Modelo profesional, modelo institucional trabajo social

CUARTA PARTE

INSTITUCIÓN Y TRABAJO SOCIAL        

MODELO INSTITUCIONAL

MODELO PROFESIONAL

Por Mario Rubén Calarco

 1.1 INTRODUCCIÓN

El interjuego entre dos factores que evolucionan en tiempos distintos, las instituciones y una formación profesional en una misma realidad, trae como consecuencia una serie de problemas que en la mayoría de los casos afecta al agente profesional, el trabajador social, que se asimila, se  desprofesionaliza o bien renuncia a la función.

El presente trabajo tiene como objeto aportar algunos elementos instrumentales que permitan una inserción racional dentro del marco institucional y con un manejo adecuado de las estrategias que en cada caso se deben desarrollar.  Así como el  Trabajo Social implica una forma especial de  abordar la realidad, nuestra formación profesional debería permitirnos insertarnos en las instituciones con mayor solvencia.

Es necesario tener presente que nuestra profesionalidad no nace solamente frente al sistema cliente^[1], sino que debe manifestarse en todos los actos de nuestra vida pública y privada. A partir de esta premisa, es dable afirmar que para poder comprender el binomio institución-trabajador social, es necesario desarrollar cada una de las variables que intervienen en la relación, sean de signo positivo o negativo. Es decir que es necesario ubicarse dentro del campo institucional a partir del conocimiento del marco normativo, de su historia, de sus objetivos, de las formas de relación internas-externas, tipos de autoridad, etc.

Concurrentemente es necesario señalar cuales han sido los cambios  introducidos en el campo profesional en lo que la formación se refiere. Lo expuesto determina la existencia de dos vertientes: la profesional y la institucional, que corren de forma paralela a distinto ritmo y velocidad, requiriendo dentro de una visión sistemática, la construcción de canales que peritan una comunicación fluida y un intercambio que signifique el crecimiento de las partes en un proceso de retroalimentación permanente. Una vez planteados los obstáculos que interfieren la comunicación profesional-institución, surge la propuesta metodológica de construir modelos, como una forma de ahondar la realidad e instrumentar ejes sobre los que se apoye la intervención profesional sea cual fuere el campo del Trabajo Social en lo que opere. Ya definido el modelo y orientada la operacionalidad, restaría explicitar como puede jugar  esta variable dentro del capo institucional.

LAS INSTITUCIONES Y EL EJERCICIO PROFESIONAL

Las instituciones no son entes aislados, sino que forman parte de un sistema global que es  la sociedad,  de la que reciben influencia y a la que a su vez van modificando. En  consecuencia, una primera unidad de análisis seria confrontar las instituciones con el contexto social, en un tiempo-espacio y en circunstancias coyunturales determinadas. Por ejemplo, no es lo mismo el comportamiento de una institución en un país desarrollado que en un país subdesarrollado, en una sociedad capitalista y en una sociedad socialista. Además deben considerarse las políticas internas de un país y la presión socio-económica, cultural y política que ejercen las grandes potencias mundiales.

Un segundo elemento a tener en cuenta es la vida interna institucional, lo que determina la necesidad de conocer la organización, niveles de autoridad, marco normativo, como se dan las relaciones humanas, lugar que ocupa el hombre dentro de la institución, grado de democratización y de participación, cohesión grupal y solidaridad de sus miembros, grado de flexibilidad al cambio, grado de reconocimiento profesional, etc.

El tercer elemento a considerar es el de la función social que cumple o debería cumplir. Para ello se deben analizar aspectos como: claridad de objetivos, grado de respuesta a las  necesidades sociales, grado de reconocimiento comunitario, si cuenta con recursos suficientes y adecuados, grado de adecuación a la sociedad a la que sirve, etc. Sintetizando, podemos ya visualizar tres elementos fundamentales que se interrelacionan: contexto global, vida interna institucional y comunidad a la que sirve.

Consideramos necesario señalar que a los fines de este trabajo, utilizamos la definición de Fairchild, que indica que institución es una organización de carácter público y semi-publico que supone un cuerpo directivo y de ordinario un edificio directriz y de una función o establecimiento físico de alguna índole, destinada a servir  a algún fin socialmente reconocido y autorizado^[2]. Ella habla de una organización de un marco normativo directriz y de una función aceptada.

Ahora bien no podemos olvidar que las instituciones están conformadas por hombres, los que se insertan en las mismas con sus historias de vida, sus problemas, sus necesidades, sus conocimientos, sus expectativas y su percepción de la realidad. Bleger enuncio que el ser humano en las instituciones soporte y apoyo… desde un punto de vista psicológico, la institución forma parte de la personalidad. Por ende existe una primera oposición al cambio en todo agente, signada por la rutina de los hábitos y del automatismo^[3].

El mismo autor clasifica, de acuerdo a las relaciones que se establecen entre los miembros, tres tipos de instituciones: las que se maneja como grupo primario, la que configura grupos formalizados o estereotipados y los que se relacionan como grupo secundario sin caer en la estereotipia^[4]. Es indudable que de acuerdo al tipo de relación predominante las personas  se manejaran más o menos afectivamente, con mayor o menor racionalidad, con rigidez o flexibilidad, con objetividad o subjetividad. El profesional de trabajo social deberá conocer el tipo de relación y las formas de intervenir a fin de poder contar con las condiciones y medios necesarios que permitan resolver los conflictos que se susciten.

A partir del encuadre teórico expuesto se pueden establecer algunos problemas institucionales, cuyo conocimiento permitirá establecer estrategias de intervención profesional. Con fines didácticos, se enunciaran los problemas en relación a cada uno de los elementos fundamentales arriba mencionados.

1. Vinculados al contexto institucional global:

• Cambios de políticas nacionales, provisionales y/o municipales.

• Influencia de determinados grupos de presión
• Variaciones presupuestarias en al área
• Falta de planificación a mediano y largo plazo
• Falta de continuidad en los cuadros de conducción
• Influencias externas de orden económico, político, social y cultural

1. Vinculados a la vida externa institucional

• Relación muy afectiva e informal, tipo de grupos primarios.
• Conducción muy personalizada
• Excesiva verticalidad en la comunicación
• Normas de funcionamiento inadecuadas
• Excesiva burocratización
• Falta de capacitación permanente
• Conductas estereotipadas o resistencia al cambio
• Falta de estabilidad laboral
• Falta de espíritu solidario y de cooperación
• Falta de estímulos
• Conocimiento parcializado de la realidad
• Roles profesionales no definidos con claridad
• Falta de trabajo en equipo
• Trabajo rutinario y automático. Muy poca creatividad
• Instrumental pobre y descentralizado
• Lo técnico se adscribe a lo administrativo
• Contradicciones entre objetivos y lo que se hace
• Deficiente estructura de evaluación y supervisión de programas
• Excesiva departamentalización, pérdida de identidad institucional como totalidad.
• Deficiente o nula sistematización de la información.

1. Vinculados a la comunidad a la que sirve:

• Por lo general se limita a asistir, no instrumenta programas preventivos, de promoción y de capacitación
• Visión parcializada de la realidad social
• No cubre las expectativas de la población
• Desconocimiento de las funciones de la institución
• Deficientes canales de participación de los usuarios
• Excesivos tramites que desorientan al interesado con problemas

Los enunciados no son los únicos problemas de las instituciones ni todas por supuesto tienen los mismos. Lo que es indudable es que el trabajo social debe investigar profundamente todos aquellos aspectos que le permitan conocer la institución donde se va a desempeñar, sin crearse falsas expectativas, ni caer en errores que perjudiquen su inserción profesional.

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