Lectura 1. Los útiles de la infancia
Enviado por Maely Tarin • 25 de Febrero de 2017 • Resumen • 9.061 Palabras (37 Páginas) • 1.215 Visitas
Lectura 1. Los útiles de la infancia.
El método.
Es posible la prolija descripción del material y del método de utilizarlo parezca tediosa y dé una falsa idea de la vida de una casa de niños. Sobre el ambiente María Montessori atribuye una gran importancia, hasta el punto de acondicionar en las casas de niños, claras y espaciosas, mobiliario domestico a la medida de los jóvenes alumnos. Mediante ejercicios de la vida práctica, logra integrar al niño en el ambiente y suscita el gusto de trato con los demás. Todos los muebles están hechos a su medida ya que la conquista de la motricidad y la libertad de movimientos merecen el riesgo de que se rompa alguno. Se mueve libremente en su universo de cosas verdaderas. Todo el material utilizado es maravilloso material sensorial.
Lanternier observo que no es raro que un niño que ha superado el estado de equilibracion motriz manifieste la necesidad de volver a manipular los objetos anteriores, esto es debido a que se siente nervioso y por sí mismo se aplica “la cura psicológica”. No hay edades fijas en la escuela Montessoriana; cada niño hace su propio progreso, sin embargo, se puede establecer promedios: hacia cuatro años se produce “la explosión de la escritura” hacia los 5-6 el niño empieza a iniciarse en la gramática y en la aritmética.
La aportación Montessoriana
Partiendo del material de Seguìn, Montessori lo ha desarrollado y ampliado considerablemente. Lo ha adaptado con precisión a las necesidades del párvulo:
- Atrae la atención espontanea por su simplicidad.
- Interesa por su aspecto y las posibilidades de actividades que ofrece sin salirse de su nivel.
- Contiene una racional graduación de los estímulos
- Permite la autocorrección.
La principal dificultad para aplicar este método con maestras del método antiguo radica en lo siguiente: cuesta muchísimo impedir su intervención cuando el pequeño queda desconcertado ante el error. Entonces las maestras son presa de piedad e intervienen con una fuerza casi irreversible para ayudarles. En el método Montessori, la maestra se contenta con orientar la actividad del niño que trabaja y descubre de la sola manera posible, por sí mismo. Concisión-simplicidad-objetividad, tales son las palabras clave de la enseñanza montessoriana. En el caso de que se haya de intervenir, que la personalidad de la maestra desaparezca y que solo sea evidente el objeto sobre el cual se quiere atraer la atención del niño: que sus palabras sean breves y sobrias. Una actitud de esta índole permite evidentemente consagrarse a la enseñanza individualizada, incluso en una clase relativamente numerosa. No deberá corregir o insistir, al corregirle estas palabras de reproche le hacen mayor impacto y quedan grabadas en su memoria.
La crítica.
Las críticas se refieren hacia el material superabundante . Se acusa ese material de ser inerte de inmovilizar al niño, de orientarlo hacia ejercicios que él no ha elegido, de atentar a su espontaneidad. El material es un medio; pero lo es también la libertad del niño, con María Montessori el niño a conquistado su libertad y su independencia.
El material y su utilización han sido determinados por los niños entre numerosos modelos puestos a su disposición, y su empleo viene motivado por la necesidad de actividad en modo alguno impuesta; su elección es libre. cuando el pequeño trabaja con objetos está adaptado a su mundo. Montessori da al niño los medios de análisis y cuenta con el fruto de las técnicas bien adquiridas para producir una síntesis.
Divergencias entre Sèguin y Montessori.
La educación de Seguin es una educación de la energía, la de Montessori, así la define ella misma, es una educación de la voluntad (energía dirigida). Seguin da unas directrices, Montessori da un método. Montessori ha desarrollado consideradamente la vida del desarrollo psicomotor, liberando al niño de las trabas de la educación corriente, dejándole en libertad de ejecutar los ejercicios corrientes en la vida de la práctica. Para María Montessori, el niño organiza sus sentidos para un buen uso de su inteligencia. Para Seguin, el ejercicio sensorial desarrolla la inteligencia, desde luego, pero también las potencialidades de estructuración y de relación del individuo. El método Montessori parece, en relación con el de Seguin, una vuelta al clasicismo. Sèguin abrió el camino hacia el poder del juego y de la imaginación; Montessori lo cerró y hasta ahora no ha vuelto a descubrirse. Sèguin introducía el espíritu a la lectura y al pensamiento por la combinación de objetos; Montessori no ha visto en ello más que la preparación del gesto. Sèguin habla de la educación del ojo y de la mano, mientras que Montessori se ha fijado en una estricta educación sensorial de la en definitiva, dinama un ejercicio intelectual, porque para ella la inteligencia, existe en sí misma. Sèguin escribió sobre los juguetes, concediéndoles una parte preponderante en la educación, escribió sobre la imaginación y el arte. María Montessori quiere integrar al individuo en el orden establecido, Sèguin quiere el establecimiento de un orden nuevo. María Montessori se ha consagrado esencialmente a elevar el alma del niño; Sèguin a desarrollar su personalidad y su espíritu.
María Montessori.
A pesar de que había en la escuela juguetes realmente esplendidos a su disposición, los niños no los utilizaban nunca. Quise intervenir y utilizar los juguetes conjuntamente con ellos, enseñándoles a utilizarlos. Comprendí entonces que el juguete era, sin duda, algo inferior en la vida del niño, quien no recurría a el más que a falta de otra cosa.
Edouard Sèguin.
Los niños que no poseen juguetes aprehenden tarde la realidad y nunca alcanzan el ideal. El niño atribuye a su juguete todas las cualidades ideales y se consagra por entero a él, como si de una realidad se tratara. Los juguetes hablan a los sentimientos cuando la mente no está aún abierta a la razón.
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