LAS DESIGUALDADES DE GÉNERO EN EL MERCADO LABORAL

UNIVERSIDAD DE VALENCIA: FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES.

GRADO EN TRABAJO SOCIAL.

1º GRUPO G.

[pic 1]

ENSAYO INDIVIDUAL FINAL

LAS DESIGUALDADES DE GÉNERO EN EL MERCADO LABORAL.

REALIZADO POR:

Vera Martín.

 PROFESOR:

Elena Mut.

 Igualdad de Género y No Discriminación.

2019.

ÍNDICE

1. Introducción ……………………………………………………………………………………………………………… 3

2. Desarrollo y argumentación ……………………………………………………………………………………3-6

3. Conclusiones ……………………………………………………………………………………………………………7-8

    Bibliografía

1. Introducción.

Para el desarrollo de este ensayo hemos utilizado los documentos de la presentación del tema uno “sistema sexo-género”, “glosario de la Universidad de Valencia” y la realización de los trabajos grupales “actividades por sexos” y “conceptos de igualdad”, presentación del tema dos “identidades y procesos de construcción de la identidad de género”, el documento del tema tres denominado “conceptos IGDN profesora Elena Mut” y del tema cinco el documento “presentación normativa estatal”, además de documentos investigados por internet.

Desde hace tiempo la teoría feminista dio importancia a la existencia de desigualdades de género en el mercado laboral. Desde entonces la subordinación y discriminación laboral son una realidad para la mayoría de las mujeres activas, una situación que existe incluso en el incremento de la actividad femenina en el mercado laboral actual, aunque cabe destacar la persistencia de la segregación vertical y horizontal y las desigualdades indirectas. Una existencia que parece estar endureciéndose en la crisis que recientemente hemos atravesado.

Siguen evidenciándose diferentes desigualdades: laboral, económica, familiar, política entre otros. A menudo las mujeres en el ámbito laboral se encuentran con discriminaciones vinculadas a salarios más bajos con respecto a los hombres y sufren acoso sexual en el puesto de trabajo.

2. Desarrollo y argumentación.

En el sistema sexo–género las mujeres han sido conceptualizadas como delimitadas o determinadas por su función biológica, en contraposición con los hombres que pasan a representar conceptualmente a toda la humanidad desde una posición androcéntrica. Según dicho sistema, las mujeres están subordinadas al hombre y además están destinadas a trabajos reproductivos que se llevan a cabo en el ámbito privado como por ejemplo: la realización de las tareas domésticas o el cuidado de personas dependientes. Por otro lado, los hombres ejercen el trabajo productivo que se da en el ámbito público y, por tanto, ocupan puestos de poder en las empresas, en la política o en la economía entre otros y tienen mejores retribuciones. En el año 2016, el salario anual más frecuente de las mujeres (13.500,4 euros) representó el 77,1% del salario más frecuente en los hombres (17.509,4 euros). En el salario mediano este porcentaje fue de 77,8% y en el salario medio bruto del 77,7%. Si se consideran los salarios anuales con jornada a tiempo completo, el salario de la mujer representaba en el año 2016 el 87,5% del salario del hombre. En la jornada a tiempo parcial, el porcentaje era del 93,4% (Informe mujeres y hombres del INE 2016).

A lo largo de la historia la discriminación de género establece límites diferentes para el desarrollo e integración de hombres y mujeres en la esfera de la vida pública y en el espacio familiar relegando a las mujeres a este último.

3

El concepto de discriminación de género se entiende como: “la desigualdad de trato y oportunidades que reciben las personas en función de los atributos asignados culturalmente a su sexo y de la valoración de lo masculino sobre lo femenino” (Mut Montalva,Unidad didáctica III,2018:12)

Si hablamos de desigualdades entre mujeres y hombres debemos recalcar que las mujeres experimentan diferentes desigualdades en diferentes ámbitos, como por ejemplo, en el ámbito familiar, laboral, económico, político entre muchos otros.

En la sociedad actual, según el Periódico El País afirma que aunque todavía existe un 62,92% de mujeres que se dedican al ámbito privado, es cierto que cada vez las mujeres se están incorporando más al mercado laboral aunque éstas experimentan o sufren dificultades en cuanto a la participación femenina en la esfera política y en el acceso desigual de hombres y mujeres al ámbito productivo, e incide así en el escaso acceso de las mujeres a las instancias de toma de decisiones y ejercicio de poder.

Por otro lado, resulta interesante indicar que aunque aumente la presencia femenina en el mercado laboral los salarios son precarios y más bajos que en los hombres, por ejemplo con los contratos temporales y el desempleo, incluyendo el de larga duración.   Existen otros trabajos que realizan las mujeres como en el empleo doméstico que no conllevan contrato laboral y hay una desregulación de la jornada laboral porque hay abusos en los contratos (aunque las mujeres firmen un contrato a tiempo completo siempre se les pagará menos, como si tuvieran un contrato a tiermpo parcial).

En la actualidad, la discriminación de la mujer tiene que ver con el ámbito privado y el  ámbito público. Por un lado, según el Periódico El Mundo las mujeres ganan una media de un 14,9% menos que los hombres, por lo tanto, se ven obligadas a aceptar más jornadas a tiempo parcial para conciliar y tienen salarios precarios, además tienen más dificultades para desarrollar de manera correcta su carrera profesional en el caso de poder permitírselo, ya que no todo el mundo puede, tienen peores pensiones, que sitúan a la mujer en situación de pobreza donde el riesgo y la vulnerabilidad social se extienden a capas sociales que antes quedaban protegidas de las situaciones desfavorecidas. Por otro lado, las mujeres siguen asumiendo de forma mayoritaria las tareas del hogar o los cuidados a personas dependientes, lo que les lleva a no tener tiempo para ellas mismas y tienen peor calidad de vida, ya que los hombres siguen sin asumir la corresponsabilidad y la conciliación personal, familiar y laboral. Las mujeres deben asumir este rol como si de algo innato se tratase en la sociedad.

...