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Tipos De Lectura


Enviado por   •  5 de Septiembre de 2013  •  2.924 Palabras (12 Páginas)  •  303 Visitas

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Tipos de lectura y niveles de comprensión

Un buen lector domina a la perfección los distintos tipos de lectura en función de los objetivos propuestos al abordar cualquier tema objeto de estudio. Es decir, que nuestra forma de leer varía según el tipo de lectura empleado y el fin que nos proponemos. Estos son los tipos de lectura:

Global: el fin que se pretende es tomar contacto con los contenidos fundamentales para formarse una idea general o de conjunto muy clara, aunque sin descender a detalles. Este tipo de lectura puede y debe hacerse a bastante velocidad, forzando la mente a ceñirse exclusivamente a lo esencial.

Selectiva o parcial: es una lectura de búsqueda de aspectos muy concretos de interés para el lector. Descubres lo que te interesa, lo extraes del resto de la información y lo haces tuyo para utilizarlo cuando lo necesites. En este caso, prescindes por completo de aquello que no es de tu interés.

Crítica: con este tipo de lectura intentamos entender qué es lo que quiere comunicar el autor del escrito y lo contrastamos con nuestras ideas ya formadas al respecto sobre el mismo tema. De ese contraste surge un reacomodo en nuestros conocimientos, pues la información recibida nos hace ver mayor precisión, claridad y riqueza de datos. Requiere bastante tiempo y reposo ese tipo especial de lectura.

Comprensiva: es la lectura que no se satisface hasta estar seguro de haber entendido perfectamente todo el contenido de la lectura. A veces, el texto se resiste un poco a que entremos a desentrañar todo el mensaje que encierra y es necesario ser muy persistentes y sagaces para hacerlo totalmente nuestro. En este tipo de lectura (que presupone lógicamente la lectura global) es fundamental que el lector se haga todas las preguntas lógicas posibles sobre el contenido. “A la comprensión se llega por la interrogación”. Pregúntate, una y otra vez, sobre lo que has leído hasta estar convencido de que sabes responder a todo.

Reflexiva: es la lectura del pensador, del filósofo, del hombre profundo. Mientras se lee de forma lenta y reposada, se produce una lluvia de ideas de gran calidad y riqueza de contenido que el lector va cotejando, jerarquizando y relacionando, buscando todas las afinidades, aproximaciones y contrastes. Requiere más tiempo de lectura, pues constituye el grado más elevado de abstracción y reflexión del que se alimenta el pensamiento realmente creativo.

Los distintos niveles

Ya hemos insistido que en toda lectura es imprescindible captar el mensaje que encierra el texto. Pero leer es también una forma de diálogo, sin palabras, de pensamiento a pensamiento, con un interlocutor presente sólo intelectualmente en su propia obra, en el libro.

Ese es el tremendo poder mágico de la lectura hacer posible que nuestro pensamiento se ponga en contacto con otras formas de pensar, profundice en los mensajes, los analice, valore y cale en ellos a distintos niveles de comprensión. Los autores suelen señalar los siguientes niveles de comprensión de cualquier tipo de mensaje:

Cero: la lectura convierte los signos escritos en fonéticos. Se identifican perfectamente las letras y las palabras, sin llegar a captar su significado. La comprensión es prácticamente nula.

Literal: es el grado elemental de la lectura que se caracteriza por una comprensión superficial del mensaje del autor. La mayoría de los estudiantes de EGB no superan este nivel literal de captación del mensaje y constituye la causa determinante del fracaso escolar. Difícilmente accede el alumno a profundizar, entender y dominar las ideas básicas de la lectura, y el aprendizaje y las sesiones de estudio son una carga pesada y aburrida. El aprendizaje literal o memorístico a que recurren termina por hacerles odiar el estudio y desistir por ello en no pocos casos.

Profundo: es una lectura más de ideas y de contenidos que de palabras, que permite profundizar en el pensamiento del autor hasta captarlo y dominarlo en toda su plenitud, pero sin ir “más allá”, sin trascenderlo totalmente.

Crítico: este nivel de comprensión presupone el nivel profundo o simbólico, ya que se pasa de los hechos o ideas a sus consecuencias. En la valoración de lo leído se distinguen claramente los hechos, de las distintas opiniones, injerencias y conclusiones claves a que puedan llegar sobre estos hechos los distintos autores.

Literario: este nivel de comprensión, de signo marcadamente culto, pretende analizar y descubrir la belleza del lenguaje, la calidad de estilo, la riqueza expresiva, si se trata de un género doctrinal, satírico o de humor, etc, más que profundizar en el contenido del texto en sí.

Defectos de la lectura:

• Dispersión mental: incapacidad para centrar la atención, interrumpiendo la lectura con preocupaciones ajenas al libro. Basta un disgusto, o una tensión por un tema personal para que se pierda el hilo. La vista se desliza por la página sin captar el contenido.

• Inconstancia: el trabajo intelectual requiere repetición, insistencia. La lectura como aportación diaria al aprendizaje es insustituible.

• Pasividad: jamás un libro se entrega del todo al lector que mantiene ante él una actitud pasiva. Es preciso releer, extractar, subrayar, esquematizar, contrastar, preguntarse sobre lo leído, con mente activa y despierta.

• Hipercriticismo: actitud opuesta a la pasividad que adoptan algunos lectores con prejuicios frente a ciertos libros o autores imposibilita profundizar en los contenidos de forma absolutamente imparcial.

• Actitud dubitativa: cuando en la lectura aparecen datos, alusiones y cuestiones cuyo sentido se nos escapa, permanecer en la duda equivale a bloquear el proceso del aprendizaje. Es la actitud del estudiante perezoso e irresponsable.

Cómo desarrollar la velocidad lectora

La velocidad ideal sería la del pensamiento. Es decir, que las palabras se convirtieran en ideas de forma instantánea. Las ventajas de la lectura rápida son muchas porque permite adquirir una información general sobre un tema en un breve espacio de tiempo o encontrar un dato concreto de forma rápida y eficaz. Sin embargo, no siempre es lo más conveniente y correcto leer a gran velocidad, tal es el caso de la lectura reposada y serena que precisa un texto bello demasiado intrincado y profundo. Entonces, la lentitud sería lo adecuado. Por eso, el buen lector jamás es monótono. Sabe siempre adaptar la velocidad al tipo de lectura y a los fines que pretende.

El lector medio lee al 50% de sus posibilidades. Si tomas ahora mismo un libro y comienzas a leer, es muy probable que leas unas 240-250 palabras al minuto, pero con un poco de entrenamiento, si te ejercitas siguiendo las orientaciones que

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