LA PRÁCTICA PROFESIONAL DEL TRABAJO SOCIAL
Enviado por Humberto Barraza Alfaro • 16 de Septiembre de 2016 • Tarea • 1.689 Palabras (7 Páginas) • 281 Visitas
[pic 1]UNIVERSIDAD AUTONOMA DE SINALOA
FACULTAD DE TRABAJO SOCIAL
MATERIA:
Practica del Trabajo Social en Institución.
DOCENTE:
Salas Moreno Lucia Guadalupe.
NOMBRE (ALUMNA):
Alfaro Castro Gema Guadalupe.
GRUPO:
2-9.
FECHA:
15 de septiembre del 2016.
LA PRÁCTICA PROFESIONAL DEL TRABAJO SOCIAL
LA PRÁCTICA SOCIAL Y ORACTICA PROFESIONAL:
La naturaleza de las relaciones entendidas en su totalidad como un modo de vida que influye la reproducción material, ideológica y política crea un tipo de sociedad particular. Así en Latinoamérica, las sociedades modernas se constituyen bajo influjo del capital y subordinadas a los países capitalistas avanzados.
Dentro de esta lógica general se sitúa el estado como representante del conjunto de la sociedad aun cuando asume primordialmente los intereses de las clases.
Práctica profesional y política social.
La reflexión que se ha impulsado en el trabajo social entorno a las políticas sociales es un intento por pensar la posibilidad y límites del ejercicio profesional en situaciones concretas.
Los aspectos más relevantes de la práctica del trabajo social, se diferencian de otras prácticas profesionales y sin olvidar sus semejanzas en tanto prácticas sociales que se desenvuelven al interior de su marco social determinado por condiciones históricas concretas.
La práctica profesional es, en consecuencia participe en la reproducción de las relaciones sociales atendiendo contradictoriamente los intereses de las clases dominantes de mandado por esta razón un estrategia política-profesional que fortalezca uno de los polos representes en las condiciones de trabajo.
EL ESPACIO PROFESIONAL: LA PARTICIPACIÓN DE LOS AGENTES SOCIALES
La constitución de un espacio de trabajo, no es pre-existente, sino por el contrario se hace, se crea en un reflexión colectiva que toma en cuenta la coyuntura para saber el momento oportuno para avanzar o retroceder en la estrategia institucional y en relación a la clases populares. Crea un espacio profesional desde los intereses y necesidades de las clases populares, requiere establecer un vínculo más orgánico entre el desarrollo profesional y los movimientos sociales presentes en cada coyuntura profesional.
En el espacio profesional actúan tres agentes sociales: la institución, el trabajador social y el usuario.
El usuario al solicitar el servicio es despojado de su rol de productor para asumir preponderantemente la calidad de consumidor. El necesita consumir los servicios sociales y como tal es atendido; esta percepción del usuario nos distancia además de su rol como contribuyente directo en el sostenimiento de los servicios sociales y contribuyente indirecto como ciudadano, un y otra percepción lo sitúan en una relación de subordinación frente a las instituciones y frente a trabajo social.
Para asegurar aún más el dominio político de una clase sobre otra el estado centraliza la política asistencial, como una forma de enfrentar el proceso de formación y desarrollo de las clases trabajadoras.
El trabajo social como disciplina profesional, existe institucionalizado dentro de la organización social siendo los trabajadores sociales sus agentes profesionales.
CONTRADICCIONES Y LIMITACIONES EN EL ESPACIO PROFESIONAL
El rol de trabajador social es ambiguo, al interior de las políticas sociales, por su función ejecutiva e intermediadora entre las clases populares y estado. La profesión no define la opción a asumir frente a las políticas sociales, y a su vez, el sistema social no está interesado en la definición mas clara del rol a cumplir por el trabajador social.
Los problemas que la práctica profesional tiene actualmente, puede situarse alrededor de esta identificación y ambigüedad, el rechazo a reconocer su imagen de profesional que brinda asistencia y una tendencia al burocratismo, espontaneismo y empirismo; ofreciendo como respuesta la desviación.
Otras desviaciones que se han venido produciendo en la práctica profesional son, el burocratismo y el espotaneismo, como producto de las tareas aisladas que desarrolla, sin que exista un eje vertebrador de las mismas.
El burocratismo conlleva a la búsqueda de nuevos puestos de trabajo solo con motivos de ascenso social y muchas beses se realiza un actividad tramitadora, aislada del contacto directo con los usuarios. Esta situación asume a un activismo agotador que no permite percibir con claridad que objetivos y estrategias se persiguen y finalmente que resultados se obtienen. Estos métodos dejan de ser trabajados como niveles de intervención en la práctica para ser aplicados ortodoxamente. Analiza críticamente el medio institucional en el que se mueve el trabajo social.
MÉTODO Y METODOLOGíA EN TRABAJO SOCIAL
Nuestro acercamiento a la discusión sobre el método y la metodología en trabajo social se produce después der haber pensado en su importancia y utilidad, y en un periodo de superación del fenómeno “metodologismo”. Nos ubicamos en una línea de reflexión no extrema en relación a este problema. Es decir no pensamos que el método y la metodología sean los problemas centrarles para explicar la práctica de trabajo social ni tampoco pretendemos prescindir de este recurso en el proceso de intervención, más aun cuando constatamos la confusión que sobre el problema existe en el medio profesional.
Los métodos clásicos:
(CASO, GRUPOY COMUNIDAD)
Nuestra crítica a estos métodos es pues básicamente a su concepción, aplicación y orientación ya que su estructuración, técnica y procedimientos pueden ser recuperados dentro de otra concepción y perspectiva.
Modelos de intervención:
Los llamados modelos de intervención surgidos a mediados de la década del 870 intentan diferenciarse de los métodos clásicos en su concepción de la sociedad y las formas o procedimientos sugeridos para conocer una realidad e intervenir en ella.
Modelos de intervención profesional:
Diseñados pretendidamente para operar sobre las causas y no sobre los efectos.
La historia del trabajo social nos habla de un reformulación mitológica constante; no obstante constatamos una pobre sistematización de los resultados de aplicación práctica de estos médelos.
La práctica concreta del conjunto de trabajadores sociales nos habla de la necesidad de definir su especialidad, identidad, objetivos y de redefinir las propuestas metodológicas que han sido elaboradas a partir del “cómo hacer” y no desde el reconocimiento “del sobre qué”.
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