Planificación Escolar

Planificación en los centros escolares

Planificar la educación de un país o territorio supone desarrollar un conjunto de actuaciones anticipadoras de la acción en función de unas determinadas políticas y en congruencia con unos determinados recursos. Planificar implica, por tanto, tomar una secuencia de decisiones como resultado de un continuo proceso de análisis.(Antúnez 1992)

La planificación en educación puede desarrollarse a niveles diversos. Las administraciones educativas, en ocasiones las administraciones locales, los centros escolares mediante sus órganos de gobierno, los profesores y profesoras así como los alumnos que incluyen en sus tareas ordinarias las de analizar la información y tomar decisiones previas a la ejecución de las actividades. Los planes pasan a ser los instrumentos para guiar la acción y los procesos de ejecución y control.

La planificación estratégica consiste en el conjunto ideas generales de acción que las administraciones públicas diseñan en función de un programa ideológico y de unas prioridades los cuales determinan una asignación específica de recursos. Estas actuaciones también suelen denominarse estrategias. La estrategia no desarrolla y ejecuta los planes, sino que determina los agentes que deberán desarrollarlos y les proporciona recursos. También se reservará el derecho de evaluar sumativamente los resultados.

La planificación táctica recoge las especificaciones que le proporciona la estrategia (objetivos, prioridades y recursos) para diseñar la ejecución y las políticas en forma de programas específicos. Los programas serán, por tanto, las actuaciones en forma de secuencias de acciones temporizadas a las que se asignan sus correspondientes recursos una vez redistribuidos.

La planificación operativa tiene como objetivo expresar anticipadamente cuáles serán las actuaciones a corto plazo en ámbitos concretos, especificando los pormenores refiriéndose a las secuencias, espacios, tiempos y condiciones.

La planificación en el centro escolar

Planificar para la elaboración del mapa escolar, la implantación de una reforma educativa, la construcción, equipamiento, transformación y mantenimiento de los centros, la curricular, las titulaciones o la formación, selección y adscripción del profesorado son, aquellas tareas que pretenden desarrollar los sistemas educativo y escolar.

Nuestro interés radica en los procesos de planificación que se desarrollan en el centro escolar en tanto que organización. Dedicaremos, pues, las líneas siguientes a tratar de justificar la necesidad de la planificación, señalar sus obstáculos y problemas y sugerir algunos instrumentos y estrategias para desarrollarla de manera más satisfactoria y eficaz.

La necesidad de la planificación en los centros escolares se justifica especialmente por:

El paso progresivo de una escuela heterónoma a otra más autónoma. La planificación en los centros escolares adquiere su sentido más pleno cuando éstos van adquiriendo parcelas de autonomía en su propia gestión.

Delegación de tareas desde las agencias externas y confianza son los requisitos imprescindibles para posibilitar actuaciones particulares, independientes y, en la medida de lo posible, más autónomas y creativas en los centros.

La necesidad de clarificar los objetivos que la institución plantea y articular los medios que dispone para intentar alcanzarlos. El centro escolar es una organización que tiene planteados muchos objetivos y a menudo son más difíciles de definir que los objetivos de una industria. No existe en educación una equivalencia con propósitos como "aumentar la producción en un 15%". Las instituciones escolares suelen plantearse metas mucho menos cuantificables y objetivables.

La materia prima en los centros educativos es la humana en este caso sus alumnos. Los jóvenes no pueden programarse, procesarse o manipularse como un mineral de hierro o un paquete, el proceso de producción se construye a partir de las relaciones interpersonales en las que la idiosincrasia y la falta de predictibilidad prevalecen.

La existencia de objetivos erráticos reclama la importancia de ensayos por tratar de concretar y clarificar, en la medida de lo posible, los propósitos, los procesos y los medios.

La necesidad de estructurar y organizar las actuaciones en una institución débilmente articulada. Sin entrar en otras consideraciones como las que sugieren las múltiples aportaciones de Weick, el centro escolar es una organización donde las actividades centrales (enseñar y aprender) suelen realizarse en solitario. Incluso en el centro educativo mejor estructurado y coordinado, el trabajo de los profesores y profesoras se desarrollará casi siempre aislada e individualmente.

El profesor no tiene suficientes patrones de referencia inmediata en relación a si su trabajo se desarrolla de forma correcta respecto del trabajo que desarrollan también sus colegas. Este hecho dificulta el control general y origina incertidumbre en la organización y en sus miembros. La inexistencia o la vaguedad en las directrices institucionales fomenta actuaciones individualistas o interpretaciones diferentes de los mismos objetivos. La inexistencia de planes, en casos extremos, propicia que la supervisión y el control internos desaparezcan y sean sustituidas por una confianza extrema no siempre justificada o -sería peor- por la impunidad.

La necesidad de coordinar las actuaciones de todos los miembros de la comunidad educativa. La educación escolar requiere hacer compatible el estilo docente particular de cada profesor con la asunción de criterios comunes compartidos. La planificación realizada en común facilita la confluencia de la diversidad de criterios y de intereses imprescindible si se pretende proporcionar a los alumnos una educación de calidad.

La necesidad de intentar evitar la improvisación y la rutina. La planificación, entendida como un proceso que exige un trabajo en equipo, permite racionalizar el trabajo docente y de los alumnos. El conocimiento recíproco de la previsión de actuaciones de cada elemento de la organización (profesores, equipos, servicios y órganos de gobierno) reduce las magnitudes de incertidumbre, las contradicciones y los esfuerzos estériles

La necesidad degenerar incentivos y motivación intrínseca para el profesorado. La participación en procesos colectivos de planificación constituye una actividad de formación permanente. Tomar decisiones anticipadoras de la acción en común como resultado de un proceso sistemático de análisis contribuye a la realización profesional de los educadores y a su crecimiento personal y es un medio eficaz para ayudar a conseguir la satisfacción en el trabajo.

La necesidad de garantizar la continuidad y asegurar el relevo. La existencia

...