Las Representaciones Mentales
lucerosuavecita23 de Marzo de 2015
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"Las representaciones mentales"
Martha Cecilia Arbeláez Gómez
"El artículo aborda las diferentes perspectivas teóricas de las representaciones mentales, su proceso de construcción y el sentido que ellas tienen en la comprensión del entorno. Se toma como punto de partida la perspectiva cognitiva analógica, posteriormente la perspectiva estructuralista, para finalizar con la cognitivo-social, pues si bien se reconoce el proceso de construcción cognitivo de la representación, no se deja de lado los contextos socioculturales de dicha construcción, que son en últimas los que le permiten al sujeto interactuar, dándole sentido a lo que hace."
Representaciones mentales se entienden como aquella forma material o simbólica de dar cuenta de algo real en su ausencia, están organizadas en estructuras que permiten darle sentido al entorno.
Sin embargo no es posible construir representaciones puras y aisladas, sino que se construyen a partir de un contexto representacional delimitado por la actuación cognitiva, constituida por una serie de interacciones aprendidas del ordenamiento de la realidad, que la tradición cultural de cada grupo social ha llevado a cabo y que por lo tanto es histórica y dependerá de lo que también privilegie el contexto en el que el sujeto se desarrolle.
De otro lado las representaciones de los conceptos se constituyen en atributos de carácter abstracto, que se forman a través de las experiencias directas, de procesos hipotéticos y de comprobación, y se expresan de manera simbólica(1). Por ello es necesario comprender los procesos de construcción representacional.
Proceso de construcción de la representación.
Los seres humanos construyen representaciones mentales sobre el entorno que los rodea, sobre sí mismos, sobre la sociedad y sobre la naturaleza en la cual se constituyen como personas.Estas representaciones se organizan en estructuras conceptuales, procedimentales y actitudinales para darle sentido a la interioridad y exterioridad de su entorno, con miras al dominio, la intervención, el control y la transformación del mismo. Es este ordenamiento el que posibilita cualquier tipo de experiencia, como una de las maneras de actuar intencionalmente(2).
Si bien se parte de esta posición frente a las representaciones, estas no tienen una única manera de ser abordadas y como otros procesos en psicología cognitiva son explicadas desde diferentes perspectivas teóricas. Para este caso se retomarán dos, la cognitiva y la social, para concluir posteriormente en una perspectiva integradora que si bien reconoce el carácter cognitivo de su formación, también da cuenta del contexto social en el que dicha construcción se elabora.
La primera de ellas es la psicología cognitiva de enfoque analógico cuyo núcleo teórico está en la distinción entre lo que es el contenido y el formato de las representaciones. El contenido hace referencia a los aspectos semánticos o referenciales de la información y el formato se refiere al código simbólico que reviste dicha información. Este enfoque adopta un lenguaje que permite analizar el formato de las representaciones (proposiciones, imágenes) y su sintaxis (relaciones que se establecen entre ellas)(3).
La prioridad es el formato de las representaciones, reduciéndose a un problema de simbolización. Una vez cifrada la información, esta colección de símbolos adquirirán su significado en correspondencia con el mundo objetivamente construido. Se tratará de representaciones internas de la realidad externa, entendidas así, la mente es un espejo de la naturaleza y en consecuencia, las representaciones son un espejo de la lógica del mundo externo.
Desde estos presupuestos sobre la manipulación de símbolos abstractos y su correspondencia con la realidad objetiva, no es posible comprender cómo los seres humanos construyen representaciones diferentes sobre un mismo fenómeno, ni que sentido tienen las interacciones que establece socialmente. Como afirma Lakoff(4) no existe una correspondencia uno a uno entre el símbolo y su referente, ya que el mismo referente podría ir asociado a símbolos distintos de una situación a otra.
Frente a estas críticas se elabora una nueva tesis, que si bien parte de los supuestos mencionados, los trasciende teniendo en cuenta el contexto. En este marco se aborda la formación de las representaciones desde dos niveles:(5) en un nivel primario las representaciones se forman en una conexión estrecha y de gran fiabilidad con el mundo representado, por ello lo que determina la representación primaria es la realidad percibida.
