuvo conmigo dándome paz. En familia decidimos que debía dar hasta que el día obscurezca o sea tendría 30 minutos más o menos en dar una de las pruebas más duras, en las que a la mayoría de los docentes sacaron una nota baja. Pero gracias a Dios yo dije que en ese tiempo, me ayude a sacarme lo mínimo para poder pasar la prueba, no me importaba sacarme una nota baja, no me importaba el qué dirán, sólo quería obedecer a Dios y sería Él quién decidirá. Confiaba en Él y sabía que permitiría lo mejor, mi trabajo estaba en sus manos. Con esta decisión solo me restaba esperar.
Se acercaba el día en el que tenía que presentarme al examen, estábamos en martes, el viernes era el día, de repente una compañera nos comunica que los horarios han sido cambiados y que revisen porque ya no damos el día que teníamos. Mi alegría era muy grande porque desde ese momento sabía que Dios era el que hizo el milagro y le agradecí sin saber el nuevo horario. Antes de revisar me arrodillé y le clamé a Dios nuevamente, cuando lo revisé en efecto la mano de mi Dios había cambiado el día de mi examen al día jueves. Lágrimas de gratitud llenaron mis ojos.
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