Cultivo de avellana europea en Chile
Enviado por Fernando Canales Pizarro • 19 de Mayo de 2023 • Resumen • 2.390 Palabras (10 Páginas) • 65 Visitas
I. Introducción
El Avellano Europeo (Corylus avellana L.) está presente en Chile desde hace muchos años, fue introducido por los colonizadores europeos cultivándolos en el sur del país. En las últimas décadas este frutal de nuez ha tenido un aumento importante en las plantaciones en donde hasta el año 2013 ya existían 11 mil hectáreas de avellano europeo repartidos desde la región del Maule hasta la región de Los Lagos, esto se produjo inicialmente por las industrias agroalimentarias del hemisferio norte como la empresa italiana Ferrero que se instalaron en Chile para satisfacer sus propias demandas. Después las empresas nacionales exportadoras se interesaron en el cultivo por su alta demanda como fruto seco, acompañada de sus beneficios nutricionales que hacen más atractivo el producto. Además que en el sur de Chile existe la disponibilidad de tierras para establecer huertos de mayor tamaño, las condiciones de suelo y de clima son favorables y existe la capacidad instalada para la producción y exportación del fruto.
En este informe se busca informar acerca del cultivo, como sus antecedentes generales, sistema productivo, variedades, destinos de consumo, etc. Resumidamente se hará un diagnostico general del cultivo en Chile y también presentará una encuesta de diagnostico destinada a fundos o productores de avellana europea.
II. Desarrollo
Antecedentes Generales del Cultivo.
El origen de la avellana proviene de Asia menor, luego fue llevada a Italia por los griegos. Es de la familia de las Betulaceae; Genero Corylus y de la especie Corylus avellana L. Es una planta de tipo arbusto caducifolio, con ramas de color marrón claro grisáceo que nacen en forma alternada e inserta sobre un plano respecto al eje principal, las hojas son simples, de forma redonda y con márgenes dentados. A nivel del cuello la planta produce numerosos hijuelos que presentan elevado vigor.
El avellano es una especie monoica y declina, esto quiere decir que en el mismo árbol hay flores masculinas en forma de amentos elongados y amarillos, las flores femeninas son pequeñas y rojas agrupadas cada una de ellas en inflorescencias. Las avellanas son polinizadas por el viento y son auto-incompatibles: un árbol no puede auto-polinizarse ni polinizar a otro árbol de la misma variedad. Es por eso que, en un huerto hay plantadas por lo menos dos variedades diferentes que sean genéticamente compatibles y cuya floración ocurra en el mismo periodo.
El avellano florece durante el invierno, ahí el polen es llevado por el viento desde las flores masculinas hasta las femeninas. Luego de la polinización el avellano se toma un descanso antes de la fecundación que ocurre en primavera. La inducción floral masculina se inicia a fines de diciembre, principio, de enero y la inducción floral femenina se produce más tarde que la masculina, desde enero a principios de febrero. Todas las flores están completamente formadas a principios del mes de mayo. Mediante la fecundación se produce la formación del embrión y de los cotiledones, constituyendo la parte comestible del fruto. Luego de la fecundación, los frutos presentan un rápido crecimiento, alcanzando en el transcurso de un mes sus tamaños definitivos. En el sur de Chile, desde fines de enero-febrero las avellanas crecen velozmente y se produce en su interior el desarrollo de la semilla
El reposo invernal de las flores del avellano europeo comienza en marzo y tiene una duración de 2,3 o 4 meses, dependiendo de las variedades. Estos órganos pueden evolucionar de nuevo e iniciar la floración, si ocurre un periodo de frío. Las necesidades de frío, en general oscilan entre las 350-600 horas de frío (temperaturas inferiores a 7°C) para las flores masculinas y entre 600 -800 para las femeninas.
Clima y suelo
Un clima adecuado, una precipitación confiable, y un riego suplementario son importantes para el desarrollo de un buen árbol y la producción de fruta de alta calidad.
El avellano sea capaz de adaptarse a diferentes ambientes, el clima que más se le acomoda se caracteriza por veranos suaves e inviernos fríos, fisiológicamente necesarios para satisfacer la necesidad de horas de frio y garantir una buena producción.
En cuanto al requerimiento hídrico lo ideal para el avellano es de 800 mm bien distribuidos en primavera y verano, en climas con poca lluvia, el aporte hídrico debe ser cumplido por medio de un sistema de riego.
El avellano necesita un suelo bien drenado con buenos niveles de materia orgánica. El árbol tiene un sistema radicular fibroso y superficial, aunque los suelos más profundos permitan una mayor explotación en profundidad.
El suelo perfecto tiene elevada permeabilidad, buena fertilidad y un rango de pH entre 6 y 7,5. Se deben evitar los suelos muy arenosos y los excesos de arcilla, por lo que un suelo franco es ideal.
Variedades principales en Chile.
Las principales variedades producidas y en chile son Barcelona Chilena cuyos polinizadores son Blanco, Azul, Rojo (ecotipos), Daviana, Butler, entre otros. Esta variedad es la más utilizada debido a su amplia adaptabilidad en diferentes condiciones agroecológicas del territorio nacional, su rendimiento es de 3.000 kg/ha, aunque su alta producción presenta poco rendimiento al descascarado que es de 39-40%, respecto a otras variedades.
La otra variedad es Tonda di Giffoni sus polinizadores son fundamentalmente Barcelona, Casina, entre otras. Se adapta bastante bien a las condiciones edafoclimáticas de Chile, pero presenta un período de floración muy corto influyendo negativamente en el cuajado. En la zona centro sur y en algunas áreas del sur, bajo condiciones microclimáticas como en Angol y Renaico, la productividad es aceptable, aunque es altamente sensible a estrés hídrico y golpe de sol. Por sus excelentes características organolépticas, en Chile esta variedad alcanza mayores precios que otras.
La principal forma de propagación que ocupan los viveros chilenos son por el “acodo de montículo”, con anillado a nivel de la base de los hijuelos, que ha dado buenos resultados en cuanto a la calidad de las plantas y su radicación.
Cosecha.
En Chile las avellanas empiezan a caer en el mes de Febrero y, en general, las operaciones de cosecha empiezan cuando existe alrededor de un 30% de la fruta en el piso. La recomendación es de hacer por lo menos dos pasadas, para asegurar que la fruta no se quede demasiado tiempo en el suelo, con el riesgo de que suba el nivel de humedad empeorando la calidad.
La cosecha se puede hacer de forma manual o mecánica, aunque la manual se limita huertos pequeños o en los primeros años, cuando las producciones son todavía bajas
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