Retos Del Trabajo Docente

Los retos que implica el trabajo docente

En los tiempos actuales, los paradigmas educativos que rigen las tareas educativas en un mundo que se encuentra en el apogeo de la globalización, ha hecho crecer las demandas de conocimiento y capacidades de los ciudadanos que constituyen el capital humano que permita el desarrollo de las naciones y el bienestar del planeta. Las competencias de las personas ante la complejidad del mundo actual se miden en términos de su respuesta para enfrentar los problemas sociales, políticos, económicos, educativos y culturales que se les presentan, es por eso que la profesión docente ha adquirido una enorme relevancia, ya que la educación permite formar a los seres humanos y a la sociedad a la que se aspira.

Los maestros, como profesionales de la educación, fortalecen las capacidades intelectuales de los estudiantes, potencian aprendizajes significativos, favorecen el desarrollo del pensamiento crítico y científico, con la finalidad de desarrollar en los alumnos las competencias necesarias para seguir aprendiendo, logrando así, un entendimiento más integral del mundo.

Es por ello, que la docencia se ha convertido en una profesión compleja, que cada vez exige más trabajo y preparación a quien desempeña la noble tarea de enseñar, y que por lo general, van más allá de su formación inicial y de la propia experiencia, es decir, que muchas ocasiones, los docentes realizan labores que para la mayoría de ellos, exceden las tareas para las que fueron formados. Es por esto, que a lo largo de este escrito se expondrán, los retos elementales a los que se enfrenta para cumplir con las exigencias del nuevo siglo.

Reto número 1: Adquirir la capacidad para el pensamiento complejo, así como un pensamiento más integral del mundo.

Ser apto para enseñar, implica que quien enseña, este a la altura de los nuevos conocimientos, para lo cual se necesita el pensamiento complejo, definido como “La capacidad de interconectar distintas dimensiones de lo real, ante la emergencia de hechos u objetos multidimensionales, interactivos y con componentes aleatorios o azarosos, en el cual el sujeto se ve obligado a desarrollar una estrategia de pensamiento que no sea reductiva ni totalizante, sino reflexiva”. (Morín Edgar) Por lo tanto, un indicador de que los conocimientos están aprendidos de manera comprensiva, es la posibilidad de establecer relaciones significativas que suponen una correcta organización lógica de los contenidos por medio del pensamiento complejo.

Este pensamiento, trata de evitar la permanente simplificación e ingenuidad, en que muchas veces cae el docente cuando adopta irreflexivamente prescripciones didácticas, al contrario, abre la posibilidad de encontrar nuevas formas de enseñar en base a estrategias y recursos que sean innovadores.

Es considerable entonces, que en el transcurrir del proceso pedagógico, una buena enseñanza debería estar acompañada por un pensamiento complejo que traerá consigo un mejor aprendizaje en los educandos, asimismo facilitará en ellos el desarrollo del pensamiento crítico lo cual es consecuencia inmediata de buena docencia.

Reto número 2: Planificar, desarrollar y evaluar formativamente el proceso de enseñanza y aprendizaje.

Sin duda alguna es el más difícil de los retos a los que se enfrenta el docente, ya que un error en alguno de estos tres aspectos tiene consecuencias significativas en el proceso de enseñanza aprendizaje.

No resulta fácil para un maestro organizar los contenidos en función a las habilidades que el estudiante debe lograr de acuerdo a los aprendizajes esperados, a las necesidades que presente su grupo y tomar en cuenta los recursos educativos tiene al alcance para desarrollar el proceso de enseñanza-aprendizaje, pero sin duda, da mejor resultado que si llegara al aula a improvisar sin tener idea de lo que está enseñando.

Entendiendo que la planificación es un elemento central en el esfuerzo por promover y garantizar los aprendizajes de los estudiantes y que permite maximizar el uso del tiempo, definir los procesos y recursos necesarios para que se logren los aprendizajes esperados; planificar no debería ser un trámite por más que se convierta en ello. Planificar sirve como instrumento de reflexión sobre la propia práctica, porque como menciona Freire (1997) “A través de la reflexión sobre la práctica, la curiosidad ingenua, al percibirse como tal,

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