Árbol de vida saludable
Enviado por Nadya Aviles • 4 de Agosto de 2020 • Tarea • 2.005 Palabras (9 Páginas) • 221 Visitas
INTRODUCCIÓN
Se define como Evaluación formativa a la herramienta o instrumento indispensable en la labor docente y que tiene como objetivo principal ser un proceso integral y sistemático para recopilar información, la cual ayude a conocer, analizar y juzgar el aprendizaje de los alumnos a lo largo de su formación y el desempeño del docente, para así ayudarlo a mejorar. Desde este tipo de práctica el centro de la evaluación es el aprendizaje, no los alumnos, ya que se evalúa su desempeño, el cual ayuda a tomar decisiones y cumplir con los propósitos educativos.
Es precisamente sobre este tema que se va a tratar, se hablará sobre estudios que se han realizado entre docentes de algunos países de América Latina sobre las prácticas de la evaluación formativa, sobre cómo esta puede ayudar en el aprendizaje, según el tipo de instrumentos que utiliza, el momento en que se realiza y el darle mayor importancia al proceso que al resultado.
Se hará hincapié en la forma en que influye el que los docentes les realicen a sus alumnos muchas valoraciones, pocas orientaciones y casi nada de devoluciones en sus trabajos realizados; devoluciones que deben ser un medio para hacer que los estudiantes avancen en su aprendizaje de una manera significativa; de esto va a depender mucho que actitud toma cada uno de ellos y por ende hacer partícipe y responsable a cada uno de ellos de su propio aprendizaje.
Cabe mencionar, que se incluirá el argumento de como la evaluación formativa sirve como puente entre la enseñanza y el aprendizaje y por ende se mencionan algunas estrategias centrales de la evaluación formativa.
También se analizarán actividades y el diseño de estas para que sirvan como evidencia de lo que cada estudiante está aprendiendo día a día y cuáles herramientas utiliza el docente para promover y evidenciar el aprendizaje, como por ejemplo el tipo de preguntas, la forma de motivar al alumno en el aula etc.
DESARROLLO
Se realizaron algunos estudios en diferentes países de América Latina sobre la evaluación, análisis de las actividades de evaluación de los docentes a los estudiantes y en su gran mayoría se pudo constatar que erróneamente los docentes vinculaban la evaluación formativa con las actitudes de los estudiantes, otros la relacionaban con una evaluación sin calificación, que posteriormente sería calificado con un examen o prueba y por último, aquellos que consideraban que la evaluación se enfoca en los procesos cognitivos por medio de los cuales los estudiantes avanzan en sus aprendizajes.
Como característica general entre los docentes sobre el tipo de devolución que hacen a sus estudiantes después de un examen o proyecto, los resultados arrojaron que muy pocos docentes promueven una revisión reflexiva de los trabajos de los estudiantes, principalmente se enfocan en señalar los errores que cometieron. Casi no se observaron casos en donde los docentes ofrecieran una retroalimentación descriptiva, con comentarios o expresiones que puedan ayudar a los alumnos a comparar lo que habían realizado con lo que se esperaba que lograran; es decir, las acciones formativas se centran principalmente en los errores de los alumnos, por lo que es importante mencionar que la evaluación debe de contribuir a potencializar los procesos de aprendizajes de los alumnos.
En el presente libro se adopta una postura en que la evaluación formativa es un proceso continuo, integrado a las estrategias de enseñanza, que tienen como objetivo primordial promover y hacer avanzar hacia la reflexión, la comprensión y el aprendizaje de los estudiantes dentro del aula involucrando a todos, de modo que hagan un análisis sobre lo que realiza y sean capaces de aportar reflexiones sobre los trabajos de sus compañeros; y a cada docente, en el momento que realiza devoluciones significativas a sus alumnos y revisa y ajusta sus propias estrategias y propuestas de enseñanza.
Para todo lo anterior, se establece un análisis entre la evaluación formativa y sumativa señalada por Michael Scriben.
Este menciona que la evaluación formativa es aquella que ayuda al mejoramiento continuo del currículo y la sumativa a las evaluaciones diseñadas para que las autoridades puedan tomar la decisión de si un currículo era apropiado como para ser adoptado en un sistema escolar.
Bloom denominó como evaluaciones formativas a aquellas que tenían como finalidad el dar devolución y orientación a docentes y estudiantes, como apoyo en cada etapa del proceso de aprendizaje y las diferenció de aquellas dirigidas a calificar a los estudiantes con un número el logro alcanzado a final de un curso.
Este agregó que un elemento central de la evaluación formativa es que el docente la utilice para tomar decisiones con respecto a su enseñanza, en función de lo observado y también que la utilice el alumno para mejorar su desempeño (Sadler) y la importancia que tienen la información recopilada.
Algunos investigadores incorporan un componente más que es la “motivación del alumno para aprender”; es decir, aparte de los factores cognitivos se suman los motivacionales.
Otra distinción radica en mencionar la evaluación “del” aprendizaje y evaluación “para” el aprendizaje. Como se sabe, la finalidad de la evaluación formativa es movilizar el aprendizaje y es parte de los procesos de enseñar y de aprender. Por lo que una calificación o el uso excesiva de ella, no prioriza al aprendizaje como objetivo central de los estudiantes.
Por lo que esto lleva a tratar de distinguir tres conceptos relevantes, el primero es la expresión de valoración, la cual no le da a un estudiante información específica sobre qué y cómo mejorar su desempeño. Una devolución real ayuda a mejorar al estudiante, ya que le dice lo que hizo y lo que no y le permite realizar ajustes pertinentes. Wiggins propone como elemento central de la evaluación formativa el concepto de devolución o “retroalimentación”, que es la brecha entre lo aprendido y lo enseñado y debe de incluir descripciones; es decir, desempeño real contra desempeño ideal; por lo que estas devoluciones deben de ser frecuentes y continuas, con un lenguaje descriptivo, que brinden a los estudiantes evidencias concretas sobre su trabajo; es decir, que compare lo que hizo con lo que se esperaba, ofrece otros ejemplos similares de calidad, se describen diferentes niveles de desempeño, permite que el estudiante realice una autoevaluación y autoajustes.
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