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Aprendizaje


Enviado por   •  2 de Febrero de 2015  •  13.397 Palabras (54 Páginas)  •  167 Visitas

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El Aprendizaje.

Concepciones del aprendizaje.

El aprendizaje pasa por ser un cambio en cierta medida estable en lo que a capacidad del individuo se refiere y que de alguna forma viene condicionado por la experiencia. Comenzamos esta primera aproximación a la concepción del aprendizaje partiendo de las dos grandes corrientes en el marco de la Psicopedagogía, esto es, el conductismo y el cognitivismo.

Nuestra definición de aprendizaje enfatiza tres elementos: cambio, experiencia y permanencia. A esta primera aproximación llegamos tras un proceso en el cual antes de definir que es el aprendizaje determinamos que no es (Hill, 1971).

El aprendizaje tiene lugar en cada momento de nuestra vida, es decir, no se limita al aula; trasciende la idea de lo correcto, por cuando existe un aprendizaje, pese a que su manifestación formal sea inadecuada; no tiene, forzosamente, que ser deliberado o consciente; y en cuanto a su ámbito no se limita al conocimiento de una serie de destrezas, puesto que las actitudes y las emociones de alguna manera también se aprenden.

Si el aprendizaje implica un cambio en la persona, más o menos estable, fruto de la experiencia, ¿en qué aspectos de la misma se refleja?. La respuesta a este interrogante es lo que ha marcado una diferencia sustancial entre las dos grandes corrientes de la Psicopedagogía, el conductismo y el cognitivismo.

Paradigma Conductista: el aprendizaje como cambio de conducta.

Para autores como Watson, J.B. (1913); Thorndike, E.L. (1913) o Skinner, B. F.(1953, 1958, 1963, 1965), considerados como los grandes teóricos del conductismo, el aprendizaje supone fundamentalmente un cambio de conducta, esto es, en la peculiar manera en la cual un sujeto actúa frente a una situación dada. El foco de atención, por lo apuntado, se centra con exclusividad en las conductas observables y en los correspondientes cambios de conducta. El radicalismo de esta corriente les condujo a que sus investigaciones prescindieran de objetos no observables, al menos de forma directa, como son el pensamiento y la emoción.

Lo cierto es que las diferentes conclusiones alcanzadas por autores cognitivos y los ubicados en el marco del conductismo responden a métodos de investigación y a objetivos de la misma también diferenciados.

Los conductistas en sus primeras investigaciones trabajan con animales en ambientes controlados, como pueden ser los de laboratorio. En el desarrollo de su labor tratan de identificar leyes generales de aprendizaje validas para el conjunto de organismos superiores, sin atender, además, a las diferencias individuales que pudieran presentarse. Caso de lograr su objetivo, es decir, encontrar estas leyes generales se habría dado un paso decisivo a la hora de prevenir y controlar los diferentes cambios de conducta presentes en el correspondiente sujeto. Sin duda todo ello tiene notables repercusiones en el aula, pensemos, por ejemplo, en la aplicación de los principios conductistas para modificar la conducta en el aula, de la que diversos trabajos nos aportan interesantes sugerencias de intervención ( Cidad, 1993; Galindo y otros, 1994; Lázaro y Asensi, 1989; Bandura, 1983; Rodríguez y Parraga, 1982; Skinner, 1975).

Paradigma cognitivo: el aprendizaje como un proceso interno no observable.

En el polo opuesto parece ubicarse la corriente cognitiva al entender el aprendizaje como un proceso interno que no puede ser observado. El cambio opera en la capacidad de la persona para responder adecuadamente ante una situación dada, donde la conducta es únicamente el reflejo de un cambio interno en el sujeto. El objeto de estudio de estos autores también sufre una profunda y significativa transformación, interesándose por aspectos no observables como pueden ser: la significación, la intención, el sentimiento, la creatividad y el pensamiento. A esta orientación pertenecen los trabajos de Jean Piaget (1980, 1985); Jerome Bruner (1985a, 1985b, 1984, 1978) y David Ausubel (1981).

Los cognitivos a diferencia de lo que sucedía con los conductistas tienden a centrarse en sus investigaciones en como tienen lugar los aprendizajes en los seres humanos, es decir, trascienden los estudios de las conductas de los animales en busca de leyes generales de aprendizaje, y, además, toman en consideración aspectos, ahora relevantes, como son la edad o las diferentes capacidades de los sujetos. La investigación respecto al aprendizaje, para los autores enmarcados en el cognitivismo, retoma aspectos como que diferentes personas resuelven problemas, adquieren conceptos, perciben y recuerdan la información y efectúan diferentes tareas mentales de carácter complejo.

Los Neo-conductistas: una propuesta de integración de paradigmas.

En los conductistas se aprecia una evolución, tendente a integrar diferentes aspectos de la perspectiva cognitiva, a los impulsores de esta corriente se les denomina Neo-conductistas. Entre este colectivo se encuentran autores del aprendizaje social o vicario como Albert Bandura (1977). En esta nueva concepción del aprendizaje se introducen procesos internos y no observables, como las expectativas, las intenciones, las creencias o los pensamientos.

Finalmente resaltar que se establece una distinción entre adquisición y realización, dejando en este sentido establecida por la teoría del aprendizaje social o vicario que un aprendizaje puede no manifestarse en la acción, es decir, no todos hacen lo que en su momento aprendieran.

Tipos de aprendizaje.

Corriente conductista.

Aprendizaje por asociación.

El aprendizaje por asociación o continuidad supone que siempre que se producen juntas dos sensaciones (estímulo, respuesta) de forma reiterada éstas llegan a asociarse. Nos encontramos ante un tipo de aprendizaje producido por asociaciones simples, esto es, fruto del emparejamiento repetido del estímulo y la respuesta.

En el marco de este tipo peculiar de aprendizaje pueden desprenderse usos apropiados e inapropiados. Entre los primeros se encuentran el aprendizaje de la ortografía en los primeros cursos o del vocabulario de un idioma extranjero, o de contenidos curriculares como: “Madrid capital de España”. Pero también pueden desprenderse de este emparejamiento entre el estímulo y la respuesta en una situación de aprendizaje asociaciones mentales inadecuadas. Entre los ejemplos de este último caso podemos citar la creación de estereotipos por parte de los medios de comunicación social o la asociación de sexos con determinadas profesiones. Así un alumno puede pensar que las mujeres no pueden ser mineras, ni los hombres enfermeras, dado que no cuentan con ninguna experiencia en este tipo de emparejamientos. Recalcar que este tipo de emparejamientos puede ser de gran utilidad en programas de modificación de conducta

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