SUJETOS SOCIALES DE LA EDUCACION Y GENERO
Enviado por juan531051 • 3 de Junio de 2018 • Documentos de Investigación • 1.862 Palabras (8 Páginas) • 274 Visitas
UNIVERSIDAD PEDAGOGICA NACIONAL
UNIDAD 152 ATIZAPAN
LA MASCULINIDAD Y FEMINIDAD, IMPLICACIONES EN LA SOCIEDAD
LICENCIATURA EN PEDAGOGÍA
ELABRORO: RAMIREZ GONZALEZ JUAN JOSE
MAESTRA: DENISSE LUGO BATALLA
MATERIA: SUJETOS SOCIALES DE LA EDUCACION Y GENERO
A lo largo de la historia los términos masculinidad y feminidad han estado asociados directamente al género, confundiendo términos y teniendo conceptos erróneos, de igual manera esto genera clichés con respecto a lo que es la masculinidad y la feminidad representan, y que ambos términos pueden ser asociados tanto a hombres como mujeres, sin embargo esto a veces no es bien visto por la sociedad, sin embargo esta idea debería cambiar debido a que esto genera problemas tanto de género como de roles.
Es importante decir que como afirma Sabo (2000): “las definiciones culturales de masculinidad y feminidad se contemplan como construcciones históricamente emergentes y estructuralmente dinámicas a través de los cuales los individuos y grupos interpretan activamente, comprometen y generan sus comportamientos y relaciones cotidianas”.
Por lo tanto el ser masculino o el ser femenino es una construcción social que involucra al individuo socialmente, indicándole cómo relacionarse, sentirse, expresarse e identificarse, por lo que indudablemente, actuar conforme al rol de género afecta nuestro ser cotidiano íntimamente.
La Feminidad o femineidad son las cualidades o actitudes que son establecidas en una cultura en particular, características, valores específicamente de una mujer o niña, su complemento o contra parte es la masculinidad, también el concepto de feminidad, se ha establecido como una idea en dirección de dar un sentido o modelo de una mujer, generando así, estereotipos en relación a la conceptualización de la feminidad
Se entiende por feminidad un conjunto de atributos asociados al rol tradicional de la categoría mujer. Algunos ejemplos de esos atributos son la comprensión, la delicadeza y suavidad, la muestra de afecto, la educación y los cuidados de la descendencia, etc. De manera que a lo largo de la historia de (al menos) los países occidentales, y todavía hoy día, las mujeres han sufrido una gran presión social para responder delante de las demás con comportamientos asociados a esos atributos.
Por otra parte la masculinidad (también llamada hombría) ha sido la esencia básica de los varones en relación a su sexo biológico, sin embargo diferentes autores han hecho hincapié en que la masculinidad es un conjunto de atributos, de comportamientos y de roles asociados a los varones, niños y adultos que de igual manera que la feminidad son definidos y establecidos por un contexto social y biológico, distinto a la definición de lo que significa el sexo masculino
En esta línea de pensamiento académico, desde los estudios de género, se ha señalado que la masculinidad es la construcción cultural de género que designa el rol de los varones en las sociedades patriarcales.
Entre los rasgos considerados masculinos, en tanto el conjunto de conductas y valores asociados al rol tradicional del varón, se incluyen la valentía, la independencia y la asertividad.
Tanto los hombres como las mujeres, pueden de alguna manera presentar, ciertos rasgos, características y comportamientos, tanto masculinos como femeninos pueden presentar rasgos y comportamientos masculinos.
En la actualidad, el tema de la construcción de la masculinidad y feminidad nos concierne a todos y a todas por igual. Este ha marcado la historia y dado curso a un trato desigual entre hombres y mujeres. La distinción superior / inferior entre los géneros ha promovido en la cultura una percepción, desde el patriarcado, orientada a establecer una relación de poder, donde él manda y ella le sirve
Aquellos que exhiben características tanto masculinas como femeninas se consideran andróginos y filósofas feministas, como Judith Butler (2011), han argumentado que la ambigüedad de género puede desdibujar y transgredir las clasificaciones binarias y normativas de la identidad sexual.
De la misma manera, los atributos de la masculinidad deben ser asociados sólo a los del hombre, y, por tanto, hasta hoy día, en que empieza a haber cierta permisividad y apertura de miras, ha sido bien considerado que una mujer tuviera actitudes asociadas con la masculinidad.
Lo cierto es que tanto los hombres como las mujeres, de alguna manera suelen tener actitudes cambiantes que no tienen por qué cuadrar dentro de los estándares o concepciones de feminidad y masculinidad previamente establecidas por una sociedad.
La sociedad sucesos y antecedentes culturales, sociales históricos que condicionan el comportamiento social de las personas, tanto de lo que es ser un hombre y lo que es ser una mujer.
El establecimiento del rol doméstico de las mujeres y el rol público de los hombres que a lo largo de la trasmisión de ideas y cultura que se han ido fomentando y trasmitiendo, tiene como consecuencia el desarrollo parcial y limitado tanto de mujeres como de hombres, siendo esto que tanto para hombres como para mujeres pueden presentar ciertos atributos de la feminidad y masculinidad.
Tomando lo anterior últimamente los cambios sociales permiten a la mujer el acceso al ámbito público y al hombre al ámbito privado, pero estos cambios han afectado de alguna manera la estructura de fondo de la identidad de género, provocando una idea o pensamiento erróneo acerca de lo que es ser hombre o mujer.
Continuamos condicionando la manera de actuar de las niñas y de los niños desde bien pequeños (sólo es necesario dar una ojeada a los anuncios de juguetes) y seguimos dando menos valor a los roles de ámbito doméstico que a los roles de ámbito público.
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