LOS POETAS MALDITOS
Enviado por diamanteloco • 20 de Abril de 2014 • 1.043 Palabras (5 Páginas) • 355 Visitas
Los Poetas Malditos
Por : Pablo Cassi.
La vida de un artista no es la vida de todo el mundo. Sus pasiones, sus privados gozos y agonías, de personales se transforman en algo extraño y misterioso, tan rico y veraz marcado con el sello del hombre del vasto destino universal, que no pueden ser considerados como simples accidentes biográficos. Todos sus actos son para ellos mismos sentencias de muerte, deseables como el suicidio eterno, corno la tra¬ma de un profeta trágico. Por eso la obsesión por huir antes que la última silaba se pierda en el trecho que separa horas sucesivas; por eso el miedo.
Holderlin al igual que Nerval, Chatterton, Baudelaire, Rimbaud y Poe, poseían el lenguaje de la soledad y del miedo, soledad que es capaz de engendrar la desesperación y la angustia. Todos ellos habían sido exiliados de las imponentes man¬siones y sus gritos no eran de amargura, si no de cansancio; el cansancio de la derrota. No estaban locos; por eso sus fracasos fueron más rotundos, sus naufragios más humillantes. Degradados a las regiones primitivas del miedo sus gemidos eran puñales que anunciaban la miseria y la postergación que los hundía en una sombra misteriosa, convirtién¬dolos en mendigos de sí mismos. Pero no estaban locos como mucha gen¬te lo creyó.
¿Acaso Nerval se ahorcó en una reja de la calle de la Vieja Linterna por simple locura, o fue este acto la necesaria culminación de sus innumerables viajes? ¿Por qué Chatterton decide levantar la fría copa de la muerte a los dieciocho años en lugar de beber el brumo¬so vino de Inglaterra?
Baudelaire se tiñe el cabello de color verde (nada nuevo para estos tiempos del arco iris) Poe, cae presa del delirium tremens (bebió más de un barril de amontillado); Rimbaud prefiere vivir como un lobo estepario en Marrar que en el lujoso y bohemio París de fines del siglo XIX. Percy Shelley un joven rico y apuesto riñe con su familia y sale de Londres para propagar por Francia Portugal y España su ateísmo y su filosofía social, apagándose definitivamente en el puerto de Lisboa antes de cumplir los treinta años (el Atlántico estu¬vo demasiado lejos de mí - dijo en una oportunidad -)
Cierto enajenado vive entre los treinta y los setenta años, recluido en casa de un artesano. Su apellido era Horderlin y nunca estuvo loco, aunque lo deseó, lo propagó en todos los cenácu¬los y capillas literarias. Horderlin no estaba loco, su estado era más bien de can¬sancio y debilidad. No deseaba seguir luchando frente a una realidad humana que se arrastraba con torturante angustia hacia una catástro¬fe fatal, ante cuya inminencia no había tiempo para reflexionar, ni forma de salvarse.
Ninguno de ellos estuvo loco a juicio del Psiquiatra Gaetano Massa Mallorca, quien en su obra La Locura un Salto al Vacío Editorial Grijalbo 1990 y reeditada en el 2006, refuta algunas teorías de sus contemporáneos que insisten en descalificar a los llamados "poetas malditos” como una noche negra para la poesía. Massa Mallorca después de haber revisado concienzudamente algunas de las ficha clínicas de Horderlin y Baudelaire, descubre que ambos habían experimentado el terror que inspira la constatación
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