Una vez formadas las representaciones a través del contacto con lo representado, pueden conformarse las representaciones secundarias, ya que las representaciones del mundo también representan lo que podría ser. Es así como una imagen o situación puede tener diferentes interpretaciones. De esta manera las representaciones secundarias son voluntariamente separadas de la realidad y constituyen el fundamento de la capacidad para considerar el pasado, el posible futuro e incluso lo que no existe.
Los seres humanos construyen representaciones mentales sobre el entorno que los rodea, sobre sí mismos, sobre la sociedad y sobre la naturaleza en la cual se constituyen como personas.
Tiene que haber representaciones primarias para que sean posible las representaciones secundarias y las metarrepresentaciones, (como la representación que el sujeto tiene del mundo representado), y a partir de estas, construir modelos que expliquen la realidad y con los cuales se pueden proyectar estados deseables de la misma.
La mente representa lo que el caso es en realidad, lo que fue, lo que en el futuro podría ser, todo esto al mismo tiempo. Por lo tanto, se tienen diversos modelos mentales. Sin embargo, para planificar una acción simple hay que representar simultáneamente la situación actual y la deseada. El modelo cumple así, una función de razonamiento hipotético, representar una situación, aun cuando no se trate de una situación real.
Con relación al proceso mismo de construcción, la psicología cognitiva desde la perspectiva estructuralista de Piaget, hace referencia a las representaciones como la capacidad nueva que permite utilizar significantes, es decir, señales, signos o símbolos que están ligados o se oponen en lugar de las cosas a las cuales se refieren, diferenciados de los significados, esto es, todo aquel objetivo, situación o acontecimiento designado por el significante.
Desde esta perspectiva lo característico de la representación es rebasar lo inmediato aumentando las dimensiones en el espacio y en el tiempo del campo de la adaptación, o sea evocar lo que sobrepasa al terreno perceptivo y motor(6), por tanto hablar de representación es hablar de «reunión de un significador que permite la evocación de un significado procurado por el pensamiento".(7) En este sentido el lenguaje se convierte en un factor principal de formación y socialización de las representaciones, que a su vez implica un doble juego de asimilaciones y acomodaciones actuales y pasadas, siempre en búsqueda del equilibrio.
Los seres humanos, al momento de su nacimiento tienen un modelo único del mundo, posteriormente comienzan a construir modelos múltiples para proyectar el estado deseado y los pasos necesarios para llegar a ello, como resultado, se hacen capaces de trascender el presente gracias a la representación de acontecimientos pasados. También los hace capaces de evadir la realidad presente mediante la representación de alternativas irreales.
De esta manera se van conformando representaciones de los distintos aspectos de la sociedad en la se que vive, y aunque esa representación se construye en un contexto social, es producto de una actividad mental constructiva a partir de elementos fragmentarios que recibe y selecciona de las experiencias vividas, de tal manera que realiza una tarea, que no es una actividad de asimilación pasiva de copia de la realidad.(8)
Las representaciones se manifiestan bajo formas variadas, más o menos complejas. Imágenes que condensan un conjunto de significados, sistemas de referencia que posibilitan interpretar lo que sucede, e incluso dan un sentido a lo inesperado. Categorías que sirven para clasificar las circunstancias, los fenómenos y a los individuos con quienes se tiene algo que ver, teorías que permiten establecer hechos sobre ellos.
Las representaciones se convierten en una manera de interpretar y de pensar la realidad cotidiana.Es un proceso mental elaborado por las personas dentro de los grupos a fin de fijar posición en relación con situaciones, acontecimientos, objetos y comunicaciones que les concierne.
Desde esta perspectiva las representaciones son producto de la actividad elaboradora del individuo y se derivan, por tanto, del propio funcionamiento cognitivo. El proceso básico para explicar su formación es el constructivismo, es decir, las personas construirán unas interpretaciones u otras acerca de la realidad, dependiendo de su estructura mental, ésta a su vez, es determinada por la etapa evolutiva, mientras que el medio se concibe como un soporte mínimo de estimulación relativamente invariable desde el punto de vista cultural.
Si bien este enfoque reconoce el carácter constructivo de las representaciones mentales, desconoce que el ser humano no construye sus representaciones en solitario, sino que el hecho de formar parte de grupos sociales introduce elementos «supraindividuales» en el proceso de construcción de las representaciones.
Reconociendo que la psicología cognitiva ha logrado construir una acervo teórico bastante sólido en sus explicaciones acerca
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