Tesis especialidad ingles para primaria

INTRODUCCION

El binomio autoridad afecto es  el  control paternal, es decir, el grado en el que el niño es controlado, supervisado, la cantidad de disciplina y reglamentación existente, equilibrada ésta, con  el afecto o la cantidad y calidad de apoyo, cariño y comprensión que proporcionan los padres   En el contexto de estudio, se trata de investigar si  los padres al interactuar con sus hijos lo hacen de manera operativa, es decir, administrando de forma equilibrada la autoridad y el afecto, teniendo cuidado de no incurrir en autoritarismo ni maltrato mucho menos en la indiferencia por parte de estos para con sus hijos.

Es por ello que la presente investigación tiene como objetivo describir el binomio autoridad afecto en la familia de la E.P.B “José Gil Fortoul” de Barquisimeto estado Lara.

El contenido de la presente investigación  queda distribuido de la siguiente manera: el primer capítulo  trata sobre el planteamiento del problema, los objetivos y la justificación. El segundo capítulo aborda el marco teórico, enfocado hacia la descripción del binomio autoridad afectos en las familias monogámicas y la visión que manejan diferentes autores enfocado según el aprendizaje social de Albert Bandura. El tercer capítulo se refiere a la metodología, los procedimientos para el estudio de campo, el instrumento para la recolección de datos a utilizar, entre otros. El cuarto capítulo al análisis e interpretación de los resultados.

Finalmente el quinto capítulo hace alusión a las conclusiones y recomendaciones  así como las  referencias bibliográficas. Como aspecto final se exponen una serie de anexos los cuales fueron de gran utilidad para la realización del presente trabajo.

CAPÍTULO I

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

El Problema

A lo largo de la historia la educación ha sido considerada como el recurso  rector del desarrollo integral del ser humano, así como el principal agente de transformación social y familiar, fundamentalmente por el hecho de que los padres en conjunto con ella le facilitan a sus hijos las herramientas que les permitirán guiar su conducta y por ende actuar ajustados a los patrones de convivencia preestablecidos en la sociedad.

Por lo tanto, la  formación de los hijos constituye una labor de ingeniería humana en este sentido le resulta imposible a los padres predecir los problemas que manejarán en  el futuro de sus niños y/o niñas, pero si es posible propiciarle la orientación para adquirir las herramientas necesarias para que aprovechen las situaciones de la vida cotidiana e implementar en ellas soluciones prácticas donde exista un equilibrio entre la autoridad y el afecto.  

Dentro de este orden de ideas,  es importante destacar que la educación y la formación integral del ser humano se inicia en el núcleo familiar, continua en la escuela; por lo tanto, su éxito dependerá de la calidad de estos entes, especialmente en las relaciones que se establecen entre padres e hijos (as) ya que la familia es el primer contacto socializador por excelencia donde todos los miembros que la integran evolucionan y desarrollan en lo afectivo, físico, intelectual, psicológico y social.

Es por ello, que Bianco (1992) expresa que la familia es la célula fundamental del tejido social pues a medida que se optimice la formación de valores en sus miembros propiciará un ambiente donde impere el respeto, consideración y valoración de las actividades biopsicosociales desarrolladas por ellos.

Así mismo Torres (2008), señala que el primer núcleo social es la familia ya que es allí donde se asumen patrones de crianza donde sus integrantes definirán su propia imagen y autoconcepto, aspectos que influirán en su autoestima. Es por ello que los padres son los responsables de la formación de sus hijos contribuyendo al mejoramiento del medio donde se desenvuelven. De lo antes señalado, se deduce la enorme importancia de la familia para proporcionar al niño (a) una vida estable emocionalmente.

Por su parte, Barroso (1997) especifica que los padres y madres como responsables del núcleo familiar tienen  diferentes funciones que cumplir con miras a satisfacer las necesidades de sus hijos e hijas, así como propiciar su desarrollo biopsicosocial. Siguiendo este orden de ideas, Hernández (2005), señala que el primer agente socializador infantil es la familia siendo el lugar donde los niños aprenden a comportarse consigo mismo y con los demás.

Barroso, de igual forma manifiesta que a través de la observación de su propia crianza los padres generan una gran cantidad de errores de conceptos causados por la evolución social de nuestro país, es por ello tan importante que los padres comprendan y tomen conciencia que el funcionamiento familiar depende en gran medida de una operativa administración del binomio autoridad-afecto.

Se entiende por autoridad el derecho o poder de mandar, de hacer obedecer. “La autoridad no se negocia” Bianco (1998). Mientras que el afecto (Ob.cit.) son las respuestas con sensación agradable o desagradable por parte del ser humano ante diferentes situaciones o estímulos que se presentan en su vida, en otras palabras el binomio autoridad-afecto constituye la base del funcionamiento operativo de la familia, ya que en muchos hogares los padres implementan la autoridad como pilar de la educación sin tomar en cuenta el afecto que le pueden brindar a sus hijos; de igual forma en otros hogares los padres suministran solo afecto queriendo ser amigos de sus hijos y dejando a un lado la autoridad.

Por consiguiente Díaz (2004), señala que la falta de equilibrio del binomio autoridad-afecto por parte de los padres proporciona al grupo familiar un clima tenso que puede desencadenar inestabilidad al grupo, afectando el desarrollo socioemocional de los niños y demás miembros de la familia, dicho de otro modo los padres son un factor de vital importancia para la formación cognitiva-conductual de sus hijos, ya que es el medio familiar donde todo ser humano satisface necesidades físicas, mentales, afectivas, de protección, de aspiración, en términos generales el desarrollo operativo del individuo.

Según estudios realizados por la Organización de los Derechos Humanos Internacionales (2002) afirman que en el mundo hay 200.000 muertes entre niños y adolescentes por abandono a sus hogares esto debido a la falta de autoridad de sus padres, siendo el 90% de los casos en países desarrollados,  mientras que el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), señala que la falta de asistencia afectiva o  estimulación del afecto, es decir, el aprender a dar y a recibir amor, el no ejercer el principio de autoridad tanto por el padre como la madre, así como la aceptación del orden jerárquico, han generado la separación de muchas parejas en el 2006 hubo 20.077 divorcios.

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