El maltrato entre pares o "bullying"
Enviado por HdzGvn • 7 de Octubre de 2014 • Trabajo • 3.103 Palabras (13 Páginas) • 319 Visitas
Bullying
Introducción
El maltrato entre pares o "bullying" en inglés es una realidad que ha existido en los colegios o escuelas desde siempre y se ha considerado un proceso normal dentro de una cultura del silencio que ayuda a su perpetuación. En Europa, Estados Unidos, Canadá y El maltrato entre pares o "bullying" en in- Australia es un tema vigente desde hace déca-glés es una realidad que ha existido en los das. En Chile ha adquirido notoriedad gracias a colegios o escuelas desde siempre y se ha los medios de comunicación e internet, por la considerado un proceso normal dentro de una difusión de las serias consecuencias para sus participantes, y éstos, que en un principio se consideraba que eran la víctima y el victimario, hoy se entiende que además son partícipes de la dinámica los espectadores, testigos o "bystanders" directos que presencian el hecho, y los indirectos, que son el personal, las autoridades del colegio, la familia y la sociedad entera. Por lo tanto, la solución no está enfocada a una o dos personas en particular, sino que debe involucrar a toda la comunidad. Dentro de la comunidad está el personal de salud y específicamente el pediatra quien puede detectar esta realidad oculta y orientar en las acciones a seguir.
Matonaje o bullying, en qué consiste
Es un comportamiento agresivo que implica tres aspectos: desbalance de poder, que se ejerce en forma intimidatoria al más débil, por lo tanto, escogido y no al azar, con la intención premeditada de causar daño, y que es repetido en el tiempo.
El tipo de bullying puede ser directo, ya sea físico o verbal, o de gestos no verbales. Puede ser indirecto o relacional (daño a una relación social), mediante la exclusión social, e 1 esparcir rumores, o hacer que sea otro el que intimide a la víctima1.
Últimamente se ha agregado el cyberbullying, que se refiere al matonaje que se realiza bajo anonimato por internet, usando blogs, correo electrónico, chat y teléfonos celulares, enviando mensajes intimidatorios o insultantes.
Visión del Problema
Prevalencia: depende de la definición de esta dinámica y de la frecuencia de los episodios. Si se considera que un episodio de "bullying" basta para hacer diagnóstico, el bullying aumenta en la estadística. En un estudio de Nansel en 2004, en una muestra de 113 200 estudiantes de 25 países, se observó que desde el 9% en Suecia, hasta un 54% de los escolares en Lituania, estaba involucrado en episodios de "bullying". Como víctimas, el rango va desde un 5% en Suecia hasta un 20% de los estudiantes en Lituania, con un promedio en todos los países de un 11%. Como agresores, se comunicó desde un 3% en Suecia hasta un 20% en Dinamarca, con un promedio de 10%.
El papel dual de agresor y víctima varió desde un 1 % en Suecia hasta un 20% en Lituania, con un promedio en los países de 6%2. En Chile, la participación de los estudiantes en conductas de matonaje oscilaría entre un 35 a 55%3.
Edades: de acuerdo a Olweus, en 4o básico el problema sería el doble que en 8o básico. Nansel encontró algo similar al comparar alumnos de 6o básico, en que el 25% habían sido victimizados, con los de 10° grado, en que esa dinámica se verificaba en menos de un 10%4.
Género: los niños varones victimizan más que las niñas y utilizan más la agresión física y verbal. Las niñas usan la agresión indirecta relacional, esparciendo rumores o realizando exclusión social1.
Lugar del maltrato: el patio del colegio o lugar sin supervisión de adulto es donde ocurren las agresiones físicas. En clase, con o sin profesor presente, ocurren las agresiones verbales1.
Características personales de los actores y consecuencias
Las víctimas: son percibidas como inseguras, sensitivas, poco asertivas, físicamente más débiles, con pocas habilidades sociales y con pocos amigos. En general, buenos alumnos1. Como consecuencia del bullying, presentan ansiedad, depresión, deseo de no ir a clases con ausentismo escolar5 y deterioro en el rendimiento6. Presentan más problemas de salud somática, dos a cuatro veces más que sus pares no victimizados7. Si la victimización se prolonga, puede aparecer ideación suicida8. Ello es favorecido por el poder en aumento del agresor y el desamparo que siente la víctima, con la creencia de ser merecedora de lo que le ocurre, produciéndose un círculo vicioso, lo que hace que sea una dinámica difícil de revertir9. En la adultez, hay mayor desajuste psicosocial10.
Los agresores o bullies: son físicamente más fuertes que sus pares, dominantes, impulsivos, no siguen reglas, baja tolerancia a la frustración, desafiantes ante la autoridad, buena autoestima, tienen actitud positiva hacia la violencia, esperan crear conflictos donde no los hay, no empatizan con el dolor de la víctima, ni se arrepienten de sus actos. Como consecuencia de su conducta, adquieren un patrón para relacionarse con sus pares, consiguiendo sus objetivos con éxito, aumentando su status dentro del grupo que los refuerza. Al persistir, caen en otros desajustes sociales como vandalismo, mal rendimiento académico, uso de alcohol, porte de armas, robos, y de acuerdo a Olweus, procesos en la justicia por conducta criminal en un 40% a la edad de 24 años11,2.
Los bully-víctimas: tienden a ser hiperac-tivos, con dificultad para concentrarse. Son impulsivos, de tal modo que devuelven el ataque. Cuando son atacados, muchos estudiantes están involucrados como agresores, a veces, la clase entera. Ellos tienden a maltratar a niños menores o más débiles que ellos. Son los que han acusado más problemas de salud, más que las víctimas. Han tenido más problemas académicos, más que los agresores, tienen problemas de relación con sus pares y mayor uso de tabaco y alcohol1,2.
Los testigos, espectadores o bystanders: son la audiencia del agresor, entre el 60 y 70% del universo restante. El agresor se ve estimulado o inhibido por ellos, es por ello que hay programas de prevención que tratan que los testigos tengan un rol preventivo12. En un estudio, el 30% de los testigos "intentó ayudar a la víctima", mientras que el 70% no intentó intervenir. Desglosada esta cifra, el 40% no hizo nada porque "no era de su incumbencia", y el 30% no ayudó aunque "sintieron que deberían hacerlo", probablemente por temor a ser víctimas13. Hay una intención que no se traduce en conducta, lo que podría ser modificado.
Hay un segundo universo de testigos que son los profesores y personal del colegio. Según la mayoría de los alumnos, los profesores no intervendrían siempre en situaciones de victimización, y sólo un tercio de los alumnos cree que a los profesores les interesa poner fin al"bullying"14.
Las consecuencias para
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