Propósito del trabajo TRABAJO DOCENTE
Enviado por tiziago • 18 de Noviembre de 2017 • Apuntes • 5.165 Palabras (21 Páginas) • 213 Visitas
- Propósito del trabajo:
En este trabajo me propongo analizar las distintas perspectivas de género y sus complejizada. Tanto en la escuela como la sociedad. Trataré de rever la visión de la mirada tan arraigada por la sociedad
- Fundamentación:
Me interesa poder trabajar la perspectiva de género y el trabajo docente porque hay mucho que se puede hacer en la sociedad, empezando por la escuela, que es principalmente uno de los lugares donde suele ser un tema tabú, un tema que nadie habla, que no se visibiliza, que se esconde.
En este trabajo intentaré acercarles los problemas que se vivencia y los distintos tipos de miradas en la actual sociedad, qué a simple vista parece muy comprensible, es decir, accesible debido a fuerza y la lucha constante que han hecho los protagonistas de estas problemáticas
Género ¿Qué es?
Podemos decir que el género es una construcción social de.
(HOMBRE-MUJER)
Para comenzar a continuación haré un breve recorrido socio-histórico sobre estas cuestiones:
Si hacemos una breve recorrida socio-histórica podemos encontrar distintas situaciones. Es decir, por allá en la época de los pueblos originarios, nos encontrábamos que desde una perspectiva heredable, la única persona que tenía derecho a la herencia era la HEMBRA, ya que lo heredable era a través de la madre, cada hembra era madre de toda la tribu, es decir, tenía derechos a educación para todos los niños de la tribu por igual, el macho estaba al encuentro con el alimento y esa era su función.
¿Esto sería siempre así?
Con el correr del tiempo, el macho comienza a visibilizar que él es el que alimentaba a la tribu y asimismo era el género reproductor, pasaba por una cuestión propia dónde era todo de su pertenencia, sus hijos, su mujer, su alimento, su trabajo, su hogar, entonces comienza a sacarle, no solo las obligaciones sino también derechos para pasa a ser MUJER. Una mujer que debía estar solamente al cuidado de los niños propios y lógicamente del hogar, no se hablaba de una autonomía y era impensable un empleo para su propia dignidad.
¿Pero quién suplantaría al hombre cuándo estuviese en la guerra?
La mujer. Esto se puede interpretar como que la mujer remplaza al hombre por obligación, allí si encontraban la igualdad, bueno igualdad que sería tan igual porque el empleo femenino era con un salario inferior al del hombre, la jornada laboral era más larga en comparación, y hasta los niños tenían su jornada laboral al lado de las mujeres. Cuando la guerra finalizaba y el hombre estaba de regreso, la mujer era devuelta a su lugar (la casa y los niños)
Este pensamiento perduro a lo largo del tiempo y hoy en el siglo XXI nos encontramos, en menos proporción con cosas similares pero siguen apareciendo.
Esto se puede seguir explicando desde un resumen personal de la teoría de género que citaré a continuación para poder entender que paso a lo largo del tiempo con la construcción de la masculinidad y la femineidad.
Teoría de género.
Desde hace aproximadamente cuatro décadas, el concepto género se viene discutiendo, interpretando, significando y resignificando.
El antecedente más importante Simone de Beauvoir (1997), quien planteó en 1945 que no se nace mujer, llega una a serlo, mostrando que actitudes y reglas sociales entrenaban al ser humano nacido con genitales femeninos para ser llamada “mujer”, pero esto comenzaría con dificultades.
Podemos mencionar, la década del 70, Gayle Rubin (1986) observó que mujeres y varones tenía serias consecuencias en la economía, no solo la economía, las horas laborales también eran distintas, debido al reparto desigual del trabajo según los sexos.
La socióloga feminista Ann Oakley (1977) introdujo definitivamente el concepto de género en las ciencias sociales. Ella observó que el sexo biológico es importante para determinar los papeles sociales que va a jugar cada ser humano; a partir de la cual se asignará a los varones, principalmente, el trabajo en las fábricas o productivo, y a las mujeres, mayoritariamente, el trabajo doméstico y reproductivo.
Siguiendo con esta distinción entre la diferencia de género, podemos observarlo también desde muy chicos, en el campo del juego. Un ejemplo muy común lo constituyen los juguetes. Típicamente, la muñeca remite al rol central –como madre– que la mujer suele ocupar en nuestra sociedad y al espacio cerrado del ámbito doméstico; en tanto, la pelota, vincula el varón. Al movimiento, a las relaciones sociales entre pares, a la competencia, a la noción de equipo, etcétera.
Podemos dar cuenta que el género era una construcción social, histórica y cultural estereotipada, que se montaba sobre los cuerpos biológicos (sexuados: mujer o varón)
Hacerse varones heterosexuales: masculinidad y violencia
Se va a entender que la masculinidad no es algo natural, sino que es producto de los procesos sociales, históricos, económicos, y no existe un único sentido de masculinidad.
”. La masculinidad tradicional fue definida por el antropólogo David Gilmore según “el modelo de las tres P”: preñar, proveer y proteger (citado en Kimmel, 1997).
Una “verdadera masculinidad”: nada relacionado con asuntos de mujeres, sea el timón principal, es decir quién todo decide, sea fuerte como un roble, ya que no tiene sensibilidad y mándelos al infierno, es construido de manera relacional.
Ese otro, el afuera de la frontera, es lo femenino y la homosexualidad.
Muchas de las situaciones que surgen en pos de hacerse varones, son prácticas violentas.
El varón aprendió que debía nombrar todo rasgo afectivo, delicado y pasivo, como cualidades femeninas y, al asomo de estos rasgos, como el anuncio de homosexualidad (Abarca Paniagua, 2000: 224).
Es decir, se les enseña a los varones que deben negar y rechazar todo
rasgo que es nombrado como femenino. Así, la sensibilidad, la expresión de dolencias, el miedo y el llanto son vistos como signos de debilidad y, por ello, femeninos. En este marco, la violencia, pensada como demostración de fortaleza, es justificada y legitimada como parte “natural” o “propia de los varones”.
- ¿Por qué podemos hablar del género como una construcción social?
Porque los estereotipos son modelos socialmente establecidos sobre conductas esperadas tanto para varones como para mujeres. En nuestra sociedad los estereotipos tradicionales asocian a la mujer con el cuidado del hogar y la crianza y a los varones al trabajo y el sustento familiar.
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