El feminismo radical socialista: ¿cómo vencer al patriarcado?

Juan R. Cruz Morera

SOCI 3245-011

Principios de Sociología

Prof. Miguel Rivera

El feminismo radical socialista: ¿cómo vencer al patriarcado?

La teoría feminista se nos presenta como una explicación de lo que son los roles sociales, políticos, filosóficos, científicos, y entre otros, de la mujer. Al explorar el mundo del feminismo, podemos encontrar la finalidad que este intenta sugerir, la misma consiste en revelar la desigualdad social y promover la equidad de derechos.  A pesar de que el feminismo surgió como un movimiento político que estaba luchando por el sufragio, con el tiempo éste, y sus corrientes, se han vuelto tema de mucha controversia por el mero hecho de lidiar con los asuntos que conciernen a la figura de la mujer y trae consigo el debate histórico sobre las diferencias de género.

El hombre, desde el principio de los tiempos, era la figura que representaba al interés público y solo este podía ser partícipe de dicha esfera, o sea, el ejercicio del dominio público y el poder, mientras que la mujer era figura de los quéhaceres y la reproducción doméstica, especialmente del cuido de los hijos. Las féminas eran consideradas ciudadanas de segunda clase, por lo que se empezó un movimiento para cambiar dicha estructura. Esto se vio como una reflexión objetiva sobre cómo vivían las mujeres y sobre si estaban siendo justamente tratadas. Al surgir la teoría, surgieron también sus corrientes: marxista, liberal, radical socialista.

        Por su parte, el feminismo marxista se centra en la pregunta:“Si nadie se queda en casa, ¿quién reproduce y cría a los trabajadores del mañana?”. La subordinación femenina no responde solamente a una construcción cultural, sino que responde también a la propia naturaleza de las estructuras capitalistas. Para que el capitalismo pueda existir, tiene que haber una mujer en el hogar para ser productora de hijos y futuros empleados, encargada siempre de la importantísima reproducción doméstica. Esta es la estructura fundamental del sistema capitalista, y el feminismo solo será válido si se cumple con la producción de dichas estructuras. La otra cara de la moneda viene con el feminismo liberal, cuya idea central se basa en el hecho de que las acciones individuales de las féminas pueden lograr el mantenimiento de su igualdad social. La sociedad lleva siglos con la falsa creencia de que el hombre es superior en todas las tareas, y que son más capaces física e intelectualmente. Esta corriente teórica intenta describir cómo la mujer solo está subordinada debido a la premisa que dice que "la subordinación femenina se basa en un conjunto de restricciones de costumbres y legales que bloquean su entrada y el éxito en el llamado espacio público" por lo que iniciaron su lucha por la equidad mediante los renglones legales y políticos. Sin embargo, esta teoría ha recibido numerosas críticas desde sus inicios, debido a su revolucionario comienzo (finales de 1800 a principios de 1900), lleno de violencia y fallas en su teoría básica. A pesar de estas críticas, luego de 50 años de activismo, se le concedió el voto y el derecho a ejercer una función en el escaño público a la mujer en los Estados Unidos en el año 1920. Todos estos logros se dieron gracias a la lucha constante de feministas liberales con el gobierno patriarcal. Luego de este evento, el feminismo liberal se mantuvo relativamente callado hasta cuatro décadas más tarde, cuando resucitaron en las marchas a favor de los derechos civiles, creando paralelismos sobre la discriminación racial y la sexual. Nacieron entonces grupos como la Organización Nacional de Mujeres (1966), la Asamblea Política Nacional de Mujeres (1971) y la Liga de Acción Equidad de las Mujeres (1968 - 1989) para promover los derechos de las mujeres. En estos grupos se hicieron enmiendas para aprobar el derecho al aborto, dándole así a la mujer derechos reproductivos, también por la compensación justa por el trabajo, el derecho a cuidado de salud, y sacaron a luz hechos sobre el acoso sexual y la violencia doméstica. Si bien podemos alabar todos los logros del feminismo liberal, también se deben resaltar las fallas que tiene su sistema; este movimiento se centra en la individualidad, por lo que descredita mucho los problemas de la comunidad, y se ha argumentado que dejan ver que aunque una mujer no dependa de un hombre para subsistir individualmente, estas, como comunidad, dependen de un sistema de gobierno patriarcal. Así que, partiendo de la definición de lo que conlleva la palabra feminismo que según la RAE, “Ideología que defiende que las mujeres deben tener los mismos derechos que los hombres.” nos debemos preguntar, ¿están las marxistas y las liberales cumpliendo con lo que conlleva el movimiento social feminista?

No hay manera más apropiada para atender este sector de desigualdad que desde la teoría radical-socialista. Se debe ver al patriarcado como una red de subordinación social, que mayormente se da mediante la violencia para demostrar poder y dominación sobre la figura denominada minoría. No es solamente la relación desvinculada del patriarcado como institución capitalista, sino que apoyar otro tipo de feminismo sería como apoyar algún tipo de diferencia social. Este movimiento surgió en medio del movimiento obrero en Estados Unidos, y su objetivo principal era la incursión de la mujer en el campo laboral para independizarse del hombre, y el mejoramiento de las condiciones de trabajo de la mujer obrera. Porque como dijeron las radicalistas Silvina Alvarez y Cristina Sánchez en Feminismos: Debates Teóricos Contemporáneos (2001),

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