Antecedentes Teóricos y Empíricos
Enviado por • 24 de Marzo de 2015 • Síntesis • 2.995 Palabras (12 Páginas) • 625 Visitas
Antecedentes Teóricos y Empíricos
Para hablar de interculturalidad, es preciso remontarnos al origen de este concepto, y a su vez, distinguir este concepto de otros que podrían surgir como equivalentes.
El término intercultural, proviene de la palabra “cultura” que a su vez precede del latín “cultus”, forma de supino del verbo “colere”, que inicialmente significaba «cultivar».Del mismo modo en que el cultivo o labranza del campo requiere esfuerzo constante, durante la época sofista en Grecia, comenzaría a denominarse “culto” a todo aquel que “cultivase su espíritu”. Es desde este momento en que el término se asociada directamente con un proceso interno experimentado por el ser humano.
Posteriormente, a partir del siglo XVII aproximadamente, el significado de este término se ve extendido, llegando a entenderse por cultura «aquello que el hombre añade a la naturaleza, sea en sí mismo a través del cultivo de su espíritu, sea en otros objetos, tales como utensilios, herramientas, procesos técnicos, etc. » (Bourdieu,1984) De esta forma aparece, durante la ilustración el concepto de “bien cultural” entendido como cualquier bien inmueble u objeto mueble que provoca interés artístico, histórico, arqueológico, etc.
Desde esta clara dimensión social de cultura que presupone una acción colectiva y colaborativa de muchas personas, podemos aproximarnos de forma asertiva a nociones como multiculturalidad, referida a la «convivencia de diversas culturas dentro de un territorio. » (RAE, 2010) y a “interculturalidad, «que concierne a la relación entre culturas. » (RAE, 2010)
Resulta de gran importancia, para el desarrollo de esta investigación, hacer referencia a las diferencias que ambos conceptos guardan entre si. Mientras que multiculturalidad se comprende como la coexistencia en un mismo espacio de diversos pueblos y culturas, la interculturalidad implica un proceso de interacción entre personas y culturas. De este modo, es posible entenderla como «la presencia e interacción equitativa de diversas culturas y la posibilidad de generar expresiones culturales compartidas, adquiridas por medio del diálogo y de una actitud de respeto mutuo» (Unesco, 2006).
Aún cuando no está demás señalar que la actual concepción del enfoque intercultural ligado a la educación, es el resultado de un proceso que se comenzó a gestar en Norteamérica y Europa durante la década de los 60’ desde movimientos de rehabilitación étnica (Aguado,2005) , Actualmente, en nuestra sociedad latinoamerica este enfoque surge y se levanta como una respuesta a la diversidad cultural existente, constituyéndose en un espacio democrático de encuentro entre diversas culturas y en una herramienta para generar nuevas formas de relación entre los pueblos.
En efecto, la educación intercultural es una temática que ha generado un creciente interés en círculos académicos, pedagógicos e incluso políticos, una de las razones que argumenta todo esto, es la suposición de que el enfoque educativo intercultural, podría ser la respuesta a las demandas de sociedades multiculturales cada vez más exigentes y empoderadas, promoviendo procesos significativos de integración desde el interior de los centros educativos que desemboquen en sociedades más tolerantes y democráticas.
Sin lugar a dudas, el enfoque de la educación intercultural supone grandes desafíos para las autoridades vinculadas a las políticas educativas, para los centros de formación docente y para las comunidades educativas en general, ya que implica una restructuración del pensamiento global de lo que es la educación. «Una nueva concepción del conocer, de las formas de pensar y de hacer escuela, de renovación y búsqueda de nuevas prácticas pedagógicas, de análisis y reflexión del quehacer educativo con el fin de lograr la creatividad y la efectividad de los aprendizajes. » Cañulef, E. (1998)
En la definición de Unesco (2006), las metas distintivas de la Educación Intercultural se vinculan a los pilares de la Educación para el Siglo XXI, expresados en los siguientes lineamientos:
• Aprender a conocer: Adquirir una cultura general, que considere la apertura a otros lenguajes y conocimientos, como medio de comunicación.
• Aprender a hacer: Aprender a enfrentarse a situaciones y a trabajar en equipo.
• Aprender a vivir juntos: Apertura al otro y a la diversidad.
• Aprender a ser: Fortalecimiento de la autonomía del individuo en atención a sus raíces.
Desde esta perspectiva, se podría señalar que algunos de los grandes desafíos que enfrentan los y las educadoras, se relacionan directamente con la manera en que se implementan estos lineamientos, pues no basta con conocer y reconocer la importancia de la educación intercultural en la sociedad, también resulta sumamente necesario adquirir las herramientas para llevar a cabo las reformas que paulatinamente han ido surgiendo. «La tarea para los maestros no es fácil, requiere de ellas un conjunto de competencias docentes para realizar las adecuaciones necesarias dentro del aula y reconocer en la diversidad una ventaja, en lugar de un obstáculo.» (Quiroz, 2014)
Respecto al modo en que se desarrollan estas competencias, es importante establecer la importancia que adquiere el lenguaje como un puente en el “aprender a conocer.” Es decir, resulta fundamental establecer que el lenguaje es la puerta de entrada a cualquier cultura, y debe ser esta, la condición básica para desarrollar procesos pedagógicos culturalmente pertinentes, incorporando la lengua materna de los pueblos originarios desde los primeros años, se requiere generar un proceso reflexivo en el espacio escolar, entendiendo que uno de los principios fundamentales es el reconocimiento del otro como un legítimo otro y la promoción de mayores oportunidades para el aprendizaje, considerando los diferentes conocimientos en igualdad de condiciones.
«Las competencias docentes que se requieren para promover una educación intercultural incluyen un conocimiento de las pautas culturales y sociales de los estudiantes Así como un dominio de aspectos didácticos derivados de enfoques epistemológicos. Otro elemento a considerar es contar con profesores bilingües, que puedan hacer realidad el anhelo de una educación intercultural bilingüe para los niños migrantes, ya que muchos de ellos son indígenas con una lengua materna distinta al español.» (Quiroz,2014)
En este contexto, se establecen ciertas legislaciones que defienden la importancia de la preservación del lenguaje originario. De esta forma, el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT,1989), referido a pueblos
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