Las escuelas y a representación de élite

Las escuelas y la preservación de la élite

SINTETIZACIÓN DE: epílogo.

De la clase dominante al campo del poder - Pierre Bourdieu y Loïc Wacquant

          Bourdieu sostiene que en las sociedades avanzadas donde coexisten diversas formas de poder es inevitable no estudiar la clase dominante sin tomar en cuenta las condiciones en que se reproducen, en la medida en que dentro del espacio del poder los agentes ocupan posiciones que permiten crear dinámicas y mecanismos que producen y perpetúan un ambiente propicio para su propia conservación. [pic 1]

          En la mayor parte de las sociedades diferenciadas, donde existen cada vez más actividades especializadas y relaciones sociales más extendidas, uno puede observar las luchas entre dominantes, conflictos internos por el predominio de un modelo que en cada caso parece ser el mejor para alcanzar el objetivo de perpetuación. Cada sociedad tiene una forma distinta de resolver las “revoluciones de palacio” (Bourdieu, 2012, p.424), que surgen de las divisiones de las distintas formas de capital que acaparan una forma de poder y las oposiciones entre los varios modelos de perpetuación para los dominantes.[pic 2]

          En lugar de estudiar estructuras de poder como sistemas de relaciones objetivas, se estudian a los agentes que ocupan posiciones de poder. Para comprender las estructuras, no tenemos más opción que tratar con las poblaciones que tienen acceso a estas posiciones de poder y que son agentes trasformadores de sus propias condiciones. “El objeto de análisis propiamente dicho son las relaciones objetivas que se dan entre esos diversos sub-espacios, y los mecanismos que tienden a reproducir” (Bourdieu, 2012, p.426).

          En primer lugar, debe de existir un derecho de entrada y un deseo de entrar, los herederos deben aceptar su herencia, y los miserables su miseria, cada uno tiene un lugar respectivo. Para el caso de los dominantes y sus luchas internas por el predominio, los sistemas de diferencias – las escuelas e institutos-

se presentan como una opción adecuada para crear un orden armonioso, distribuyendo individuos de distintos orígenes entre distintas formas de capital y poder, así cada uno se esfuerza por ese pedacito de capital otorgado como si fuese el único capital, contribuyendo a su vez al capital global.

          Por ejemplo, en el caso francés y su administración actual creada a finales de los años 80´ del siglo XIX, se identifica una oposición entre dos polos del espacio de poder, los dominadores dominantes, aquellos que poseen capital de tipo económico (títulos de propiedad, bienes de lujo, títulos de propiedad, altos ingresos)  y se los reconoce como burgueses, y los dominadores dominantes, aquellos que están subordinados a los primeros, pero que han creado un tipo especial de capital, el capital cultural, los artistas e intelectuales. Aparte de las luchas internas por el predominio de la dominación, los dominantes libran una lucha contra un nuevo espacio de poder que trata de sobreponerse a él, el capital cultural. Esta lucha busca alcanzar el predominio de la dominación y el principio que legitime la dominación existente, estas luchas están íntimamente entrelazadas.

[pic 3]         Para que una clase dominante funcione de forma efectiva, ésta debe ser capaz de ejercer diversas formas de dominación al mismo tiempo. “La dominación puramente económica nunca es suficiente” (Bourdieu, 2012, p.431). El capital debe adoptar y diversificar las maneras en que ejerce la dominación. Y antes de que se pueda tener esa capacidad de crear los mecanismos necesarios, el capital de transferirse de una forma “segura”, y una de esas formas legales y comunes entre las sociedades desarrolladas para la transferencia de capital es a través de las credenciales educativas que se entregan en instituciones certificadas y que a su vez validan esas las credenciales. El papel esencial de las grandes écoles consiste en producir una nobleza, individuos que se sienten diferentes y justificados en su diferencia, y que sean vistos y reconocidos como tales, y que estén por tanto destinados desde el principio a espacios separados y futuros separados, fuera de lo común.[pic 4]

Pero no cualquiera puede obtener dichos certificados en las instituciones adecuadas, el mismo sistema educativo está pensado para que solo seleccionados previamente, efectivamente puedan participar en ese concurso académico para la obtención de esos certificados, esas prácticas organizadas  son el habitus, es decir, líneas de orientación creadas anteriormente con el objetivo de repetir procesos de un fin ya propuesto también con anterioridad, que no solamente creen las condiciones de perpetuación, sino que los mismos agentes sean la perpetuación de sus condiciones, el derecho de entrada y el deseo de entrar implica cierta interiorización de un naturalidad sin cuestionamientos, esta naturalidad de proceder se da en primera instancia desde la familia y en segundo lugar se refuerza en las instituciones educativas. [pic 5][pic 6]

          Pero las mismas instituciones educativas que afianzan las posiciones de poder, generan fracturas en el sistema para su no conservación, tal vez los elegidos rechacen su papel y ya no ejerzan los roles que deben, y con un sistema efectivo para mantener a los que son, son expulsados del sistema que en primera instancia estaría abierto para ellos y que fueron creadas por sus propios antecesores. De allí vendrían esas luchas internas, dejan de creer en la posición meritocrática que tienen y cuestionan la legitimidad de su herencia. “El sistema escolar asocia probabilidades de éxito a posiciones sociales, pero no garantiza que este o aquel hijo de consejero ministerial conseguirá un puesto de consejero ministerial, director general o ejecutivo” (Bourdieu, 2012, p.435).

          La complicidad infra-consciente de maneras de hacer y ser, las condiciones que limitan o extienden cierto tipo de acción y las instituciones sociales que afianzan esas prácticas y consagran la creencia en cierta legitimidad, todas ellas, son espacios interrelacionados en donde se ha diversificado el capital para crear las condiciones que generen a su vez más capital para invertirlo en su propia preservación. Las instituciones educativas, las familias y las prácticas cotidianas se reproducen a sí mismas, y las razones de su cambio se pueden entender como la misma ineficiencia entre sus propios creadores.

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