Analisis para Politica y Legislacion de la Educacion
Enviado por dariocar • 12 de Julio de 2019 • Trabajo • 1.602 Palabras (7 Páginas) • 155 Visitas
Palmariamente las dos frases a desarrollar, resumen con total claridad, los avatares que la colonización ha traído aparejada a los países tercermundistas como el nuestro, y con esto que quiero decir, que el imperialismo, a lo largo de la historia, ha querido perpetuar su dominación y no solo a través del manejo de los sistemas económicos y políticos, sino que además, ha incluido dentro de sus intereses, el dominio de la estructura cultural; dígase así, que en los países semi-coloniales como el nuestro, la penetración económica viene de la mano de la penetración cultural. Ahora bien, esa dominación foránea, esa penetración “extranjera” y “civilizatoria” dentro de nuestra estructura cultural, se logra a partir de la colonización pedagógica, en cuyo caso, instrumento fundamental para perpetuar el dominio e incidir ciertamente, a cultivar esa incapacidad del pueblo de pensar el mundo por sí mismo, de depender económica e ideológicamente de otros países que con natural claridad, ha sido una de las políticas esenciales de los países centrales en los periféricos.-- En consonancia con lo reseñado y ante este hecho histórico del imperialismo en conjunción con las oligarquías locales y los gobiernos de turno, es propio de recordar, tal y como así lo afirmaba Arturo Jauretche, que la colonización pedagógica, impartía en todo el tejido social un conjunto de zonceras, pero caracterizo a una de ellas como la madre de todas las zonceras, y esta fue sin más la fórmula Sarmientina de 'civilización o barbarie (Facundo), habida cuenta que, a raíz de la errónea identificación de civilización con la cultura europea, no se busco “…desarrollar América según América, incorporando los elementos de la civilización moderna; enriquecer la cultura propia con el aporte externo asimilado… Se intento crear Europa en América transplantando el árbol y destruyendo lo indígena que podía ser obstáculo al mismo para su crecimiento según Europa y no según América”. Esta frase, sintetiza la incomprensión de lo nuestro como hecho cultural, por ende, civilizar era importar, desnacionalizar, ya que lo propio según los sectores dominantes de nuestro país por aquellos tiempos, era inservible por el solo hecho de su origen, sin tener en cuenta su contenido. Con la claridad que lo caracteriza, Jauretche, denuncia en cuanto a la educación, que la “pedagogía hegemónica”, había abandono los saberes, las prácticas y las experiencias populares y a este respecto sostiene: “conocíamos por la escuela el Yan-tse-kiang, el Nilo y el Danubio, pero que no teníamos noticias oficiales del río Salado, que está ahí nomás...”. En esta línea argumental, José Martí, entendía que la educación ocupaba un papel de suma importancia como elemento de transformación socio-política y económica, pero a contrario sensu de las predicas de Sarmiento, ávidamente delineadas en su admiración por los Estados Unidos y en ese desprecio por lo original, o a las de Bartolomé Mitre, en cuanto a que la educación deberá de estar dirigida a una minoría ilustrada, o porque no con las de Bernardino Rivadavia, quien adhería al utilitarismo Ingles y la corriente europea de corte conservadora, e inspiraba a formar una minoría esclarecida y privilegiada; para Martí, la educación en sí, debía de fundamentarse en el conocimiento y en la revalorización de la cultura y los valores latinoamericanos, y de ninguna manera podría ser privilegio exclusivo de una clase. Así sostenía que: “la universidad europea debe ceder a la universidad americana. La historia de América, de los incas hasta acá, ha de enseñarse al dedillo, aunque no se enseñe la de los arcontes de Grecia. Nuestra Grecia es preferible a la Grecia que no es nuestra”…“Injértese en nuestras Repúblicas el mundo; pero el tronco ha de ser el de nuestras Repúblicas”. Saul Taborda enfatizaba que no cuestionar o problematizar los conceptos pensados en otros tiempos o espacios y trasplantarlos sin más, tenía algo de colonialidad. Colonialidad de las ideas y de los cuerpos. De esta manera sostenía que “La estrechez de miras de la educación de la burguesía, la falta de hábito de pensar de las naciones americanas las ha determinado siempre a aceptar sin examen lo peor de la pedantesca pedagogía de importación”. Argumentaba que la pedagogía de importación era el