ANDERSON PERRY - EL ESTADO ABSOLUTISTA

ANDERSON PERRY - EL ESTADO ABSOLUTISTA

El Estado Absolutista en Occidente

Estado absolutista: todo el poder está depositado en el rey. Surge en Europa en el siglo 16. Monarquías, derecho divino, poder absoluto concedido al rey. Despotismo, unidad religiosa, rechazo del derecho a rebelión. Mercantilismo, barreras aduaneras, control de la materia prima y mercancías de comercio. Economía controlada por la corona. Privilegio a las clases altas. Se termina con las revoluciones burguesas (inglesa, yanqui, francesa), para dar lugar al Estado liberal democrático.

Las monarquías absolutas introdujeron ejércitos y burocracia permanentes, un sistema nacional de impuestos, un derecho codificado y los comienzos de un mercado unificado. A su vez desaparece la servidumbre, pero esto no significaba el fin de las relaciones feudales en el campo. Mientras el trabajo no se separó de las condiciones sociales de su existencia para transformarse en "fuerza de trabajo", las relaciones de producción rurales continuaron siendo feudales.

Durante la edad moderna, la clase económica y política dominante fue la aristocracia feudal. El absolutismo fue un aparato reorganizado y potenciado de dominación feudal, destinado a mantener a las masas campesinas en su posición tradicional social. El Estado absolutista nunca fue un árbitro entre la aristocracia y la burguesía, fue la nueva defensa política de una nobleza amenazada.

Como desaparece la servidumbre, va cayendo el poder de clase de los señores feudales. Hubo un desplazamiento de la coerción política en un sentido ascendente hacia una cima centralizada y militarizada al Estado absolutista. La coerción de la aldea se concentró en el plano "nacional". Su función política era la represión de las masas campesinas y plebeyas. También, una fuerza coactiva capaz de destruir o disciplinar a individuos y grupos dentro de la misma nobleza.

Con la reorganización del sistema político feudal en su totalidad y la disolución del sistema de feudos, la propiedad de la tierra tendió a hacerse progresivamente menos "condicional", al tiempo que la soberanía se hacía correlativamente más "absoluta". El debilitamiento de las concepciones medievales de vasallaje se desarrolló en ambas direcciones: mientras confería a la monarquía unos poderes nuevos y extraordinarios, emancipó las propiedades de la nobleza de sus tradicionales limitaciones. La propiedad agraria adoptó silenciosamente una forma de dominio total de la tierra. Los miembros de la clase aristocrática, que perdieron progresivamente los derechos políticos de representación, registraron avances en la propiedad. Básicamente, pierden por un lado y ganan por otro. Nuevas formas de dependencia y explotación. Los estados monárquicos del Renacimiento fueron instrumentos modernizadores para el mantenimiento del dominio nobiliario sobre las masas rurales.

Las ciudades nunca fueron externas al feudalismo de Occidente. Crisis del siglo 14: durante la depresión feudal se desarrollaron importantes industrias urbanas, como el hierro, papeles y textiles, avances tecnológicos urbanos. Desarrollo de los cañones de pólvora se transformaron en armas de guerra decisivas. La imprenta. Construcción de galeones permitió navegar los océanos para la conquista ultramarina. Todo esto sucedió a fines del siglo 15, lo que trajo el fin de la depresión agrícola en Inglaterra y Francia.

Cuando los estados absolutistas quedaron constituidos en Occidente, su estructura estaba determinada por el reagrupamiento feudal contra el campesinado, tras la disolución de la servidumbre. Pero estaba sobredeterminada por el auge de una burguesía urbana que estaba desarrollando ya las manufacturas preindustriales en un volumen considerable. El orden estatal seguía siendo feudal mientras la sociedad se hacía más burguesa.

Condensación jurídica: resurge el derecho romano. En la economía, el resurgimiento e introducción del derecho civil clásico favoreció el desarrollo del capital libre en la ciudad y en el campo, puesto que lo distintivo del derecho civil romano era la propiedad privada absoluta e incondicional. La recepción del derecho romano fue un signo de expansión de las relaciones capitalistas en las ciudades y en el campo. Económicamente respondía a los intereses vitales de la burguesía comercial y manufacturera. Políticamente respondía a las exigencias constitucionales de los Estados feudales reorganizados de la época. Lo principal de esta adopción es el giro de los gobiernos monárquicos hacia el incremento de los poderes centrales. El derecho romano comprendía dos sectores distintos y aparentemente contrarios: el derecho civil, que regulaba las transacciones económicas entre los ciudadanos, y el derecho público, que regía las relaciones políticas entre el Estado y sus súbditos.

Los reyes y príncipes estaban libres de obligaciones legales, esto proporcionó las bases jurídicas para anular los privilegios medievales, ignorar los derechos tradicionales y someter las libertades privadas. Auge de la propiedad privada, pero a su vez aumento de la autoridad pública. El derecho romano era el arma intelectual para sus programas de integración territorial y centralismo administrativo. Los burócratas semiprofesionales adiestrados en el derecho romano quienes proporcionaron los servidores ejecutivos fundamentales de los nuevos estados monárquicos. Estos se asentaron en un cualificado estrato de legistas que proveían de personal a su maquinaria administrativa.

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