resultado de una vida “falsificada”, habida cuenta que, nada tenía que ver con nuestra historia, con nuestras raíces, sino que por el contrario, obedecía a un modelo foráneo que quiere imponer el paradigma del “YO NO PUEDO”. Siguiendo la idea y desde el ámbito científico Oscar Varsavsky arguye, que la dependencia cultural en relación a los países centrales se hace patente, por ende, los problemas científicos de los países periféricos como el nuestro, van a estar dirigidos por los países centrales, dicho lo cual, esta forma de hacer ciencia, contribuye a la desnacionalización, a la colonización, ya que refuerza nuestra dependencia cultural y económica. Al científico sometido a estas “reglas de juego” Varsavsky lo va a denominar “cientificista”, en orden a que: “se ha adaptado a este mercado científico, que renuncia a preocuparse por el significado social de su actividad, desvinculándola de los problemas políticos, y se entrega de lleno a su “carrera”, aceptando para ella las normas y valores de los grandes centros internacionales…”. Claramente la ciencia nacional, debe ir en sintonía con el desarrollo del país, con la “descolonización”, mientras que la Universidad Pública, debe formar profesionales arraigados con las problemáticas locales, a fin de propiciar la liberación nacional. Paulo Freire entendía que la educación, debía de proyectarse a través del dialogo ya que por intermedio del mismo, se podían compartir las ideas de unos con otros conllevando ello a la socialización. Razonaba que el dialogo y la investigación, eran trascendentales para la Educación liberadora que a su vez, incidían netamente en la conciencia histórica como un camino fundamental para el conocimiento de la autentica realidad. “La nueva pedagogía enraizada en la vida de esas subculturas, a partir de ellas y con ellas, será un continuo retornar reflexivo sus propios caminos de liberación”. De este modo, los maestros y los líderes revolucionarios no debían de estar distantes de las masas oprimidas, sino mantener un dialogo permanente sobre su acción. Así expresa: “Ninguna pedagogía realmente liberadora puede mantenerse distante de los oprimidos...”. Claramente la pedagogía liberadora, se delineaba en derredor de la participación de los oprimidos como parte de las masas populares, demarcando de tal modo, el contraste natural con la pedagogía bancaria o tradicional, de cuya esencia podríamos describirla como estática y netamente individualista, servil por cuestiones obvias, para la opresión.-- No obstante a lo descripto y en su concepción original, la educación superior, se ubicaba ceñida al modelo político nacional, por consiguiente, era profundamente elitista y solo podían acceder a ella, los sectores dirigentes con posibilidad de cubrir sus costos. De este modo sus saberes, se alineaba con el modelo agroexportador del país, perpetuando entonces la tradición enciclopédica, europeísta y liberal claramente consolidadas. Con el advenimiento Yrigoyen en el poder y su ideal de democratización política y cultural, llego la “reforma” universitaria del año 1918, pero lamentablemente al originarse la decadencia del partido radical, la reforma en sí, se desvirtuaría dentro de las cátedras “ligadas al capital extranjero y los negocios de país agrícola dependiente”. En 1946 asumen en el poder J. Perón, e impulsa una política popular de redistribución de las riquezas a favor de los necesitados y de industrialización que daba claramente a entender, su idea de integrar a los sectores populares. Durante su gobierno se sancionan tres leyes Universitarias y con ellas, aparecen entre otros puntos no menores, los horarios nocturnos para trabajadores; la Universidad Obrera (hoy UTN) que articulaba el conocimiento y la acción práctica en fábrica; la divulgación de los valores y tradiciones de nuestro país; la gratuidad; los primeros pasos en la articulación concreta obrero estudiantil, y la existencia de carreras prioritarias para la industrialización. Con el Peronismo, aparece la noción del “derecho social a la educación superior” y la “cultura de la industrialización y el pleno empleo” como fines culturales y políticos estratégicos nacionales. Su legado fue el intento de articular la educación superior a la democracia de masas.- La universidad pública debe ser parte del país, debe abordar los problemas de la nación y buscar naturalmente soluciones a los mismos.-
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